Se venden firmas

    david@bufetealvarez.com
    Hace un par de años se llegó al extremo de que un solo DRO aparecía en más o menos 100 obras... es físicamente imposible que un solo DRO supervise 100 obras. Siendo así, no es raro que más temprano que tarde surjan los problemas derivados de que un DRO no cumpla con su trabajo: Defectos estructurales en la construcción, falta de cajones de estacionamiento, más pisos o niveles de los permitidos, materiales de baja calidad, etc.

    La semana pasada platicaba con un amigo mío que es director Responsable de Obra (DRO) y le pregunté si realmente cumplían con los deberes que les impone el Reglamento de Construcción Municipal, que básicamente son sustituir a la Dirección de Planeación del Desarrollo Urbano Sustentable (DPDUS) que no cuenta con inspectores suficientes, y asegurarse de que las obras para las que se expiden los permisos de construcción se ejecutan respetando tales permisos.

    Mi amigo me dijo que en realidad el negocio de DRO consiste básicamente en “vender la firma”, es decir, aparecen como DRO, pero en la práctica no cumplen sus funciones y no se paran en las obras que se supone deben supervisar.

    Me dijo que, hace un par de años se llegó al extremo de que un solo DRO aparecía en más o menos 100 obras. ¿Te imaginas?, me dijo, es físicamente imposible que un solo DRO supervise 100 obras.

    Siendo así, no es raro que más temprano que tarde surjan los problemas derivados de que un DRO no cumpla con su trabajo.

    Defectos estructurales en la construcción, falta de cajones de estacionamiento, más pisos o niveles de los permitidos, materiales de baja calidad, etc.

    Y por si se lo pregunta, mi amigo me dijo que algunas firmas se “venden” hasta en varios millones de pesos. Nada mal por no hacer nada.

    También me dijo que en la DPDUS tienen pleno conocimiento de lo que les platico y que no hacen nada porque van en la polla, es decir, también reciben moches por la venta de firmas de DRO.

    Sabiendo lo anterior, se han presentado denuncias ante la DPDUS para que lleve a cabo visitas de inspección en desarrollos inmobiliarios ya terminados, con el resultado de que, efectivamente, se violaron varias normas legales y no se cumplieron los requisitos que la misma DPDUS fijó al expedir los permisos de construcción.

    Pensaríamos que, ante el resultado de las visitas de inspección, la DPDUS actuaria rauda y veloz, sancionando al desarrollador a quien le expidió el permiso de construcción y al DRO negligente.

    Nada más alejado de la realidad, la DPDUS no solo no los ha sancionado, sino que hace todo lo posible por protegerlos. Estos asuntos ya están en tribunales y ya le platicaremos el resultado final, por lo pronto, la venta de firmas sigue a todo lo que da.

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