Los historiadores cuentan que, en el lejano 1909, en el desarrollo de un servicio religioso metodista que se celebraba en Spokane, Washington, en honor a las madres, la joven señora Sonora Smart Dodd reflexionó que resultaba injusto que sólo se celebrara el Día de las Madres, mientras que la figura paterna no tenía una fecha de dedicación en el calendario.
Y el cuestionamiento de Sonora surgió en virtud de que ella y cinco hermanos fueron criados bajo la tutela de su padre, William Smart, ya que su mamá falleció cuando los retoños de William contaban con corta edad.
Haciendo esas consideraciones, Sonora les propuso a los líderes de su iglesia que se fijara una fecha en el calendario para honrar a los padres proponiendo el 5 de junio, justo el día de nacimiento de su progenitor. Los jerarcas metodistas le compraron la idea pero por cosa de tiempos decidieron que la primera celebración se realizaría el 19 de junio de 1910, justo el tercer domingo del sexto mes.
Y de ahí en adelante, la iniciativa de Sonora Smart se fue extendiendo fuera del territorio norteamericano y en la actualidad, poco más de 70 países, entre ellos el nuestro, adoptaron el tercer domingo de junio para celebrar, aunque sea simbólicamente, a los padres de familia, a diferencia de otras naciones, que lo hacen el 19 de marzo, día en que está fechado el nacimiento de San José, el padre de Jesucristo.
Esa es la crónica del origen del Día del Padre y el motivo por el cual, en la actualidad, las tiendas departamentales agotan sus inventarios y los restaurantes hacen su agosto. Claro, también se recuerda a los padres ausentes o a los varones que jugaron ese papel dentro de los núcleos familiares.
Desgraciadamente la felicidad no reinará en los hogares de muchos emigrantes que radican ilegalmente en suelo estadounidense debido a las batidas violentas que impulsa el Gobierno federal de nuestro país vecino en contra de ellos.
Las cosas están que arden en el territorio simbolizado por la bandera de las franjas y las estrellas con el tema de las deportaciones de personas que entraron a dicho país sin la correspondiente autorización migratoria gubernamental.
Se entiende que por dicha causa el Gobierno estadounidense esté realizando la expulsión de su territorio de la gente que radica de manera irregular en su país. Sin duda, están su derecho, pero desgraciadamente lo están ejerciendo de manera abusiva, sin ninguna consideración a los derechos humanos de los afectados, llegando incluso a tratarlos cual si fueran criminales de la peor ralea, actos reprobables que sin ninguna consideración llegan al grado de detener y esposar a infantes, hechos exhibidos a través de las redes sociales, como fue el caso de una pequeña, tal vez de 10 años de edad, con sus manos trabadas en la espalda y practicándole una revisión corporal ¡La estupidez en su máxima expresión!
Sin lugar a dudas, la campaña de deportación masiva impulsada por el Presidente Donald Trump, con acciones censurables, lo pinta no como líder de un país democrático, sino como un dictador convencido de que el poder que detenta le da la facultad de aplastar la dignidad humana; pero bueno, a pesar de todo ¡feliz Día del Padre!