Sin novedad, parte de guerra en Sinaloa
Rinde informe el Gabinete de Seguridad

OBSERVATORIO
21/07/2025 04:02
    Ayer volvió a quedar claro que el Estado Mexicano insistirá en movilizar cuanta fuerza pública sea indispensable hasta someter a la Ley a los grupos del narcotráfico confrontados, decisión que tal vez no les inspire grandes esperanzas a los ciudadanos por los crímenes que a diario son perpetrados a la vista de todos, cada vez de más alto impacto, prolongando la barbarie mucho más allá de lo que pueda soportar una sociedad de abrumadora mayoría pacifista.

    A cinco días de que se cumpla un año del origen de la gran escisión en el Cártel de Sinaloa que trajo la peor jornada de violencia que haya vivido la entidad en su historia, la recuperación de la seguridad y la legalidad se reduce a dos posibilidades: la pax narca producto de la evidente reconfiguración en la organización criminal, o la tranquilidad forzada con más soldados, marinos y guardias nacionales cuya logística y numerosa presencia no ha logrado instalar lo legítimo sobre la atrocidad.

    Ayer volvió a quedar claro que el Estado Mexicano insistirá en movilizar cuanta fuerza pública sea indispensable hasta someter a la Ley a los grupos del narcotráfico confrontados, decisión que tal vez no les inspire grandes esperanzas a los ciudadanos por los crímenes que a diario son perpetrados a la vista de todos, cada vez de más alto impacto, prolongando la barbarie mucho más allá de lo que pueda soportar una sociedad de abrumadora mayoría pacifista.

    En general, la estancia en la capital del estado de los secretarios de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch; de la Defensa Nacional, Ricardo Trevilla Trejo; de Marina, Raymundo Morales Ángeles, y el Comandante de la Guardia Nacional, Hernán Cortés Hernández; confirma la nueva lógica de “balazos, no abrazos” con la cual la Presidenta Claudia Sheinbaum le dio el viraje al modelo de combate al crimen organizado que implementó su antecesor Andrés Manuel López Obrador.

    Tampoco el parte de guerra presenta novedades notables: bastante y visible presencia militar, familias que durante más de 10 meses han sostenidos los toques de queda domésticos, masacres en cualquier lugar y hora inmolando también a niños y jóvenes, seguridad pública que llega tarde a los puntos en que detona la violencia, periodismo que siente cómo lo rozan las balas del fuego cruzado entre delincuentes. Sintetizando esto, Sinaloa presenta en cada amanecer más estragos de guerra.

    El informe concentra los resultados desde octubre de 2024 a la fecha sin precisar acciones futuras. El despliegue de 14 mil elementos federales en prevención e Inteligencia, la detención de mil 487 presuntos generadores de violencia, aseguramiento de 3 mil 3 armas de fuego, 91 laboratorios y 53 mil kilogramos de drogas, desactivación de eslabones de mando en las facciones que encabezan los hijos de Joaquín Guzmán Loera y los de Ismael Zambada García. También incluye la detención de Ovidio Guzmán el 5 de enero de enero de 2023 y la muerte de 10 militares en ese operativo.

    Y si acaso hubo algún cambio de estrategia, éste se notó en materia de comunicación, pues la agenda en Culiacán incluyó una conferencia de prensa donde el Gabinete de Seguridad federal revalidó la postura de mayor fuerza pública militar y civil para contener a las facciones del narcotráfico que chocan en el Cártel de Sinaloa y que aún evidencian capacidades táctica, numérica, financiera y de movilidad para afectar vidas y patrimonios, privar de la libertad a personas, atacar a policías y establecer la atmósfera de miedo generalizado que paraliza indistintamente.

    De algo vale la atención a medios de comunicación y el efecto dispersor de la información que coadyuva a que la población tome decisiones bajo el conocimiento de la realidad oficial. En caso de ser el principio de rupturas del silencio gubernamental que es otro componente del peligro para la gente, pues éste sería el único elemento novedoso más allá de que la visita de los funcionarios de Seguridad, Defensa, Marina y Guardia Nacional reaviva la confianza en que sí haya perseverancia en cumplir la palabra que Claudia Sheinbaum empeña cada vez que viene, de no dejar solos a los sinaloenses. Harfuch lo reiteró: “devolver la paz a los sinaloenses es una prioridad para el Gobierno de México”.

    Lo demás sigue igual. El Gobierno federal mantiene el control de las operaciones antinarco a pesar de la merma de la confiabilidad en las corporaciones estatal y municipales de seguridad pública, mientras que al Gobernador Rubén Rocha se le han encomendado las acciones de paz positiva a largo plazo, con inversión pública, atracción de capitales extranjeros, apoyos a los segmentos de la economía de menor capacidad de resistencia, apego al método cuatroteísta de “por el bien de todos, primero los pobres” e impulso a la llamada revolución blanca que involucre a todos los sinaloenses de bien.

    Reverso

    Si Harfuch, Trevilla y Morales,

    acaban con la violenta racha,

    Nos conocerán más fraternales,

    Con camarón y callo de hacha.

    El aviso oportuno

    Unas horas después de que integrantes la Red de Periodistas y Defensores de Derechos Humanos expusimos la preocupación por la seguridad de reporteros que realizan cobertura directa en el contexto de la narcoguerra en Sinaloa, la directora del Instituto para la Protección de Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas, Jhenny Judith Bernal, dio vista a la Comisión Estatal de Derechos Humanos sobre un patrón recurrente de tardanza por parte de las autoridades para arribar a escenas del crimen o zonas de alto riesgo, lo cual genera que periodistas y defensores permanezcan por tiempo prolongado en lugares peligrosos sin la debida protección, incrementando su exposición y vulnerabilidad. Avisadas a tiempo las correspondientes instituciones, luego no digan que no lo sabían.