Una carrera en la Universidad de Instagram

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    omar_lizarraga@uas.edu.mx
    La aspiración de muchos jóvenes es tener la mayor cantidad de seguidores en esta red social, mientras mayor sea el número de 'followers' mayor es su capital de influencia. La carrera de Instagram consiste en eso, en llegar al mayor número de audiencia. Una vez que un usuario o usuaria llega, o supera los cinco mil seguidores, está en condiciones de monetizar en esta, o en otras redes sociales...

    Como profesor universitario acostumbro preguntar a mis nuevos alumnos y alumnas en qué les gustaría trabajar una vez que se gradúen de licenciatura. Las respuestas son siempre muy variadas, pero una que se repite constantemente -sobre todo en años recientes- es que quieren tener una actividad remunerada en el mundo del Internet.

    La generación de nuevos jóvenes, comúnmente llamados “millennials”, es la primera que creció rodeada de medios digitales y está acostumbrada a socializar en línea. Y por supuesto, sus vidas giran en torno a las redes sociales, tales como Facebook, Twitter e Instagram.

    Según un sondeo entre mis alumnos, la red social que más usan los jóvenes es ésta última (Instagram) por encima de Facebook y Twitter. La razón es que en Facebook tienen como contactos a sus padres, a maestros, a vecinos o familiares; por eso no se sienten libres de compartir cualquier contenido. Además, la consideran anticuada y vieja en comparación con Instagram.

    La aspiración de muchos jóvenes es tener la mayor cantidad de seguidores en esta red social, mientras mayor sea el número de “followers” mayor es su capital de influencia. La carrera de Instagram consiste en eso, en llegar al mayor número de audiencia. Una vez que un usuario o usuaria llega, o supera los cinco mil seguidores, está en condiciones de monetizar en esta, o en otras redes sociales. Es cuando en su portada suelen poner la leyenda: “Colaboraciones DM” (para colaboraciones mensaje directo).

    Para ser contratados para publicidad de marcas, influye mucho su imagen y en qué ámbito se mueven. Es así como logran vincular su contenido a productos. Por ejemplo, los perfiles dedicados a moda, belleza, cuidado personal, alimentos o fitness, son nichos muy populares, a los que fácilmente enlazan productos y marcas.

    En ese mundo virtual, los que ya son considerados “influencers” se muestran recibiendo productos gratis, o cobrando por publicar fotografías. Comúnmente son invitados a eventos, fiestas y viajes. Suben a la red, un estilo de vida de lujo; paseando en yates, vuelos privados y bebiendo los licores más costosos. Un mundo de ensueño para cualquier joven. Aunque esto solo sea una imagen disfrazada, es lo que los jóvenes tienen en su cabeza, llevándolos a desear ser como ellos.

    Una práctica común es que cuando tienen una cantidad superior a diez mil seguidores en Instagram, vinculan sus cuentas a otras redes sociales en las que monetizan su contenido, como TikTok, YouTube y Onlyfans. En estas plataformas los creadores ganan dinero según la cantidad de visualizaciones que generan. Mientras más populares son, más ingresos generan.

    Hoy, muchos de los artistas de moda iniciaron su carrera en Instagram, ahora son tan populares que llenan estadios con su presencia. Y es que el Internet está cambiando el modo en que nos comunicamos, nos relacionamos socialmente, y la forma en que consumimos bienes y servicios.

    No se sorprenda si en un futuro cercano se oferta en nuestras universidades, la licenciatura en “Influencer”. Creo que esa carrera tendría más solicitudes de ingreso en comparación con las que tenemos en carreras como sociología, economía o derecho.

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