"Emma Tunaal Mellado, Miembro fundador de la Asociación Salvador Villafuerte Tunaal"
Dicen que para una madre no hay dolor más grande que la pérdida de un hijo, y para Emma Tunaal Mellado, quien primero sufrió la muerte de su mamá, después la de su papá, y luego la de su hijo, concede la razón a esa frase.
Aunque dice que el trágico deceso de su primogénito, Salvador, la destrozó y colapsó su mundo, tuvo que echar mano de su fortaleza, reconociendo que no es fácil, pero se repuso por sus otros dos hijos, Isis y José Jesús.
"Hay que aprender que cuando el dolor te tumba, hay que levantarse, sacudirse y sí, ¡llorar!, pero seguir siempre adelante y continuar viviendo. Sí se repone uno, más que nada por los otros hijos", afirma.
Con su partida de este mundo Salvador dejó una semilla en su familia, amigos y compañeros: ayudar a los más necesitados y llevarles salud, pues estudiaba medicina. La idea germinó y lleva su nombre.
A dos años de su fundación, la Asociación Salvador Villafuerte Tunaal realiza jornadas médicas en colonias marginadas, a donde van médicos que dan consulta sin costo y proporcionan medicinas gratuitas, que era uno de los sueños del estudiante.
"A las colonias llevamos amor, humanidad, y la gente te regala una sonrisa, un cariño que de alguna manera lo sientes, que a ese corazón tan entristecido, tan roto, lo va sanando; sobre todo con la fe en Dios", comenta Emma.
La fe, dice, es la que deberían tener las madres que han perdido a un hijo, y aunque la experiencia es dolorosa, ayuda a comprender que las cosas ocurren por alguna razón y hace menos difícil aceptar esa realidad.
"Si las madres tuvieran fe, pensarían que por algo pasó, que fue porque su misión (la del hijo) en este mundo ya terminó, aunque es muy doloroso tener que aceptarlo, pero con esa fe es más fácil", señala.
La presencia de Salvador permanece en el hogar que habitó, y hay un lugar dedicado a él formado con fotos y objetos personales, así como un muñeco de Mickey Mouse en uno de los sillones, era su personaje favorito, con el que se dormía.
Una de las habitaciones está llena con ropa, zapatos y medicamentos que las personas donan a la asociación para las jornadas médicas, y de la pared de una recámara cuelga un cuadro de su rostro sonriente, integrado por diminutas fotos.
Al ver el cuadro, los ojos de Emma se llenan de lágrimas al evocar a su hijo, sonríe evitando que fluyan, la salva una sonrisa de satisfacción porque de alguna manera se está realizando la labor que Salvador deseaba hacer. De alguna manera su hijo lo logró.
"Mucha gente sigue recordando a Salvador con cariño; lo veo reflejado en sus compañeros y amigos", dice con una luz en su mirada, "era muy alegre y ayudaba a los demás. Por eso surgió la asociación, el fin es dar una sonrisa al mundo".
ASOCIACIÓN SALVADOR VILLAFUERTE TUNAAL
Cerro de San Antonio 205
Lomas de Mazatlán
Teléfono 983 8152