Benedetto Croce, italiano y ateo, subrayó Javier Cercas, sostuvo que el cristianismo realizó la mayor metamorfosis de la historia. Sin embargo, esta revolución moral y espiritual es encabezada y liderada por un gran pecador.
Cercas recordó que el 13 de marzo de 2013, Francisco aceptó convertirse en el nuevo Papa y admitió ser un gran pecador. Pero, esto no debe de extrañar. “Siempre me llamó la atención que Jesucristo escogiera como fundador de su Iglesia al más débil de sus discípulos, al menos virtuoso, a aquel que renegó de él tres veces consecutivas y en el momento supremo lo traicionó”, precisó Cercas.
Sin embargo, podemos preguntarnos si no sería un error de Jesús escoger al más pecador, como interpretaron Unamuno, Nietzsche y Russell. Cercas ofrece la respuesta del Papa Francisco: «No se trata de dirigir con la cabeza alzada como hacen los dominadores; no, sino de dirigir con humildad, con amor, como hizo Jesús... No apacientes con la cabeza hacia arriba, como el gran dominador; no: apacentar con humildad, con amor, como hizo Jesús. Ésta es la misión que Jesús encomienda a Pedro. Sí, con los pecados, con las equivocaciones”.
No obstante, podemos continuar arguyendo: “¿por qué eligió Jesús al discípulo menos íntegro, al más desleal, al más pusilánime? ¿Por qué no escogió, por ejemplo, a Juan, su discípulo preferido, que no renegó de él, que permaneció al pie de la cruz hasta el fin, junto a su madre, María de Cleofás y María Magdalena?”.
Cercas ofrece su propia respuesta: “porque la Iglesia no está hecha para los fuertes, sino para los débiles; porque Dios es el nombre que damos a nuestra debilidad, y solo un hombre débil, un pecador inveterado como Pedro, podía convertirse en su representante legítimo en la Tierra”.
¿Confieso mi debilidad?