Sacar al PAS de la UAS, ¿decisión o finta? Repaso de hechos para prever qué sigue

OBSERVATORIO
    Cualquier redireccionamiento de la Universidad Autónoma de Sinaloa hacia la cúspide de la academia, ciencia y deber social será logrado sólo con un movimiento estudiantil inteligente, pacífico y regenerativo...

    Todo indica que fue la asistencia del Rector de la Universidad Autónoma de Sinaloa, Jesús Madueña Molina, al evento político que el Secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, encabezó el 16 de julio en la Expo Guadalajara, lo que detonó la decisión del Gobernador Rubén Rocha Moya para iniciar la auditoría, investigaciones y denuncias que resulten por el supuesto uso de recursos y estructura de la UAS en apoyo al Partido Sinaloense.

    En la foto aparecen juntos el líder del Partido Sinaloense, Héctor Melesio Cuén Ojeda; el dirigente formal del PAS, Víctor Antonio Corrales Burgueño; el Rector Madueña, y López Hernández, quien ese día realizó proselitismo en la capital de Jalisco como aspirante a la candidatura del Movimiento Regeneración Nacional a la Presidencia de la República, en 2024. Los asistentes al acto recibieron al titular de la SeGob con el grito de “¡Presidente! ¡Presidente!”

    Para el tercer piso de Palacio de Gobierno la presencia del Rector de la UAS en apoyo a López Hernández significó reto y desaire a los tantos llamados que ha hecho Rocha Moya para que el respeto a la autonomía de la UAS empiece con limpiarla de pasistas “que copan los cargos directivos”. En enero, dos meses después de asumir el cargo, el Gobernador le hizo guiños de buena relación a la casa rosalina al gestionarle recursos federales y estatales por 550 millones de pesos para que pagara deudas que arrastra, con la condición de no volver a caer en pasivos. La condición a Madueña fue que gastara ese dinero con austeridad en el funcionamiento estrictamente de la institución educativa.

    Desde entonces se le puso la lupa encima a Madueña Molina y empezó la indagatoria de los miembros del PAS integrados a su administración. Rocha, por su parte, continuó metiendo en sus posturas públicas el tema UAS. En febrero aprovechó la asistencia al segundo informe de la Rectora de la Universidad Autónoma de Occidente, Sylvia Paz Díaz, para señalar que “la autonomía se puede violar desde adentro y quien comete corrupción adentro la viola y tiene un comportamiento indigno en materia universitaria”.

    Ese mismo mes, en la sesión solemne con la cual el Congreso del Estado instaló el Parlamento Juvenil 7 de Abril, insistió en que “ningún partido político llámese Morena, PRI, PT, MC, o llámese PAS, debe estar ahí dictándole indicaciones al Rector o al Director General, si se trata de una universidad o institución autónoma”. Y así hasta que la semana pasada empezó la fase más intensiva con la consigna de “limpiemos a la UAS”.

    Día tras día hubo pronunciamientos fuertes: el lunes 15 de agosto Rocha Moya soltó la “hipótesis” de que el PAS viola la autonomía de la UAS y el jueves 18, mientras circuló la información de que el 62 por ciento de los integrantes del Consejo Universitario y 50 por ciento de los integrantes del Gabinete del Rector Madueña son miembros del PAS, el Gobernador declaró que el Partido Sinaloense tiene copada la estructura de la Universidad.

    También se soltó la “bomba” donde se da por hecho que la Auditoría Superior de la Federación, la Secretaría de Educación Pública y las instancias fiscalizadoras del Congreso del Estado trazaron las rutas para revisar el gasto de la casa de estudios en busca de pistas del presumible desvío presupuestal. Y aquí entró Feliciano Castro, presidente de la Junta de Coordinación Política de la 64 Legislatura: pronunció por liberar a la UAS del control que ejerce sobre ella el PAS.

    A esto se agrega que la UAS puso en marcha los mecanismos internos de réplica con la postura de Madueña de que “nosotros no financiamos a ningún partido político, nosotros estamos trabajando con recursos escasos, hacemos un gran esfuerzo, estamos aplicando disciplina financiera, planes de austeridad”. También el Colegio de Directores refrendó el respaldo al Rector luego de que éste los convocara a “estar atentos y unidos para defender el trabajo de la institución”.

    El repaso de hechos es útil para determinar la ruta y las instituciones que entrarán a la etapa determinante de lo que ahora sí se ve venir como la gran estrategia para desalojar al PAS de la UAS: los órganos nacional y estatal de auditoría, los poderes Legislativo y Judicial, los partidos Morena, PRI y quizás el PAN como aliados en esta coyuntura. Además, las secretarías federal y estatal de Educación Pública que el fin de semana, con la visita a Sinaloa de la titular en funciones, Delfina Gómez y la titular designada, Leticia Ramírez, junto con Graciela Domínguez, fueron puestas al tanto del caso UAS-PAS.

    Hay que decir que en el río de este diferendo queda mucha agua por correr. En el afluente antes manso en que nadaron con placidez las partes hoy confrontadas habrá de pronto aguas bravas y otras veces la corriente parecerá llevar a acuerdos que, ojalá, fortalezcan la calidad de la educación superior y ya no más los pactos políticos. Al final de cuentas se trata de demostrar con pruebas si el PAS se aprovecha o no de los recursos de la UAS y sancionar con la ley en la mano en caso de que el delito exista.

    A la UAS, como a la mujer del César, le corresponde no sólo demostrar que es honesta, sino principalmente parecerlo.

    Reverso

    Sean fuertes tus alas, UAS,

    Para volar a lo más alto,

    En tanto a salvo estás,

    De cualquier modo de asalto.

    No olvidemos

    Cualquier redireccionamiento de la Universidad Autónoma de Sinaloa hacia la cúspide de la academia, ciencia y deber social será logrado sólo con un movimiento estudiantil inteligente, pacífico y regenerativo. En 1972 María Isabel Landeros y Juan de Dios Quiñónez perdieron la vida peleando contra la imposición y autoritarismo, y durante el sexenio de Antonio Toledo Corro los universitarios hicieron aquella defensa épica de las preparatorias cuando el entonces Gobernador Antonio Toledo quiso quitárselas a la UAS. Desmemoria hoy, no.

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