Sesgos en medios informativos

    Los sesgos presentes en los medios masivos de comunicación limitan nuestra capacidad para analizar y comprender los problemas de manera adecuada. Esto es relevante porque como consecuencia de estos sesgos, corremos el riesgo de caer en manipulaciones y distorsiones de la realidad. Desde concepciones erróneas de ideas o conceptos, hasta la toma de decisiones importantes que afectan no solo nuestro criterio individual, sino también la formulación de políticas públicas. Es fundamental desarrollar habilidades críticas para identificar y contrarrestar estos sesgos, promoviendo una mayor objetividad y un acceso más equilibrado a la información.

    ¿Estamos empeorando cada día? ¿El calor, la violencia y las noticias negativas aumentan o es solo una impresión sesgada por los medios de comunicación?

    Los algoritmos utilizados por las redes sociales más populares son maestros en captar nuestra atención al ofrecernos información que se ajusta a nuestros intereses y preferencias. El resultado es una realidad distorsionada en la que nos vemos atrapados en extremos, donde amamos u odiamos sin matices. En este contexto, los medios de comunicación también pueden emplear estrategias igualmente discutibles para influir en nuestras percepciones y opiniones. Es crucial explorar a fondo este fenómeno y aprender a discernir la verdad en medio del fragor informativo. En particular, los sesgos presentes en los medios masivos de información pueden producir no solo una concepción errónea de una idea o concepto, sino una distorsión de la realidad que vivimos.

    El sesgo en los medios se puede entender a través de la estadística. Así como la media representa la tendencia central de un conjunto de datos, el sesgo determina la forma (o simetría) de los datos. De igual manera la presentación de la información en los medios también puede tener un sesgo o desbalance. Cuanto más equilibrada sea su presentación, más confianza podremos tener en ella.

    Dentro de los medios masivos, encontramos tres sesgos comunes. El primero de ellos es el sesgo por cobertura, que se manifiesta cuando ciertos temas o eventos reciben una cobertura desproporcionada, mientras que otros de igual importancia pasan desapercibidos. Este sesgo puede influir en nuestra percepción y limitar nuestra comprensión completa de los problemas que enfrentamos. Para mitigar su efecto, es fundamental buscar fuentes de información diversas y equilibradas, y estar dispuestos a investigar más allá de los titulares para obtener una imagen más completa y precisa de la realidad.

    El segundo es el sesgo por selección. Este sesgo se produce cuando se eligen selectivamente ciertos datos o ejemplos para respaldar una narrativa o agenda particular. Los medios pueden presentar información sesgada que refuerce una opinión específica, omitiendo hechos o perspectivas que no se ajusten a esa narrativa. Un ejemplo común de este sesgo es la selección de testimonios que respaldan una postura determinada mientras se ignoran aquellos que la cuestionan. Para mitigar este sesgo, es esencial buscar múltiples fuentes y perspectivas, y cuestionar la veracidad de la información presentada. En general, al examinar una variedad de opiniones, nos acercamos a una comprensión más equilibrada y objetiva de los hechos.

    El tercero es el sesgo por tono. Este sesgo se refiere a la forma en que se presenta la información, incluyendo el lenguaje utilizado y la carga emocional que se transmite. Los medios pueden emplear tácticas retóricas para influir en nuestras emociones y manipular nuestra percepción de los eventos. Por ejemplo, el uso de adjetivos positivos o negativos al describir a determinados individuos o grupos puede influir en nuestra opinión sobre ellos. Además, el énfasis en ciertos aspectos de una historia y la omisión de otros también pueden generar un sesgo en la presentación de la información. Para contrarrestar este sesgo, es esencial mantener una actitud crítica y estar consciente de cómo el tono utilizado puede influir en nuestra interpretación. Al estar alerta a las estrategias de persuasión empleadas, podemos evaluar la información de manera más objetiva y formar opiniones basadas en los hechos en lugar de en las emociones que se intentan provocar.

    En conclusión, los sesgos presentes en los medios masivos de comunicación limitan nuestra capacidad para analizar y comprender los problemas de manera adecuada. Esto es relevante porque como consecuencia de estos sesgos, corremos el riesgo de caer en manipulaciones y distorsiones de la realidad. Desde concepciones erróneas de ideas o conceptos, hasta la toma de decisiones importantes que afectan no solo nuestro criterio individual, sino también la formulación de políticas públicas.

    Es fundamental desarrollar habilidades críticas para identificar y contrarrestar estos sesgos, promoviendo una mayor objetividad y un acceso más equilibrado a la información. Al hacerlo, estaremos mejor preparados para tomar decisiones informadas y contribuir a un debate público más constructivo y transparente.

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    eteran@uas.edu.mx

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