Suprimir el pragmatismo

    “Quien hace política, aspira al poder. Al poder como medio al servicio de otros fines (egoístas o idealistas) o al poder <<por sí mismo>>”
    Me han acusado los amables de inocente, los demás, pues con adjetivos menos amables por creer que los ideales cuando se habla de política cuentan. Max Webber también lo creía cuando escribió 'Politik als Beruf' 'La política como vocación (profesión)' en 1917. En este ensayo, Weber discute la naturaleza de la política y los desafíos a los que se enfrentan aquellos que buscan vivir de ella.

    @isaacarangureconacentoenlae

    Fue por allá de finales del 2015 que anunciaba mi candidatura independiente y no podría enumerar cuántas cosas son diferentes en mí y en mi vida, por desgracia no puedo decir lo mismo de la política (en el sentido estrecho, electoral de la palabra) y la forma en la que se ejerce. Leo algunas posturas que dejé escritas y que por aquel entonces motivaban mi participación y con tristeza me doy cuenta que si cambio la fecha y las vuelvo a publicar estarían vigentes. El secuestro cupular, partidos que se rehusan a ver, escuchar, pensar, dirigentes ineptos y corruptos, impresentables como candidatos o aspirantes y alianzas “pragmáticas” eran y siguen siendo los protagonistas. Por aquel 2015 había cosas que me revolvían (revuelven) el estómago, frases como: “la política es el arte de tragar mierda sin hacer gestos”, “hay que aceptar alianzas y compromisos para ganar”, “de nada sirve soñar, el sistema te enseña que las cosas no son así”, ¿Y cómo sí son las cosas? Desafortunadamente (o tal vez no, dijera el sabio) la elección se perdió y no tuve oportunidad de demostrar lo contrario.

    En campaña demostramos algunas cosas interesantes como el tema de presupuesto, la propuesta, la plataforma y la sorpresa, pero no pasó de ahí, a partir de ahí, el recuerdo se ha ido diluyendo y seguramente desaparecerá al grado de haber sido irrelevante por más que nos guste pensar al equipo y a mí que no fue así. Sin embargo, me llama la atención que al día de hoy (y con esto termino este contexto personal) hay gente que cree que las elecciones o un puesto como funcionario me interesa, cuando repetí hasta el cansancio en aquella elección que <<no era yo, era el proyecto>> Hoy me interesa y sigo participando en política en el espectro amplio de la palabra, como un medio para fines colectivos y lo más importante, no estoy dispuesto a que la realidad que nos golpea todos los días en la cara me hagan renunciar a mis ideales.

    Me han acusado los amables de inocente, los demás, pues con adjetivos menos amables por creer que los ideales cuando se habla de política cuentan. Max Webber también lo creía cuando escribió “Politik als Beruf” “La política como vocación (profesión)” en 1917. En este ensayo, Weber discute la naturaleza de la política y los desafíos a los que se enfrentan aquellos que buscan vivir de ella. Expone la idea de que la política implica el ejercicio del poder y la toma de decisiones que afectan la vida de los demás. También habla sobre la importancia de la vocación y la ética en la política, destacando que aquellos que buscan involucrarse en ella deben tener un sentido de responsabilidad y compromiso con el bien común, y es que aunque Webber se definía a sí mismo como un “realista político” y abogaba por la capacidad de acción, ejecución y decisión, veía este ejercicio de poder con una necesidad inseparable de ÉTICA, siendo esta la que le debería aliviar los conflictos morales y la complejidades de la toma de decisión a nuestros líderes, es decir; Ni aquel hombre que identificaba la relación entre ESTADO (Violencia), PODER y SOCIEDAD se rehusó a exentar los Ideales, Valores y la Ética (como sentido práctico de los anteriores) de la práctica o el ejercicio de la política como profesión.

    Pero ¿es así? Conozco gente valiosa e inteligente en todos los partidos, pero se ven en la necesidad de defender a Zambrano, Cortés o Alito, las alianzas con partidos putrefactos, levantar la mano de personajes impresentables, salir en la fotografía, callar escándalos de corrupción o malas prácticas, y para mí es FUNDAMENTAL en ese contexto SUPRIMIR EL PRAGMATISMO, no habrá cambio significativo alguno mientras sigamos PERMITIENDO que el pragmatismo triunfe, “porque la política así es”, “por un bien mayor” porque al día de hoy “el bien mayor” no ha llegado y dudo profundamente que llegue a través de él.

    Dejemos a un lado las campañas de cartón y señalemos lo que debe ser señalado, las ideas y las acciones sobre todo en lo público deben ser señaladas, sin importar los colores, los problemas que atraviesan a nuestra ciudad, a nuestros estados, a nuestro país no son de gobierno (ya los hemos tenido de todos los colores) son de ESTADO, nos debemos un ESTADO mejor, uno que nos deje soñar y en el que los IDEALES quepan, en la lucha por ese ESTADO no claudiquemos, ahí no van a caber los “pragmáticos”. La adoración a las personas imbéciles debe de terminar.

    Por cierto, tal vez la próxima semana escriba sobre ellas.

    Nos leemos pronto.

    Es cuánto.

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