Witzelsucht, curiosa y divertida enfermedad (2)

BUHEDERA

    Fuente: https://www.savalnet.cl/mundo-medico/reportajes/witzelsucht-curiosa-y-divertida-enfermedad.html

    Indicios del humor patológico

    A fines de la década de 1880, Hermann Oppenheim, neurólogo alemán, describió una adicción a bromas triviales, excesivas y a menudo sarcásticas en cuatro pacientes con tumores del lóbulo frontal derecho.

    A partir de aquel análisis, puso especial atención en los resultados neuropatológicos en individuos con cambios similares de personalidad. Todos ellos mostraron afectación de las regiones orbitofrontal y mesial frontal de manera bilateral, particularmente hacia la derecha.

    La palabra Witzelsucht: Witzel (broma) sucht (buscar), proviene del alemán, y es conocida, popularmente, como el nombre de la “enfermedad más graciosa del mundo”, pues quienes la padecen tienden a contar chistes e historias sin sentido repetidas veces en el día y en circunstancias socialmente inapropiadas. Sin embargo, y paradójicamente, estas personas son insensibles al humor. Esto se debería, en principio, a una afectación de las estructuras frontales del cerebro.

    En 2005, el neurólogo Mario Méndez de la Universidad de California en Los Ángeles, Estados Unidos, describió en un artículo dos casos [2]. El primero trata de un hombre diestro de 69 años quien se presentó para una evaluación neuropsiquiátrica debido a un historial de bromas compulsivas de cinco años. Una década antes, había sufrido una hemorragia subaracnoidea de etiología indeterminada, la cual se complicó por hidrocefalia y encefalomalacia en la región frontal derecha. Esto tornó en un cambio de personalidad que derivó en la obsesión por hacer bromas indebidas y sin sentido de manera constante. Su evaluación neurológica, mediante imágenes de resonancia magnética, reveló un nuevo accidente cerebrovascular lacunar en la cabeza del núcleo caudado izquierdo.

    En la entrevista, el paciente informó despertar en medio de la noche estallando en carcajadas, solo para contarle a su pareja sobre los chistes que había inventado. Sus pruebas neuropsicológicas mostraron normal identificación del humor, pero una disminución de la apreciación afectiva de la diversión.

    Es decir, pese al correcto reconocimiento de las partes clave de un chiste, no se rió ni señaló se sintieran graciosos. Pruebas adicionales confirmaron la misma capacidad para identificar la línea divertida, pero sin considerarla graciosa.

    El segundo caso corresponde a un hombre diestro de 57 años quien consultó por un historial de tres años haciendo reiteradas bromas y comentarios infantiles, riéndose fácilmente de sus propios comentarios, y sin reaccionar de la misma manera frente a los chistes de terceros.

    Al fallecer, su autopsia mostró una atrofia frontotemporal métrica asimétrica severa en los lóbulos frontales y moderada en los lóbulos temporales, afectando el derecho más que el lado izquierdo.

    Ambos pacientes padecían humor patológico debido a una disfunción bifrontal, sobre todo por la afectación del lóbulo frontal derecho. Lo que sugiere que este tipo de daño sería clave en la manifestación de Witzelsucht.

    Estas lesiones pueden resultar de traumatismos cerebrales, así como de enfermedades neurodegenerativas. Las demencias, en particular si predominan frontalmente, también podrían aumentar la producción de humor.

    Una manera interesante de evaluar posibles casos de Witzelsucht es lo que ha realizado el profesor Warren en Londres, quien ha pedido a este grupo de pacientes evaluar tiras cómicas y realizar escáneres a la materia gris del cerebro. Efectivamente, el docente comprobó que muchos tuvieron dificultades al tratar de entender chistes más complejos, prefiriendo situaciones cómicas simples y disparatadas.

    Es decir, mientras más complicada la broma, mayor el daño que muestra el área donde se activa el humor. El doctor Warren considera que estos hallazgos podrían ser importantes para pronosticar el comienzo y la evolución de ese tipo de demencia.

    Thomas Carlyle (1795-1881) historiador, pensador y ensayista inglés alguna vez dijo, “¡Cuántas cosas hay en una risotada! Es la clave secreta con que se descifra un hombre entero”.

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