Tlon, Uqbar, Orbis Tertius universitario

    La construcción de una imagen de excelencia y prestigio para la UAS ha sido tan eficaz que el relato de la universidad se ha vuelto una parte fundamental de su identidad. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos por crear una realidad alternativa, la falta de transparencia y la manipulación de los datos hacen que este relato sea insostenible a largo plazo, a pesar de los esfuerzos de su comunidad de profesores.

    La ficción y la realidad se entrelazan en el célebre cuento de Jorge Luis Borges, Tlon, Uqbar, Orbis Tertius. En esta narración, un grupo de eruditos desarrolla, a través de una conspiración literaria y filosófica, un mundo ficticio: Tlon. Este mundo tiene cultura, lengua e identidad completamente independientes, tan detalladamente construidas que comienzan a infiltrarse y modificar la realidad misma.

    El cuento de Borges se origina a partir de un vago recuerdo en el que el narrador, que era el mismo Borges, escucha una mención a la región de Tlon. Este vago recuerdo desencadena una búsqueda ardua por obtener más información sobre Tlon, una tarea que, al principio, resulta difícil. Sin embargo, poco a poco, el narrador descubre la vasta y compleja extensión de este mundo imaginario.

    En el transcurso de la historia, varios personajes y eruditos ficticios se mencionan, entre ellos al ensayista Tomás de Quincey o Adolfo Bioy Cazares, cuyas obras influyen en la construcción filosófica de Tlon. Estos personajes no solo enriquecen la trama, sino que se integran en el juego de Borges entre lo real y lo inventado.

    A lo largo del relato, el narrador se adentra en la creación de Tlon, un mundo tan minuciosamente concebido que, al final, sus ideas filosóficas y culturales comienzan a infiltrarse en la realidad. El proyecto Orbis Tertius, ideado por un grupo de intelectuales secretos, busca hacer de Tlon un sistema completo, que eventualmente invade la realidad del narrador, alterando su comprensión del mundo. Así es como termina el cuento, con la progresiva transformación del mundo real en una versión de Tlon.

    En la Universidad Autónoma de Sinaloa, se observa una situación análoga, en la que un grupo de individuos ha construido un relato que, a través de indicadores, certificaciones y relatos sesgados, buscaba presentarse como la nueva realidad institucional.

    Como en Tlon, donde los elementos de este mundo ficticio se van imponiendo poco a poco, el relato académico de la universidad ha crecido al punto de que muchos han sido inducidos a adoptarla como si fuera la verdad absoluta.

    Se ha logrado que tanto los miembros internos de la universidad como el público externo crean que la UAS es una de las universidades más importantes de México, una imagen que se ha forjado a través de estadísticas a modo y una sobreabundancia de certificaciones obtenidas mediante prácticas que a menudo generan dudas sobre su autenticidad. Por ejemplo, son bien conocidos los tratos especiales que se les otorgan a los revisores de las certificaciones para que sean indulgentes y flexibles con las evaluaciones.

    Este fenómeno se repite en la publicidad institucional, como el caso de la afirmación de que la UAS era la tercera universidad más importante de México. A medida que diferentes fuentes han comenzado a desmentir esta afirmación, las autoridades de la universidad han tenido que ajustar su discurso, explicando en términos más detallados a qué se refieren exactamente con esa afirmación. Sin embargo, en el fondo, sigue siendo una ficción que es difícil de comprobar.

    La construcción de una imagen de excelencia y prestigio para la UAS ha sido tan eficaz que el relato de la universidad se ha vuelto una parte fundamental de su identidad. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos por crear una realidad alternativa, la falta de transparencia y la manipulación de los datos hacen que este relato sea insostenible a largo plazo, a pesar de los esfuerzos de su comunidad de profesores.

    Al igual que en el cuento de Borges, donde la ficción de Tlon empieza a borrar las fronteras con la realidad, en la UAS también corre el riesgo de que su construcción imaginaria termine despojando de autenticidad su verdadera esencia. Sin embargo, a diferencia de Tlon, donde la consistencia y profundidad de su construcción permiten su eventual transfiguración de la realidad, en la UAS sus relatos carecen de la misma coherencia estructural, faltando los recursos y el rigor que la harían creíble y sostenible.

    Los vientos democráticos que se avecinan nos ofrecen la oportunidad de corregir este rumbo y darle a la institución las bases reales que necesita para su consolidación y crecimiento auténtico.

    PD. En la víspera del año nuevo, con mucho aprecio les deseamos un 2025 lleno de paz, felicidad y armonía.

    eteran@uas.edu.mx

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    eteran@uas.edu.mx

    La ficción y la realidad se entrelazan en el célebre cuento de Jorge Luis Borges, Tlon, Uqbar, Orbis Tertius. En esta narración, un grupo de eruditos desarrolla, a través de una conspiración literaria y filosófica, un mundo ficticio: Tlon. Este mundo tiene cultura, lengua e identidad completamente independientes, tan detalladamente construidas que comienzan a infiltrarse y modificar la realidad misma.

    El cuento de Borges se origina a partir de un vago recuerdo en el que el narrador, que era el mismo Borges, escucha una mención a la región de Tlon. Este vago recuerdo desencadena una búsqueda ardua por obtener más información sobre Tlon, una tarea que, al principio, resulta difícil. Sin embargo, poco a poco, el narrador descubre la vasta y compleja extensión de este mundo imaginario.

    En el transcurso de la historia, varios personajes y eruditos ficticios se mencionan, entre ellos al ensayista Tomás de Quincey o Adolfo Bioy Cazares, cuyas obras influyen en la construcción filosófica de Tlon. Estos personajes no solo enriquecen la trama, sino que se integran en el juego de Borges entre lo real y lo inventado.

    A lo largo del relato, el narrador se adentra en la creación de Tlon, un mundo tan minuciosamente concebido que, al final, sus ideas filosóficas y culturales comienzan a infiltrarse en la realidad. El proyecto Orbis Tertius, ideado por un grupo de intelectuales secretos, busca hacer de Tlon un sistema completo, que eventualmente invade la realidad del narrador, alterando su comprensión del mundo. Así es como termina el cuento, con la progresiva transformación del mundo real en una versión de Tlon.

    En la Universidad Autónoma de Sinaloa, se observa una situación análoga, en la que un grupo de individuos ha construido un relato que, a través de indicadores, certificaciones y relatos sesgados, buscaba presentarse como la nueva realidad institucional.

    Como en Tlon, donde los elementos de este mundo ficticio se van imponiendo poco a poco, el relato académico de la universidad ha crecido al punto de que muchos han sido inducidos a adoptarla como si fuera la verdad absoluta.

    Se ha logrado que tanto los miembros internos de la universidad como el público externo crean que la UAS es una de las universidades más importantes de México, una imagen que se ha forjado a través de estadísticas a modo y una sobreabundancia de certificaciones obtenidas mediante prácticas que a menudo generan dudas sobre su autenticidad. Por ejemplo, son bien conocidos los tratos especiales que se les otorgan a los revisores de las certificaciones para que sean indulgentes y flexibles con las evaluaciones.

    Este fenómeno se repite en la publicidad institucional, como el caso de la afirmación de que la UAS era la tercera universidad más importante de México. A medida que diferentes fuentes han comenzado a desmentir esta afirmación, las autoridades de la universidad han tenido que ajustar su discurso, explicando en términos más detallados a qué se refieren exactamente con esa afirmación. Sin embargo, en el fondo, sigue siendo una ficción que es difícil de comprobar.

    La construcción de una imagen de excelencia y prestigio para la UAS ha sido tan eficaz que el relato de la universidad se ha vuelto una parte fundamental de su identidad. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos por crear una realidad alternativa, la falta de transparencia y la manipulación de los datos hacen que este relato sea insostenible a largo plazo, a pesar de los esfuerzos de su comunidad de profesores.

    Al igual que en el cuento de Borges, donde la ficción de Tlon empieza a borrar las fronteras con la realidad, en la UAS también corre el riesgo de que su construcción imaginaria termine despojando de autenticidad su verdadera esencia. Sin embargo, a diferencia de Tlon, donde la consistencia y profundidad de su construcción permiten su eventual transfiguración de la realidad, en la UAS sus relatos carecen de la misma coherencia estructural, faltando los recursos y el rigor que la harían creíble y sostenible.

    Los vientos democráticos que se avecinan nos ofrecen la oportunidad de corregir este rumbo y darle a la institución las bases reales que necesita para su consolidación y crecimiento auténtico.

    PD. En la víspera del año nuevo, con mucho aprecio les deseamos un 2025 lleno de paz, felicidad y armonía.

    eteran@uas.edu.mx