Un pedazo de Estados Unidos en Sinaloa

ENTRE COLUMNAS
29/08/2022 04:15
    Ya sea el clima cálido, ventajas económicas o relaciones sociales, todas y todos los migrantes por estilo de vida encuentran en Sinaloa elementos a los que difícilmente pueden acceder en Estados Unidos.

    De acuerdo al Instituto Nacional de Migración (INM), hasta el mes de julio de este año, se tiene el registro de 99,048 estadounidenses que residen en territorio mexicano, lo que significa que es la población extranjera más significativa en todo el país. De ese total, en Sinaloa habitan 2,940, es decir el 3 por ciento. Predominan ligeramente los varones, pues se tiene registro de 1,722 hombres y 1,218 mujeres. La gran mayoría vive en Mazatlán.

    Cabe decir que esta población es la que está registrada en el INM como residentes temporales o residentes permanentes, pero en la realidad el número es mayor, pues hay una población que prácticamente vive en la entidad con visas de turistas. Esto se debe a que bajo esta modalidad pueden permanecer hasta por un período de seis meses sin presentarse nunca a registrarse como residentes.

    En la literatura estadounidense y europea, a esta movilidad se le ha denominado migración por estilo de vida (Lifestyle Migration). Este tipo de migración la efectúan personas en busca de condiciones privilegiadas, ya sea gracias al poder económico, o debido a factores sociales y naturales. Muchas de estas personas vienen a México con el fin de mantenerse en forma, vivir en un ambiente cultural, y rodearse de pequeñas o grandes comodidades.

    El tipo de condición migratoria a menudo está relacionada con su estilo de vida en México. Por ejemplo, los estadounidenses que están registrados como migrantes temporales, por lo general, llegan a Sinaloa en invierno huyendo de las bajas temperaturas del norte. Tienen un lugar de residencia en sus ciudades de origen y otro aquí. Son de un alto poder adquisitivo, y el principal factor de atracción es el placer. El hecho de tener una vivienda en cada país y recursos económicos, les permite viajar con frecuencia entre los dos lugares. Tienen un escaso conocimiento del idioma español y establecen poca relación con los habitantes locales. Viven en comunidades cerradas o residencias exclusivas, comúnmente frente al mar.

    Por otra parte, los residentes permanentes, son aquellos que vendieron su vivienda en Estados Unidos y se mudaron a México. Principalmente son jubilados, y la elección del lugar de destino la realizan haciendo una comparación con su situación económica y buscando, a la vez, un clima agradable y belleza escénica. Realizan viajes de retorno a Estados Unidos una o dos veces al año, y generalmente se hospedan con familiares. Tienen un nivel económico medio respecto del promedio estadounidense. Tienen un conocimiento básico del idioma español y mantienen una mayor relación con los habitantes locales. Viven en algunas zonas residenciales de alto valor, pero también en colonias y fraccionamientos de nivel medio.

    En ese universo de población, los hay también los que he denominado migrantes económicos. Para ellos, el principal factor de atracción es la economía. Buscan vivienda, servicios médicos y estilos de vida más baratos respecto de sus lugares de origen. Son jubilados de nivel económico bajo, que por lo general viven del Seguro Social de Estados Unidos, por lo que eligen comprar o rentar casa en colonias populares; la belleza escénica y el clima no son factores tan importantes. Ellos tienen un mejor conocimiento del idioma español y mantienen una mayor relación con los habitantes locales.

    Ya sea el clima cálido, ventajas económicas o relaciones sociales, todas y todos los migrantes por estilo de vida encuentran en Sinaloa elementos a los que difícilmente pueden acceder en Estados Unidos.

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