Será una mujer el relevo de Rocha
La ‘cargada’ oyó decir ‘es Imelda’
Ante la cercanía de la encuesta que realizará en marzo el Movimiento Regeneración Nacional para medir la empatía del electorado con miras a designar a quien será la candidata o el candidato al Gobierno de Sinaloa, la acotación que hizo el sábado Rubén Rocha Moya al precisar que deberá ser una mujer quien lo releve en el cargo cayó como plaguicida sobre la chapulinada guinda que desespera por comerse la cosechas mucho antes de que inicie la zafra sucesoria.
A Rocha le gusta provocar tolvaneras en el círculo rojo de la política, así sea en el desierto cuatroteísta donde la carencia de liderazgos notables ocasiona que cualquier aspirante a puestos de elección popular intente detonar tormentas de arena. Sin ponerle nombre, que ni falta hacía, sí le puso faldas a la elección de 2027 y todo mundo entendió que hablaba de la Senadora Imelda Castro Castro.
Tanto se apuntó la mirada hacia la Legisladora oriunda de Agua Caliente de Cebada, Municipio de Sinaloa, que frente a la “cargada” que provoca el “destape” subliminal ella tuvo que decir que hoy se halla concentrada en la labor que realiza en el Senado y encontró los atajos necesarios para escabullirse del tema de la intensa precampaña en la que ha recorrido en varias ocasiones el territorio estatal. Y lo hizo correspondiendo con cortesía política a la deferencia del poder que entre líneas le hizo Rocha Moya pues consideró precipitado hablar de sus aspiraciones porque “estamos ahorita prácticamente en el fin del cuarto año del Gobernador”.
Es decir, formalismos aparte, en estos momentos no estaría a discusión el hecho de que Imelda Castro lleva ventajas no sólo en el acopio de simpatizantes sino en los ánimos de la Presidenta Claudia Sheinbaum y de la dirigente nacional de Morena, Luisa María Alcalde, pero es que ya había llovido a cántaros sobre Mazatlán que el diluvio que soltó Rocha halló a varias pretensas sin paraguas.
Es que el Gobernador también alentó esperanzas en más figuras del sector femenino de la Cuarta Transformación local, siendo los casos de la Diputada federal Graciela Domínguez que no se apuntó ni descartó; María Teresa Guerra que se movió como pez en el agua durante el informe de los legisladores locales efectuado en Mazatlán; y Estrella Palacios, que fue anfitriona e hizo lucir sus tablas en la pasarela futurista.
A pesar de que el panorama anticipa ser rosa, faltarían algunos peros por resolver y el principal tiene que ver con la declaración que Luisa María Alcalde hizo el mes pasado en Culiacán aclarando que en la encuesta se incluirá también a perfiles del sector masculino para preguntarles a los sinaloenses “quién considera que es el mejor candidato, mujer u hombre, para representarnos en la continuidad de la transformación en este estado”.
Podría ser que la líder de Morena sólo cubrió el requisito de la inclusión cuando todos dan por hecho que en Sinaloa la encuesta considerará únicamente a mujeres por aquello de que hacen falta gobernadoras para equilibrar la balanza morenista en la equidad de género concerniente a titulares del Ejecutivo en los estados. Cuidado con eso de dejar abierta la posibilidad de que el machismo continúe ocupando el despacho principal del tercer piso del Palacio de Gobierno.
Por lo pronto, mientras se sabe si son limas o limones, la sucesión sinaloense cobra celeridad cada vez más y la semana recién concluida aporta signos suficientes en evidencia de que los pretensos no admiten freno de disco ni de mano. Con decir que hasta Gerardo Vargas Landeros, el ex Alcalde de Ahome vinculado a procesos judiciales por desempeño irregular de la función pública, levanta la mano calculando que en el contexto de proselitismo turbio obtenga alguna ganancia para su movimiento del trébol de cuatro hojas.
En cuanto a las encuestas de Morena, poco se sabe de la efectividad de éstas o de las preferencias que arrojan los resultados. Son tan etéreas como los criterios que utiliza San Pedro para decir quién va a la gloria o al infierno. Podría ser que sí se realicen y operen como uno de tantos factores en la decisión, sin embargo, la palabra final la dará Claudia Sheinbaum y no permitirá que una tómbola suplante al gran dedo presidencial. Resulta ingenuo pensar que no la subyuga el viejo ritual reservado sólo para el placer de los todopoderosos.
Que el estilo no asombre,
Aunque sí aporta un rastro,
Al decir Rocha que es Castro.
Sin que la llame por su nombre.
De cumplirse el vaticinio de una mujer abanderada por Morena que busque la Gubernatura de Sinaloa, es posible que en ese acuerdo participe también el Senador Enrique Inzunza Cázarez, quien estaría seis años en la Cámara alta construyendo para él un proyecto político más sólido dentro de la Cuarta Transformación, porque la edad (53 años) le da para esperar a que concluya el sexenio de la Presidenta Claudia Sheinbaum y así el ex Presidente del Supremo Tribunal de Justicia del Estado, que hoy preside la Comisión de Estudios Legislativos del Senado, le cumpla a la Mandataria nacional en la misión de fundamentar y sacar adelante las grandes reformas que el segundo piso de la 4T propone lograr en la Constitución y leyes secundarias.