“Mente sana en cuerpo sano”, decía el antiguo aforismo de Juvenal. Actualmente, parece que dedicamos mucho tiempo y espacio a la salud corporal, pues desfilan las personas por los gimnasios y con los dietólogos, aunque no sea signo necesariamente de una real y equilibrada preocupación por su salud física. Sin embargo, seguimos adoleciendo de una necesaria salud mental, o espiritual, sobre todo a partir de la pandemia que arrojó graves secuelas de frustración, ansiedad, neurosis, angustia, depresión y otros cuadros clínicos.
Por eso, es muy importante la organización del Primer Congreso de Salud Mental del Noroeste del país, que lleva por título “Mentes extraordinarias” y se realizará este viernes y sábado en el Teatro Pablo de Villavicencio y en el Museo de Arte de Sinaloa, de 8 de la mañana a 8 de la noche, incluyendo exhibiciones y espectáculos culturales.
Los expositores son reconocidos ponentes internacionales, como Enrique Rojas, Stella Maris Maruso, Lama Karpa Tenpa, Javier Albares Tendero, Florencia Sanabria, María Dolores de la Puerta y Lorenzo Sánchez Padilla.
La preocupación por la salud mental no es un tema emergente, pues era una constante preocupación desde el Siglo 19. El médico y psicólogo español, Pedro Felipe Monlau y Roca, prologó en 1855 el libro “Higiene del alma o El arte de emplear las fuerzas del espíritu en beneficio de la salud”, escrito en alemán por el barón Ernst von Feuchtersleben, con las siguientes palabras:
“Nadie duda de la influencia del organismo humano sobre la parte moral; el estado de salud dispone a la benevolencia, a la alegría, a la honradez, al ejercicio de todas las virtudes. Pero hay otra influencia menos conocida, y es la de la parte moral del hombre sobre su parte material u orgánica”.
¿Cuido mi salud mental? ¿Observo una higiene del alma?
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