Sistema local anticorrupción: va el golpe
Acabar con la CEAIP y a la transparencia
A ras del plazo para empalmar a Sinaloa con la reforma federal que le asestó un marrazo a la transparencia en México al legitimar la contradicción de que el Gobierno se fiscalice a sí mismo en el uso de recursos públicos, el Congreso del Estado entró al proceso que podría significar la demolición de la Comisión Estatal de Acceso a la Información Pública y el Sistema Estatal y Municipal Anticorrupción, las dos instancias autónomas que hacen la función de la lupa ciudadana que le vigila las manos y las mañas a funcionarios e instituciones gubernamentales.
De entrada importa revisar el absurdo que consiste en que quien gasta el dinero que aporta el pueblo vía impuestos será el mismo obligado a detectar y combatir su propia corrupción, adquiriendo la dualidad de administrador de erarios y rendidor de cuentas exento de la mirada cívica que echa luz en los intersticios opacos. La alegoría del cleptómano al que se le asigna la doble labor de robar y convencer a sus compinches de que el reparto del botín es translúcido.
Esta tarea de homologación de la transparencia estatal con la nacional estará encabezada por la Secretaria de Transparencia y Rendición de Cuentas del Gobierno del Estado, María Guadalupe Ramírez Zepeda, contando con la colaboración de la aplanadora que el Movimiento Regeneración Nacional y aliados tienen en la 65 Legislatura. Es decir, antes de desarrollar el debido protocolo parlamentario ya se da por hecho la muerte segura de la CEAIP y el SEMA, así nomás porque sí.
Sin embargo, sin conocer aún la postura del Gobernador Rubén Rocha Moya respecto a este proceso de demolición de la transparencia cimentada por una larga lucha social, y edificación de la estructura oficial que se auditará para sus adentros, antes de que el 18 de junio se le dicte pena capital al sistema local anticorrupción debe concedérsela a la sociedad el derecho al último deseo, como se le otorga a quien inevitablemente va al cadalso.
En principio, cabe recordar que Sinaloa fue pionero en implementar el modelo de transparencia que en 2008 creó el entonces Gobernador Juan Millán, anticipándose a la tendencia nacional que vino después en el mismo sentido. De una CEAIP creada más por lucimiento político que por vocación a rendir cuentas, el tiempo empujó a que la Comisión evolucionara en su misión autónoma y sea hoy referente en su ámbito en México.
¿Por qué desarticular algo que está funcionando bien para convertirlo en apéndice del Gobierno a contrahechura de la indicación de la 4T para cerrarle a los ciudadanos las escasas ventanas por las que vigila la cosa pública? La incipiente iniciativa de “reforma” plantea crear la extinción de la CEAIP y salir con el parto de los montes al nacer la instancia llamada Transparencia para el Pueblo que será un órgano desconcentrado que operará la dependencia que hace las funciones de contralora oficial.
A ver, arrasar con la CEAIP que tiene trayectoria, equipo competente, autonomía técnica, método y que reporta resultados en cuanto a obligar a sujetos obligados a que abran sus cuentas al escrutinio ciudadano, para darle forma a otra estructura burocrática que, a como la pinten, carecerá de independencia frente a administradores públicos a los cuales las leyes y órganos les exigen transparencia. Eso equivaldría a diseñar un adefesio político marcado por la involución en cuestión de combate a la corrupción.
Hay bastante que analizar, discutir y rearmar antes de llevar a paredón a la CEAIP. Mucho por asimilar sabiendo de antemano que el Gobernador Rubén Rocha Moya, y la Diputada María Teresa Guerra Ochoa, presidenta de la Junta de Coordinación Política del Congreso del Estado, formaron parte del activismo y la lucha desde la sociedad que llevó a la construcción de los sistemas de transparencia y anticorrupción.
Podrían ampliarse los plazos para abrirle cauces a la deliberación colectiva. Más allá del foro que realizarán el Congreso y la Secretaría de Transparencia el 28 de mayo, el fusilamiento de la CEAIP no puede ocurrir sin antes evaluarla, quizá restructurarla, o bien reemplazarla por otro órgano que continúe siendo la vitrina auténtica donde el gasto público sea observado y sancionado por los ciudadanos.
Consideren la conveniencia,
De detener este insulto,
Y que viva la transparencia,
Dándole a CEAIP el indulto.
A Sinaloa le urge, hoy más que nunca, reforzar los andamios de libertades, derechos, participación ciudadana y la certeza de que al menos el flagelo de los delitos de cohecho, peculado y expoliación sean desterrados para no agregarle tribulaciones a una sociedad que solamente unida, retomando la confianza en sí misma y en el Gobierno, podrá reconstruir lo que está dañado por la fuerza brutal de la violencia. Entre las treguas que importarán cuando llegue la fase de la posguerra, una fundamental será para defender la transparencia que entre todos hemos construido como reserva honorable que detenga nuevos azotes como el de la corrupción.