"Andrés recibe el pan de vida"
Andrés Morales Arámburo se confesó con el sacerdote Miguel Aguayo López Urbina S.J. minutos antes de postrarse ante el altar de la Capilla del Sanatorio Mazatlán para cumplir con el cuarto sacramento de la iglesia católica.
Él le pidió que oficiara la misa en memoria de su abuelita, Josefina Laveaga de Arámburo.
Luego estuvo muy feliz escuchando con toda atención la homilía que le dirigió el Padre Miguel antes de ofrecerle por primera vez el cuerpo convertido en pan y el vino convertido en la sangre de Cristo.
Sobre el amor incondicional y la fidelidad de Jesús disertó el sacerdote, y a Andrés le quedó muy claro que Dios Nuestro Señor personificado en el Hijo de María y José es, y será su mejor amigo.
El padrino, Héctor Muñoz Aguayo, encendió el cirio que portaba Andrés para significar la luz de la fe que recibió en el bautismo y que ahora se renovaba, y Adriana Ortega Arámburo le ofreció l
la Biblia y rosario.
María Eugenia Arámburo Laveaga y Alfredo Morales Arámburo, mamá y hermano del comulgante; su abuelita paterna, Margarita Valdez de Morales, y Cuquita Laveaga Páez, Virginia Laveaga de Aguayo y Vicky Arámburo de Ortega estaban emocionadas en las primeras filas de la capilla participando de la ceremonia.
Con la misma devoción estuvieron los mejores amigos, primos, familiares y amigos, quienes después acompañaron al pequeño en el desayuno que se ofreció en las alturas del Hotel Posada Freeman.

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