Sin maíz no hay país...

02/11/2025 04:01
    A la hora de brindarle apoyo a los productores maiceros, los gobiernos estatales y el federal, se olvidan de lo dicho por la Presidenta, regateándole a los agricultores los soportes para que su producción les resulte rentable, obligándolos a que externen sus inconformidades de diversas formas, de las cuales, algunas de ellas, afectan el interés de la ciudadanía; reclamos que no son atendidos con oportunidad para evitar que se llegue al rompimiento del orden público.

    2 de noviembre, día 306 del calendario, efeméride de una tradición única en el mundo; la celebración mexicana del Día de Muertos, en la que se recuerda a los que se nos adelantaron. A los que cumplieron con su ciclo de vida, en cuya memoria, elevamos una oración y la evocación con agradecimiento y amor por lo que nos dieron en vida.

    “¡Sin maíz no hay país!” Es una frase que una y mil veces ha expresado la Presidenta Claudia Sheinbaum, defendiendo el hecho de que el grano citado forma parte de la cultura alimentaria de los mexicanos.

    Sin embargo, a la hora de brindarle apoyo a los productores maiceros, los gobiernos estatales y el federal, se olvidan de lo dicho por la Presidenta, regateándole a los agricultores los soportes para que su producción les resulte rentable, obligándolos a que externen sus inconformidades de diversas formas, de las cuales, algunas de ellas, afectan el interés de la ciudadanía; reclamos que no son atendidos con oportunidad para evitar que se llegue al rompimiento del orden público.

    En el argot campesino se dice que las mulas viejas solo caminan a varazos y sin lugar a dudas vale su aplicación al gobierno mexicano, en cualquiera de sus tres niveles, ya que, para resolver demandas sociales, en muchos de los casos, ocupan de la presión de los afectados, vía publicaciones en medios de comunicación, marchas, mítines o bloqueos de calles y carreteras; también con la toma de instalaciones públicas.

    Por supuesto, en las acciones de protesta en las que se trastoca el derecho al libre tránsito de terceros, trae consecuencias para éstos, bien sea en pérdida de tiempo y hasta económicas, a lo cual, se agrega, el peligro de muerte en el que se sitúa a los enfermos que no pueden llegar oportunamente a la atención médica y hospitalaria que requieren.

    El reciente mega bloqueo orquestado por los productores agrícolas de maíz en algunas entidades del país se prolongó por más de veinte horas lo que provocó consecuencias de diversa índole a los que de pronto se vieron literalmente secuestrados por los agricultores maiceros y por la negligencia gubernamental, que no tuvo la capacidad negociadora para que los demandantes no llegaran al extremo de perjudicar a terceros con sus acciones de reclamo.

    Ciertamente, en el caso de los agricultores no les falta razón para demandar mejores condiciones para continuar en la producción alimentaria e igual sucede con otros casos de índole social, pero ya es tiempo de que se le ponga fin a la afectación de terceros, sin que eso se considere como un atentado a la libertad de expresión.

    Tanto cobijo se les ha dado a los desmanes que se comenten bajo la sombrilla del derecho a manifestarse, que se están tornando en peligrosos actos de saqueo y violencia, como lo que se vivió en la marcha conmemorativa del 2 de octubre de 1968.

    Volviendo al tema de los productores de maíz, año con año se dan los jaloneos entre éstos y las autoridades gubernamentales y poco o nada se hace para evitar el rompimiento de las mesas de negociación.

    Ni el gobierno estatal ni el federal, se sientan con los agricultores previo al inicio de siembra del grano para que antes de proceder a la misma, se avizore un panorama de las expectativas del precio del maíz y mucho menos, se planifica la producción necesaria para no saturar el mercado.

    Y por lo que se ve, tampoco se proyecta la regulación de la importación de esta gramínea para evitar el crecimiento de la oferta con lo que se impacta el precio de la misma. Va de cierre un intento de calaverita.

    “Sin maíz no hay país”, repite la Presidenta, y retorciéndose como lombriz, la calaca le responde con voz estridente: “Por engañar a los productores de maíz, escribiré en tu tumba: Aquí yace una mentirosa reincidente.”

    ¡Buenos días!