Sacarle jugo a la experiencia tiene que ser convertirla en dinero para la empresa familiar

    “Entre hombre y hombre no hay gran diferencia. La superioridad consiste en aprovechar las lecciones de la experiencia”. Tucídides
    Es común que los negocios se encuentren en aprietos, ya sea como consecuencia de una mala administración, por factores propios del mercado, por la configuración de condiciones macroeconómicas existentes o por una combinación de las situaciones anteriores.
    La alternativa para maximizar el aprovechamiento de la sabiduría en la empresa familiar está en el entorno y es parte de nuestra realidad

    “Sacarle jugo a la experiencia de los maduros” ... Tengo más 40 años escuchando esta frase en relación con la consultoría empresarial, y motivado precisamente por el transcurso de esos años, ante el inevitable hecho de que, al igual que todos, en algún momento me convertí en uno de esos maduros a los que alguien podrá si lo requiere “sacarle jugo”, como yo lo sigo haciendo de mis mentores y también de personas con mucho menor edad que yo, es decir no solo los años dan experiencia, también se necesita la humildad para siempre tener la mente abierta para escuchar y vivir de manera consciente para siempre identificar lo que no sabemos y reconocer lo que señala Séneca: “Necesaria es la experiencia para saber cualquier cosa”. Séneca.

    He estado reflexionando sobre la forma en que esto tiene que ocurrir en la empresa familiar para lograr trascender de la manera menos complicada.

    Empecemos por expresar una de esas verdades evidentes que la naturaleza humana hace difíciles de entender para aquellos que debieren vivirlas: La empresa no es la familia. Por interrelacionadas que se encuentren, no son la misma cosa y no puede pretenderse aprovechar la experiencia en ambas en la misma forma. En la familia se escuchan los relatos, opiniones y anécdotas de los mayores, se hace el respectivo ejercicio de introspección (por supuesto como a cada uno le plazca) y con un poco de suerte, eso tal vez le sirva de algo al sujeto en cuestión en algún punto de su existencia.

    Increíblemente, en la gran mayoría de las empresas familiares, se pretende aprovechar la sabiduría de los mayores como se aprovechan en casa los relatos del abuelo. Va a ser difícil “sacar el jugo”, que en cualquier empresa deberá repercutir en ahorrar o generar dinero, si nos limitamos a esto.

    La alternativa para maximizar el aprovechamiento de la sabiduría en la empresa familiar está en el entorno y es parte de nuestra realidad. Esta es la era del conocimiento, la inteligencia artificial y la economía que en el mismo se basa. Las empresas están saturadas de políticas, procedimientos, manuales operativos, verificaciones, estudios... Entonces, ¿no sería posible, registrar, documentar y transmitir eficientemente la sabiduría de los mayores?

    Adicionalmente, la sabiduría de los mayores no se limita a su experiencia técnica. Incluye también su conocimiento del negocio, del entorno, de la competencia, la toma de decisiones efectivas, de los clientes y de cualquier otro factor que afecte a la empresa.

    En detenida consideración y dentro de una planeación estratégica adecuada, para toda empresa familiar sería más que conveniente documentar y registrar todo aquello que pudiere llegar a constituir propósito, valores, soporte, asistencia u oportunidades de cualquier clase para la compañía, sus dueños, consejo de administración y equipo directivo. “El conocimiento se adquiere leyendo la letra pequeña de un contrato; la experiencia, no leyéndola”. Francis Bacon.

    Esto tiene un impacto directo en la rentabilidad de cualquier organización. Por ejemplo, compañías de toda naturaleza gastan grandes sumas en cursos de capacitación para ventas, y a veces pasan años para que tengan un vendedor tan capaz como el que formó la empresa familiar o la hizo crecer. ¿No valdría la pena contar con la experiencia documentada y registrada del buen vendedor empírico para proporcionarla a los nuevos vendedores?

    Sin este conocimiento transmitido adecuadamente, las nuevas generaciones se ven obligadas a empezar de cero en el diseño e implementación de acciones que muchas veces sus predecesores dominaban. El no aprovechar esta sabiduría, simplemente tiene un costo para la empresa y la familia. Si megacorporaciones se han creado en cinco años a partir únicamente de información, ¿No será conveniente para una empresa familiar evitar que se pierda conocimiento acumulado durante los últimos cuarenta o cincuenta años?

    La conclusión es obvia y su implementación es más sencilla que en cualquier otro momento de la historia: La sabiduría empresarial registrada, documentada y bien transmitida, es útil para ahorrar y generar recurso. “Sólo una cosa es más dolorosa que aprender de la experiencia, y es, no aprender de la experiencia”. Laurence Johnston Peter.

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