"Perla Osuna, una gema sinaloense"
MAZATLÁN._Perla Osuna y Osuna es una gema nacida en El Quelite, quien a sus 27 años ha concluido su doctorado, con las más altas calificaciones, en la Universidad de Oakland City, en Indiana.
Conversamos con Perla en el corredor de su hermosa casa, frente al cobertizo del pueblo que la vio nacer, desde donde se aprecia el patio interior lleno de plantas y por las puertas y ventanas se siente el aire cálido que viene del río.
Perla, ¿desde la primaria las buenas calificaciones?
Sí, desde la primaria se me dio como cosa natural, siempre fui una estudiante responsable y disciplinada. En El Quelite estudié hasta el quinto grado de primaria, el sexto grado en el Colegio Sinaloa de Culiacán, regresé a mi pueblo para terminar la secundaria, y en el SAM de Mazatlán cursé la preparatoria.
La familia integrada por sus padres, Ana Alicia Osuna de Osuna y Daniel Osuna Castro, y por sus hermanos, Ana Alicia, Daniela y Jesús Daniel, vivió durante el año escolar de 1991-1992 en la capital del Estado.
¿Cuándo decides ir a estudiar a Estados Unidos?
En 1998, al terminar la prepa, pero sólo para hacer un año y perfeccionar el inglés. Al mismo tiempo que hacía la preparatoria estudié inglés con el Teacher Gabino, terminé los ocho libros de ese curso.
A un amigo de la familia que estudiaba en Oakland City le pedimos información y él nos contactó. Enviamos la solicitud y me aceptaron. Mi papá nunca quiso que me fuera de intercambio; se decidió por esa universidad que era chica, privada y en la que además viviría.
Me fui sola, era la primera vez que viajaba fuera del país, sin mis papás, tenía 17 años. Aunque obviamente había estudiado el idioma no era como que estuvieras en Los Ángeles, en donde todos hablan español. Al llegar allá se me dificultó un poco mientras que seguía pensando y traduciendo, conforme tu cerebro se acostumbra empiezas hasta a soñar en inglés y es cuando ya te desenvuelves bien.
¿Desde que llegas sacas buenas calificaciones?
Sí, una vez la maestra de inglés me dijo,"Perla salte del salón". ¿Qué hice? me pregunté, pero obedecí. Era para decirle a mis condiscípulos que cómo era posible que una extranjera supiera más de su lengua nativa y que sacara mejores calificaciones que ellos. Habíamos comenzado a ver los verbos. Todos mis compañeros eran estadounidenses y no sabían conjugar los tiempos.
Ibas por un año. ¿Por qué te quedas?
Porque el presidente de la universidad me llamó a su oficina. ¿Qué hice ahora? "No te preocupes, me dijo, solamente te quiero preguntar una cosa: ¿te quieres quedar a hacer la carrera?".
¡Me encantaría!, le contesté, desgraciadamente no soy la única en la familia, somos cuatro hermanos y mis papás a todos nos están dando una educación similar.
¿Qué te parece si te quedas becada?
Le hablé a mi papá, me dijo que sí. "Si es tu decisión, ¡con todo gusto!".
¿Beca completa?
Beca completa
¿Qué carrera?
Administración de empresas. Esa universidad era muy chica, con 2 mil 500 alumnos. Hace 10 años de eso, ahora ha crecido bastante, ya tiene más estudiantes y también de otros países. Entonces yo era la única extranjera.
Te quedas viviendo en la universidad, empiezas a socializar. ¿Sentiste en algún momento discriminación?
Sí, sí se siente la verdad, No en cuestión de que te lo digan en la cara, pero el trato dice más que mil palabras.
¿Cómo lo manejaste?
Al principio te enojas, -al recordarlo, le gana la emoción y se le salen las lágrimas-, ya después no, al contrario, piensas, ellos son los que pierden.
¿Siempre tuviste esa idea?
Sí, comprendí que es por ignorancia. Creen que en México todavía andamos en burro, en carretas. La mayoría de esas personas nunca han salido de ese medio, ni siquiera de su propio estado de Indiana, no digo a Europa, ni siquiera a Nueva York o Chicago, en donde hay más diversidad. En ese tiempo y en ese lugar yo era la única mexicana, ni siquiera vivía en el pueblo gente de color. Los entendía, nunca tuve complejos al respecto.
Esa seguridad en ti misma, ¿es parte de la educación que te dieron tus papás o es tu carácter?
Es mi carácter y también la educación que me dieron. Crecí en un pueblo, te vas a una ciudad, luego a otro país, es un cambio drástico, tú también cambias.
¿Sufriste mucho de nostalgia?
Al principio. Tenía 17 años, todavía estás chiquita, pero después te acostumbras a todo. Venía dos veces por año, para Navidad y vacaciones de verano.
Desarrollas tu carrera de licenciatura con excelentes calificaciones, estamos viendo tus diplomas, ¿en qué año terminas?
En el 2002 y de nuevo me llama el presidente. Ya no me preguntó, simplemente me dijo, "quiero que te quedes becada a hacer la maestría". ¡Con mucho gusto! las oportunidades se presentan y hay que agarrarlas, también la hice al mismo nivel.
En ese tiempo, la doctora Holland, maestra a quien yo ayudaba como secretaria dentro del programa para alumnos que tiene la escuela -en inglés "work study"-, en donde te dan trabajo y te pagan mensualmente, realizaba los trámites para que le autorizaran el doctorado a la universidad. Les tomó tres años hacerlo ante el organismo similar a nuestra SEP que les da validez y que está en Chicago. Les dijeron que sí y comenzó la universidad con el programa de estudios de doctorado, nunca me imaginé que yo estaría dentro de él.
Al terminar la maestría, de nuevo me llama el presidente para ofrecerme la beca de doctorado. Me dijo "tú no quieres estudiar para maestra, ¿verdad? este doctorado es en educación, pero el tuyo va a ser algo diferente. Al terminarlo, tú puedes enseñar en cualquier universidad de cualquier parte del mundo, es en educación y liderazgo enfocado a las empresas".
Tomábamos clases individuales para darle el enfoque. Mis compañeros todos eran principal, o sea, directores de escuelas que querían ser rectores. Algunos directores de primaria. Ellos tomaron conmigo el doctorado.
¿Los superaste en calificaciones?
Nunca veíamos lo que tú sacabas en los exámenes, pero los maestros me reconocían. Casualmente anoche le estaba enseñando a una amiga la foto de un maestro muy querido que murió de cáncer de páncreas, si todavía viviera, aunque estuviera aquí en México, estaríamos en contacto, él me respetaba mucho.
Ahora que terminas el doctorado, ¿te vas a dedicar a qué?
Quiero trabajar aquí en México.
¿Porqué en Estados Unidos no?
Siempre mi pensamiento fue hacer mi educación allá , porque allá se me dieron las oportunidades, yo nada más iba a estudiar inglés. Si encuentro un trabajo de mi nivel, aquí me quedo.
Ahorita, con la recesión, a las compañías no les conviene contratar extranjeros porque ellos tienen que pagar todo el proceso de la visa de trabajo. La universidad donde estudié, por ser tan chica, no tiene el apoyo de compañías importantes. El pueblo de Oakland City tiene como 3 mil habitantes, aunque todos los servicios, bancos. Su fuerza económica está en la agricultura, de hecho, el año pasado Indiana le ganó a Lowa como principal productor de maíz palomero.
En su capital, Indianápolis, están las grandes empresas automotrices. Princeton, a 40 minutos de Oakland City, tiene una ensambladora de Toyota, en donde arman los vehículos Sienna y Tundra.
¿Hay en Estados Unidos crisis?
Sí, una recesión tremenda. Hasta ahorita traen el escándalo, pero desde el año pasado se veía eso. Mi doctorado yo lo hice enfocado a negocios. Estuve en la Compañía Tisa, que es una proveedora de Toyota en donde fabrican los interiores de las puertas. Ahí hice yo mi tesis, estuve en contacto con el gerente general y el de recursos humanos. Él me dijo, "Perla, ojalá yo fuera el dueño de la empresa, te contrataría inmediatamente". Desgraciadamente sólo a los japoneses les consiguen visas temporales por un año, luego traen a otros.
El sueño americano, ¿para ti no funcionó?
El sueño americano para mí no es irme a trabajar de mesera o algo más abajo de lo que estoy capacitada, hay muchos trabajos de jardinera y de mesera.
¿Buscarás el sueño mexicano?
O en el extranjero. Ahorita estoy solicitando trabajo en compañías, como por ejemplo Lear, que es la más importante del mundo en partes automotrices. Sigo aplicando y aplicando esperando me llegue la oportunidad. Antes de terminar el doctorado solicité en Pemex. Le envié un e:mail al director de Pemex, Jesús Reyes Heroles, soy una estudiante mexicana del Estado de Sinaloa, me faltan seis meses para terminar mi doctorado. Me contestaron de recursos humanos, me enviaron la solicitud para llenarla, pero entre los requisitos venía el número de cédula profesional. Les dije que todavía no la tenía. "Entonces no podemos hacer nada, la tienes que conseguir".
¿Tu idea es venirte a Mazatlán y trabajar en México?
Sí, en cualquier parte de la República. Estoy en el proceso de legalizar mis papeles que ya están en trámite aquí para que se me reconozcan mis estudios en el extranjero. Ya me los tradujo el perito y se le entregaron al juez, estoy en espera para luego ir a Culiacán, a la SEPyC, y legalizarlos en el Estado, de ahí al Distrito Federal para que me den mi cédula de licenciatura, maestría y doctorado.
¿Estás capacitada para administrar una empresa, una universidad. También para enseñar?
Antes de enseñar me gustaría agarrar experiencia laboral, así sería más fácil para mí, de acuerdo a la propia experiencia.
Terminé en el 2007, pero regresé hasta mayo del 2008 para tomar otra vez mi visa de turista. Mientras tanto le estoy ayudando a mi papá en sus negocios.
¿Romances?
No, allá la verdad uno como mujer le tiene que pensar, de que sea un muchacho bueno. No se dio la oportunidad de que saliera alguien que valiera la pena, lo que yo quería.
¿No ha llegado el amor?
No, esperemos que algún día.
Y algún día no muy lejano tendremos la noticia de que esta gema sinaloense ha logrado consolidar sus aspiraciones, porque la inteligencia natural de la que fue dotada, aunada a la fuerza del espíritu que se le desborda por la mirada, así nos los dice.