DICE DEEPAK CHOPRA QUE LAS COINCIDENCIAS NO EXISTEN, QUE SON PEQUEÑOS MILAGROS. Y estoy convencida de que es cierto. El lunes por la mañana como a las 11, entré a la recámara y estaba Manuel Mijares dando una entrevista por televisión. Y que recuerde nunca prendo la televisión a esa hora. Estaba presentando su nuevo disco Canto por ti y en ese momento dijo, todas son de un gran compositor joven. La única canción que yo compuse es Cuando me vaya, que se la dediqué a Gaby, la esposa de Héctor, hace varios años. Bueno, sentí como un shock eléctrico y los recuerdos me cayeron encima como una catarata. Fue hace como 13 años. Manuel estrenaba un concierto en el Auditorio Nacional cuando llegamos, a la Gaby le costo mucho trabajo subir las escaleras, pero nunca quiso usar silla de ruedas. En medio del concierto, todo se puso oscuro y un cañón de luz iluminó el sitio donde estábamos al frente y el desde el escenario empezó a cantar acompañado de tres guitarras y le dice "Gaby querida, esta canción es para ti, y estás tan llena de vida que muchos de los que estamos aquí nos vamos a ir primero que tú". Melissa estaba a su lado izquierdo, yo a su derecha y Anagaby como a seis lugares, pero se vino corriendo y la abrazó, eran unas niñas pequeñas. Pocos meses después Gaby se nos fue. El sábado pasado, dos días antes de la entrevista cumplió 12 años. Y como soy media bruja (desde niña tengo premoniciones constantes) tenia 5 días soñándola todas las noches. Curiosamente a quien le comenté fue a José Francisco, el esposo de Tatiana, y hasta le dije ¿Qué sera lo que me está queriendo decir? Como quisiera conocer a alguien que interprete los sueños, pero no creo en charlatanes, sólo creo en mi instinto ¿no le parecería que dejara a Anagaby sola en la India, o estará contenta por eso?... ESTABA BAJO UNA EMOCIÓN TAN FUERTE que se me dificultaba hasta respirar. Me vine a la computadora a escribir para calmarme. También, no tengo costumbre de abrir mi correo (prefiero el teléfono). Lo abro y tengo una carta y varias fotos de Anagaby que llegaron en ese rato. La primera que me escribe, pues se le dificulta mucho el Internet. Me dice "Hay Bela, nunca me imaginé los problemas tan serios que tuviste en los aeropuertos. Estaba angustiadísima, todos estábamos, pues desde que te dejé en el aeropuerto de Nueva Delhi habían pasado 48 horas y nadie ni en Culiacán, ni en México sabían de ti. Hasta pensé ¿no se habrá huido con el señor Soda a algún lugar romántico y exótico? Ja, ja, ¿o no será un cadáver sentada en un rincón del aeropuerto? Y yo teniendo que regresarme al Taj Mahal que está a 20 horas para cumplir la promesa de llevar tantitas cenizas (mientras tanto yo como el judío errante jalando mi petaca, Delhi-Hong Kong, Tokio, San Francisco, México, Culiacán, en aeropuertos con tres terminales y trenes por todos lados, todo debido a las tormentas del este de Estados Unidos). Ya no quería avisar, quería llegar. Y continúa su carta. De un día para otro, los lujos de los hoteles, los edredones de plumas, el chofer (Mr. Soda) se acabaron. En el Ahsram mi amiga Fio y yo entramos al cuarto y las camas son de tabla y con un colchón de 5 centímetros ¡y era todo! Y en el baño un tambo con agua y teníamos que bañarnos ¡a jicarazos! Y levantaros a las 5 a la meditación. (Continuará).
