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A la llegada de los israelitas a la tierra de Canaán, Josué, su caudillo y guía, inició el reparto del territorio, dando a cada tribu una porción de tierra. La parte norte le fue otorgada a la tribu de Aser, lo cual incluía a la ciudad de Sidón, ubicada en el extremo norte de Canaán, en lo que hoy forma parte del Líbano.
En la mitología prehistórica, Sidón había sido el hijo primogénito de Canaán, quien a su vez fue hijo de Cam y nieto de Noé. El origen histórico de Sidón se remonta en la lejanía de la historia, siendo considerada como la ciudad más antigua fundada por los fenicios, desde ahí partirían quienes serían los fundadores de Cartago.
Sidón fue un puerto fenicio del Mar Mediterráneo y ya para el segundo milenio a.C. era la ciudad fenicia más importante y próspera, tanto que decir, Sidonio era equivalente a decir Fenicio, sin embargo el surgimiento y posterior desarrollo de Tiro, situada a 35 kilómetros de ella, poco a poco le fue restando importancia y hegemonía .
El nombre de Sidón aparece, por primera vez, en los escritos extrabíblicos en las tablillas, con escritura cuneiforme, encontradas en las ruinas de Ebla, datadas con una antigüedad aproximada de 5 mil años. A través de su historia la ciudad de Sidón aparece relacionada con diferentes hegemonías, unas veces sometida y otras aliadas y en colaboración con ellas.
En el periodo bíblico de la historia de Israel la ciudad de Sidón, por su ubicación fronteriza y su pertenencia al pueblo fenicio tuvo constante influencia en la promoción de su cultura y en la difusión del culto a Baal y a Astoret, esto fue una de las razones de la referencia negativa en la que era mencionada esta ciudad.
La astucia diplomática de los miembros de Sidón se dejó ver cuando Cambises, segundo rey persa, avanzó contra los egipcios, entonces los sidonios optaron por someterse voluntariamente a los persas y más tarde les hicieron muestras de amistad, por lo cual fueron recompensados, concediéndoles el dominio en la llanura de Sarón.
Varias veces destruída, la ciudad resurgía de sus ruinas y muchas veces aparece en conflicto con el pueblo judío, o en polémica penetración en el manejo del gobierno de Israel, como en el caso del matrimonio de Jezabel, hija del rey fenicio y esposa de Acab, quien persiguió la religión judía, en legendaria disputa con el profeta Elías, cuando este propicio la muerte de 400 sacerdotes de Baal.
En el Siglo 1 a.C. el general romano Pompeyo la sometió bajo el dominio del Imperio, pero la ciudad alcanzó el título de "Ciudad libre" y ésta era la situación en tiempos de Jesús, quien tuvo contacto con varias personas provenientes de esta ciudad, tal como se deja ver en los evangelios.
En época temprana, el cristianismo llegó hasta Sidón y ya para el año 251, San Néstor fue el primer mártir originario de ese lugar. Convertida en obispado, dependiendo del metropolitano de Tiro, su primer obispo fue Epidauro, quien presidió el Concilio de Ancira en el año 313.
Aunque actualmente desaparecida, la ciudad de Sidón sigue estando presente en la historia y en la narración de los dichos y enseñanzas de Jesús, en varios de sus personajes como un ejemplo de búsqueda de una auténtica forma de vivir la fe.