"Padre e hijo unidos por el golf"
Johana Páez
Jorge Osuna Guerrero y Ernesto Osuna Azcona son deportistas, en ocasiones contrincantes, pero son también padre e hijo que comparten una pasión: el golf.
A los Osuna los une su gusto por este deporte, que le ha permitido jugar juntos, pero también en contra, lo que le ha permitido compartir tiempo y anécdotas.
Don Jorge cuenta que su gusto por el deporte empezó desde los 8 años, cuando empezó a practicar basquetbol en la Cancha Municipal ubicada por la Germán Evers. Y lo hizo hasta los 38 años de edad.
Pero en ese mismo lapso jugó también beisbol y voleibol, aunque en menor medida.
El golf, una casualidad...
"Comencé a jugar golf por casualidad, en una ocasión cuando iba a cambiar mi carro me dijeron en la agencia que el único que me podía decir si lo tomaban a cuenta era Sergio Coppel, quien en ese momento se encontraba en el Club Campestre jugando golf, fui a buscarlo para decirle que quería cambiarlo y en la plática me dijo: 'a ver, tú que eres tan deportista pégale a la pelota de golf ', y me colocó la pelota, le tiré y no le pegué.
"Luego me dijo cómo me parara y le hiciera, y más o menos le di bien, me hizo saber que no servía para eso, al tiempo hablé con el profesional de golf, Tom García, me acerqué con él y le pedí que me enseñara".
Duró como dos meses, clase tras clase, hasta que el entrenador consideró pertinente que jugara.
"Por amor propio aprendí esta disciplina porque me dijo Sergio que no servía para el golf, a partir de ahí me entusiasmó mucho este deporte, que me ha hecho ganar muchos trofeos".
Más que un hobbie, su pasión hacia cualquier deporte es hacerlo bien hasta ganar. Entre risas comenta que se siente triste porque ya no juega como antes, pero piensa en la frase que todo por servir se acaba.
A sus hijos, desde siempre, les inculcó el deporte para que su tiempo lo ocuparan sanamente y no cayeran en los vicios y malos hábitos, y la única manera de lograrlo era manteniéndolos en actividades deportivas.
Ser padre y entrenador de sus hijos fue una de las actividades que también disfrutó mucho Don Jorge, quien orgulloso reconoce que Ernesto y Carlos tienen buen swing, y que Jorge fue hecho para el basquetbol.
"El deporte nos mantenía unidos, éramos los Osuna, nadie nos ganaba", dice gustoso.
Por su parte, Ernesto Osuna Azcona platicó que ellos fueron una familia de seis, tres hombres y tres mujeres, su papá toda su vida fue un buen jugador de beisbol, voleibol, basquetbol y de golf.
Desde muy chicos los Osuna Azcona empezaron a jugar las mismas disciplinas que su padre Don Jorge.
Al llegar a la edad adulta, el deporte natural que siguió para Ernesto, su padre y su hermano Carlos fue el golf.
"El golf lo habíamos jugado desde muy chicos, somos muy competitivos, nos gusta la competencia y esa adrenalina que produce", comenta Ernesto, quien sabe que tiene que ser ordenado, comer bien, hacer ejercicio y prepararse constantemente.
Forma parte de un grupo, aquí en el puerto, que tienen 30 años jugando juntos.
"Este deporte nos ha servido también para hacer amistades. Jugamos en El Cid porque es el mejor campo que hay por sus buenas instalaciones que nos permite poder competir fuera de Mazatlán", expresa Ernesto.
"Yo les he involucrado el ejercicio a mis hijos como algo necesario, no tanto para poder obtener una beca y sentirse ganadores o campeones, sino más bien con el objeto de sentirse bien físicamente".
Cuenta que su amor por el golf le llegó desde chico y piensa que es una disciplina que una vez que la pruebas no la quieres dejar.
"Es un deporte muy 'picado' y bonito porque no necesitas ser atleta para practicarlo, una persona que no es esbelto o que en su vida ha hecho ejercicio puede jugar muy bien golf, es un deporte que te permite practicarlo hasta edad avanzada".
Ernesto, a sus 50 años, acaba de ganar un torneo en El Cid de categoría A. Ha jugado con su padre en contra y juntos, recuerda que compitieron en el estatal y han quedado campeones más de seis o siete veces.
En dos o tres ocasiones jugaron los tres hijos con don Jorge, siendo una experiencia muy bonita en la que también resultaron ganadores.
Dentro de su colección de trofeos tiene uno que ganaron de tres generaciones: él, su padre y su hijo. Ha ganado el campeonato tres o cuatro veces y lleva más de 20 primeros lugares.
"El trofeo que más recuerdo fue uno que me dieron por ser el mejor jugador/sport en Mazatlán, Culiacán y Mochis, para mí ese trofeo significó mucho porque es ganar en los tres campos".
Su esposa, Gabriela Domínguez, sabe que con el golf se relaja, distrae y le permite llevar una mejor vida matrimonial. Ella también es deportista, le gusta nadar tres o cuatro veces por semana, por eso sus hijos han recibido mucho ejemplo del deporte.
Ernesto practica un día a la semana y juega todos los sábados, por cinco horas, en El Cid, en donde por dos horas, tira 100 bolas.
El lazo consanguíneo rebasa la frontera doméstica y se extiende al ámbito deportivo en Jorge y Ernesto, ases de la pelota en varios deportes.
PAPÁ
Nombre: Jorge Osuna Guerrero
Edad: 78 años
Estatura: 1.96 metros
Récords: En un juego de beisbol hizo el récord de 21 ponches, y por cinco años consecutivos fue campeón de la categoría campeonal en golf
Trofeos: Alrededor de 40
Esposa: Lorenza Alicia Azcona
Hijos: Jorge (q.e.p.d.), Carlos, Ernesto, Lorenza, Gabriela y Claudia
HIJO
Nombre: Ernesto Osuna Azcona
Edad: 50 años
Estatura: 1.96 metros
Trofeos: Más de 20 primeros lugares
Esposa: Gabriela Domínguez de Osuna
Hijos: Ernesto de 21 años, David de 18 años y Gabriela de 16 años