El sinaloense Marco Alonso Verde Álvarez consiguió la primera medalla en boxeo olímpico para México en la categoría Welter, compitiendo contra el uzbeko, Asadkhuja Muydinkhujaev. No fue posible que Verde obtuviera la medalla de oro, de acuerdo a la decisión de los jueces, pero combatió hasta el último instante con valentía y pundonor.
Con esta medalla, Marco no sólo reivindicó el papel de los mexicanos en esa disciplina olímpica, sino que logró la meta que no pudo cristalizar su padre, Manuel Verde, durante los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992. Poco antes de partir hacia París, expresó a TV UNAM: “Mi padre fue a Barcelona, perdió con un francés y yo aquí estoy yendo a Francia. Voy por esa medalla por mí y también por mi padre”.
De esta forma, con disciplina, trabajo, arrojo y entrega, Marco Verde cumplió un sueño familiar. En otra entrevista, para Olympics.com, señaló: “No me imaginaba ser boxeador. Yo nada más lo veía en la tele, porque como mi papá antes era boxeador, nunca me lo inculcó, nunca quiso... Prefirió que fuera beisbolista, pero un día me llevó (a ver boxeo) y simplemente lo elegí. Creo que sentía que esto era lo que debía hacer”.
Aunque no estaba de acuerdo, fue su padre quien lo llevó a entrenar al gimnasio de la Universidad Autónoma de Sinaloa, bajo la tutela de Radamés Hernández, “el profe Rada”, quien es conocido como forjador de campeones.
Empero, cabe cuestionar el apoyo recibido por Marco para ir a competir a París 2024, pues trascendió que no tuvo ningún respaldo, aunque él ya escribió un desmentido en la página de la CONADE: “Fue algo que yo nunca dije, mi familia tampoco. CONADE me apoyó en varios torneos a lo largo de este camino, gracias”.
¿Cumplo mis sueños?
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