"Te lo firmo y te lo cumplo ¿y si no qué?"

La estrategia de “te lo firmo y te lo cumplo”, según recuerdo, fue utilizada por primera vez durante la campaña de EPN a Gobernador del Estado de México y fue muy efectiva. Después la usó Jorge Abel López Sánchez en la campaña para Presidente Municipal y, también ganó. 

 

Todos sabemos que, durante las campañas electorales, los vividores de la política van a firmar los compromisos que les presenten, con tal de que votemos por ellos. 

 

Por ejemplo, en la pasada campaña para diputados locales, según recuerdo, las actuales diputadas del PRI y los candidatos a diputados de los otros partidos, que perdieron la elección, acudieron a eventos organizados por Coparmex y otras organizaciones de la sociedad civil, donde firmaron varios “compromisos”.

 

Pasadas las elecciones y logrado su objetivo, esos compromisos quedan en el olvido y ya no se cumplen, a menos que les convenga. Por desgracia, así son la mayoría de los políticos y políticas, y solo muy pocos honran su palabra.

 

En 2018 vienen otras campañas políticas y nuevamente, los changos y changas van a querer seguir colgados de su liana o van a querer brincar a otra, así que firmarán cuanto compromiso se les ponga enfrente.

 

Invito a Coparmex y a otras organizaciones de la sociedad civil, a que cambiemos las reglas del juego y en lugar de que nos apliquen el “te lo firmo y te lo cumplo” (y hasta frente a notario público algunos), que jurídicamente no sirve para nada, los hagan firmar compromisos, pero con una modalidad.

 

La modalidad es una “pena convencional”, que, dicha en pocas palabras, equivale a que asuman los compromisos, pero se obliguen a pagar una cantidad de dinero, de sus bolsillos, si no los cumplen. 

 

Por ejemplo: “Me obligo a presentar y a apoyar política y jurídicamente, una iniciativa de ley para bla, bla, bla y si no lo hago dentro de los 90 días siguientes al en que asuma el cargo, pagaré en beneficio del Asilo de Ancianos la cantidad de $ 5’000,000.00”.

 

En mi opinión, una obligación de ese tipo es perfectamente ejecutable en tribunales y, además del efecto legal que puede tener en los vividores de la política, quienes en caso de no honrar su palabra tendrán que sacar dinero de sus propios bolsillos, nos vamos a divertir bastante viendo cómo les tiembla la manita a la hora de firmar un compromiso de ese tipo. Es más, dudo que haya alguno que se atreva a firmarlo así que, ya sabrá el tipo de persona que nos está pidiendo el voto. 

 

“Para los toros del jaral, los caballos de allá mesmo” dice el refrán. Es hora de utilizar con ingenio las herramientas legales que tenemos, para ir acotando a los malos políticos que tanto daño han causado al país. La idea ahí está ¿Quién la recoge y la pone en práctica? ¿Coparmex, Canacintra, Canaco? Ja, ja y ja, sorpréndanme.