"El poder del entusiasmo"

"El poder del entusiasmo"
09/11/2015 11:14

    Maru Sweeney

    "Toda la historia de la vida de un hombre está en su actitud, pues ésta es la que nos impulsa a actuar de determinada manera".
    Julio Torri

    ¿Por qué será que a ciertas personas todo les sale siempre bien? Son ese tipo de gente que todo lo que se propone lo logra; que todas las metas que se traza, las alcanza e incluso las supera. Y todo en lo que participa parece que destaca entre los demás.
    Algunos le llaman "gente con suerte", otros más dicen que "era su destino". Lo que es cierto, es que estas personas tienen una actitud que los caracteriza: el entusiasmo que ponen en cada actividad que emprenden.

    ¿QUÉ ES ENTUSIASMO?
    La palabra "entusiasmo" proviene del griego y quiere decir "tener un Dios dentro".
    En la antigua Grecia le llamaban entusiastas a aquellas personas que tenían la capacidad de transformar el mundo que los rodeaba y hacer que sucedieran las cosas. Decían que tenían un Dios dentro que los guiaba con fuerza y sabiduría.
    Hoy en día reconocemos a una persona entusiasta porque cree en sí misma, en su fuerza y en su capacidad de transformar su realidad. Da la vida por sus sueños, pues sabe que con el compromiso personal se alcanza cualquier meta.
    No se desgasta con críticas destructivas, rencores o sentimientos de culpa. Es animoso para sacar sus problemas adelante con positivismo.
    El entusiasta aprovecha el tiempo, tiene siempre buen humor, buenas relaciones con las demás personas y aprovecha al máximo sus talentos y habilidades.
    Pero esta característica no viene de nacimiento, sino que necesita ser creada e impulsada. Si una persona pone entusiasmo para lograr algo, es porque tiene una motivación o incentivo para ello. Puede ser de carácter material, económico o por simple satisfacción personal, como ganar una competencia deportiva. La motivación es el motor que mueve a la persona a buscar algo con todas sus fuerzas.

    DESDE LA CUNA
    La familia, pero sobre todo los padres, juegan un papel fundamental en el desarrollo emocional de los hijos y en la mayoría de los casos una influencia directa en la forma en la que el niño percibe y ve el mundo.
    Así, si un niño crece en un ambiente de crítica, no tendrá la misma capacidad que uno que es aceptado, se siente querido y respetado tal cual es.
    Este último desarrolla una alta autoestima, se siente capaz y valioso, por lo que le es más fácil actuar positivamente y forjarse metas.
    En cambio, los primeros por lo general tienen miedo a emprender algo por temor a ser criticados. "Si mis padres no creen en mí ¿quién lo hará?".

    EL DEPORTE: GRAN AYUDA
    Los deportes no sólo ayudan a tener una buena condición física, pueden ser la base para enseñar algunas habilidades para un mejor desenvolvimiento en la vida diaria.
    El espíritu de competencia es natural en toda persona. Una sana rivalidad, como la que se da en los deportes o en los juegos de mesa, por ejemplo, pueden enseñar a un niño lecciones como aprender de sus errores, aceptar perder, tratar de hacerlo mejor la siguiente vez y tener la voluntad de intentarlo de nuevo.
    Es importante aprender a manejar la frustración de haber perdido y tomar una acción positiva en vez de una negativa.
    Los niños pueden y deben experimentar el fracaso, pero no verlo como una derrota, sino como un aliciente para hacerlo mejor la próxima vez.

    PREPARASE PARA TRIUNFAR
    Estudiar, leer y el deseo de aprender son herramientas que pueden ayudar a cualquier persona a alcanzar la meta que se propone.
    El "saber" da a las personas mayor confianza y seguridad en sí mismos, elemento indispensable para emprender cualquier reto.
    Aquellos que están mejor preparados profesionalmente encuentran su camino a seguir más fácil que los que esperan a que "la suerte" los alcance.
    Un ejemplo es el joven que entrena todo el año para una competencia de atletismo, y cuando llega desarrolla su máximo esfuerzo. Muy diferente al joven que decide prepararse un par de días antes.

    ¿OPTIMISMO O ENTUSIASMO?
    Algunos pensarán que el optimismo y entusiasmo son la misma cosa. Es verdad que van de la mano, y que una persona entusiasta definitivamente es optimista. Pero el primero implica mucho más.
    El optimista es aquel que cree o tiene la certeza de que algo ocurrirá y anhelará que ocurra. Es una persona que ve la parte positiva y buena de las cosas y tiene una postura amable hacia la vida.
    El entusiasmo, en cambio, es acción y transformación. Una persona entusiasta es proactiva y con una elevada autoestima.
    Los entusiastas no son espectadores de las crisis, sino protagonistas del cambio.
    Como decía Walt Disney: "Aprendí y decidí... y así después de esperar tanto, un día decidí triunfar, no esperar a las oportunidades sino yo mismo buscarlas. Decidí ver cada problema como la oportunidad de encontrar una solución, cada noche como un misterio a resolver, cada día como una nueva oportunidad de ser feliz".
    La autora es escritora de varios libros ganadores de concursos de literatura infantil. Cuenta con estudios en Desarrollo Familiar. Es licenciada en Derecho y diplomado en historia. Correo electrónico: dffac@axtel.net