"La Villa de San Sebastián, a 443 años de historia"

"Salvajismo y barbaridad se vivió en esa época, asegura cronista."
06/11/2015 06:17

    CONCORDIA._ Esta ciudad nació como la Villa de San Sebastián a mediados del Siglo 16, una época durante la cual se vivió salvajismo y barbaridad, asegura la Cronista María de Jesús Zataráin.
    Los acaxees y xiximes, dos de los primeros grupos indígenas que llegaron al territorio, propiciaron ese ambiente de inseguridad, pues se dedicaban a robar, asaltar y molestaban mucho a la gente, de acuerdo a la información de la historiadora.
    Los totorames en cambio, otro de los grupos indígenas, andaban en busca de subsistir.
    La riqueza de las muchas minas que existían en el territorio de la Villa de San Sebastián hizo que el español Francisco de Ibarra, acompañado de cuatro españoles más y 300 indígenas, se establecieran aquí, junto con el sacerdote Fray Pablo de Acevedo y el Capitán Hernán de Trejo.
    Pero ellos no venían a sembrar, llegaron en busca de metales, de riqueza y para castellanizar y evangelizar con la doctrina católica.
    Fue así como el 20 de enero de 1565, por necesidad, De Ibarra funda la Villa de San Sebastián, debido a que ese día los españoles veneraban a su santo patrono: El glorioso mártir San Sebastián.
    "Para no tener que hacer el traslado del metal hasta Chiametlan, De Ibarra funda la Villa de San Sebastián", cuenta la cronista.
    Aunque su vida la desarrolló en Pánuco por la explotación de minerales, actividad que extendió a Copala y Santa Lucía, manera en como se enriqueció, la gente lo estimaba, pues su amabilidad y tranquilidad lo distinguían.
    "Ibarra no era cruel, no era sanguinario, para él no existía diferencia entre las personas, convencía a través de la palabra", expresa la cronista.
    El 17 de agosto de 1575, a la edad de 36 años muere el fundador de San Sebastián, debido a los gases de las minas, que le provocaron tuberculosis.
    Narra la cronista que trascurrido el tiempo, la Villa de San Sebastián fue creciendo en población, en transporte, en comunicación, y en 1928, el Congreso del Occidente (Sonora y Sinaloa) designa a la Villa de San Sebastián como Ciudad Concordia: lugar de unión, tranquilidad y conformidad.
    El municipio, aun y cuando es visitado por turismo local, nacional y extranjero, tiene lugares que han sido olvidados por las autoridades municipales, lamenta la Cronista.
    "Concordia tiene recursos riquísimos que pueden ser explotados, pero desgraciadamente no se han atendido" dice Zataráin.
    Parte de esas riquezas son las aguas termales en la cabecera municipal, La Hacienda de Guadalupe, ubicada entre Copala y Pánuco, que podía ser un centro para ceremonias religiosas, único en América, comenta.
    "Las personas que visiten La Hacienda de Guadalupe se les perdonan sus pecados y la hermosa serranía de El Palmito y la Presa de Los Herreros, donde se encuentran aves desconocidas y un hermoso paisaje, son también recursos olvidados por el Municipio", expresa la maestra.


    ¿Quién es?
    San Sebastián fue unos de los primeros mártires cristianos. Después de finalizar sus estudios ingresó al ejército imperial, fue ascendido a capitán oficial de la guardia romana por el emperador Diocleciano.
    Desde joven tenía un incalculable amor al prójimo y una gran fe en Cristo.
    Era un hombre piadoso que además manifestaba una inclinación bien marcada por aquéllos que sufrían persecución.
    Se dice que sanó con sólo hacer la señal de la cruz.
    Cuando descubrieron que era cristiano, lo ataron a un tronco de un árbol y le clavaron flechas en el cuerpo, pero sobrevivió a esta tortura.
    Volvió a predicar el evangelio, pero finalmente lo mandaron matar con golpes de mazos.
    Es el santo protector contra las pestes.