Vecino egoísta

    El Gobierno mexicano calculó mal de nuevo, casi siempre lo hace cuando se trata de su relación con su vecino del norte, Estados Unidos.

    El Presidente Andrés Manuel López Obrador se reunió por primera vez con el Presidente de Estados Unidos, Joe Biden, en una entrevista que se realizó de manera virtual debido a los protocolos sanitarios impuestos por la pandemia.

    Y como toda reunión de dos presidentes es una negociación, cada uno de ellos llevaba sus temas, sus necesidades, su peticiones.

    Estados Unidos no escondió sus intenciones, desde semanas antes, sus funcionarios habían aclarado que Biden abogaría por el único tema que le interesa actualmente con México, el tema de la migración.

    Desde hace por lo menos dos administraciones, los presidente estadounidenses tienen en su agenda la migración que les llega del sur de su frontera como su interés primordial al hablar con México.

    Y la administración de Joe Biden no es la excepción, lo primero que le pidió a México es que se convierta en su guardián y mayor frontera para contener la ola de migrantes que caminan día a día rumbo a Estados Unidos.

    México llevaba con desesperación su tema: las vacunas que a Estados Unidos le sobran y que aquí han llegado como limosna.

    Cualquier podría decir que México tenía buenos elementos para negociar, pero eso es más fácil decirlo que hacerlo.

    México salió de la reunión prometiendo hacer lo posible para frenar la migración, pero salió con las manos vacías cuando pidió más vacunas.

    Estados Unidos dejó claro que primero vacunará a los estadounidenses.

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