"Promueven el dar una parte de vida"
Corazón, pulmones, hígado, riñón, partes vitales que no pueden ser regeneradas por el cuerpo, pero si una persona comunicó a su familia que sus órganos se donaran a su muerte, puede ser un decisión de vida para otros.
"Estamos tratando de sacar notas en todo el País de los trasplantes que se realizan, que la familia autorizó que se publicara. Buscamos que esto se difunda a nivel nacional para una mayor concientización", valora Verónica Olvera, presidenta de Fundación ALE Mazatlán.
La institución llegó a Mazatlán en 2008 y ha repartido 5 mil tarjetas para que las personas las firmen como donantes, para que sus órganos sean destinados a trasplantes al momento de su muerte, pero tiene que comunicar su decisión a su familia.
"La tarjeta es un recurso legal que no obliga a nadie a nada, pues la persona, aunque haya llenado su tarjeta, pero no lo informó a su familiares, si ellos no lo aprueban, la donación de sus órganos no se puede realizar", complementa.
Ser donador, no para todos
Contrario a la creencia de la mayoría, no todas las personas pueden ser donantes de órganos aunque estén perfectamente saludables al momento de su fallecimiento, pues sólo un tipo de muerte los convierte en candidatos: la cerebral.
"No toda la gente que tiene la intención va a ser candidata para donar sus órganos, se necesita tener un diagnóstico de muerte cerebral al momento de su fallecimiento o un accidente donde resulte afectado el cerebro", aclara la doctora Olvera.
"Esta muerte se corrobora con encefalograma, angiotac, resonancia, para comprobar que ya no hay flujo sanguíneo al cerebro. El corazón sigue funcionado por los medicamentos administrados, los riñones por la sangre que reciben y los pulmones por el respirador".
Aclara que los órganos vitales no puede ser donados cuando el deceso de la persona se debe a otro causa, como un infarto al corazón, la persona puede donar tejidos, ya sea óseo, cutáneo u ocular,
"Con la muerte cerebral, el corazón sigue latiendo y esa es la condición necesaria para que los órganos sirvan para donación, en otras muertes, por ejemplo, un infarto, la donación puede ser de tejido, como córnea, hueso y piel", amplía.
Proceso contra reloj
Una vez que a la persona se le dictamina muerte cerebral, se extraen sus órganos para ser enviados a quienes están en lista de espera para recibirlos, entonces comienza una carrera contra el tiempo, pues hay una caducidad.
"Los pulmones y el corazón duran cuatro horas, el hígado, ocho horas, y el riñón, 16 horas, en el estado ideal para ser trasplantados, por eso no hay banco de órganos; en cambio, los tejidos pueden congelarse de uno a dos meses", precisa.
"Además, el primero que esté en la lista no garantiza que vaya a ser el receptor del órgano, pues si no tiene compatibilidad, se van haciendo estudios al siguiente candidato hasta encontrar al que sea más compatible".
Para eso, los pacientes que necesitan un trasplante ya han pasado por un protocolo que los convierte en prospectos para ser receptores, y el órgano pasa también por un procedimiento para que llegue en perfecto estado a su nuevo cuerpo.
Leyendas urbanas
Con este proceso de supervisión, tanto para el donante, como para el posible receptor, la doctor Olvera resalta que es imposible que haya personas que se dediquen a engañar a otros para extraer sus órganos.
"Esas son leyendas urbanas. Las historias sobre bebés en un camión, congelados para extraerles los órganos y venderlos, o del muchacho que encontraron en la bañera de un hotel sin riñones y con una nota, no pueden ser", acusa.
"Nadie puede llegar con una hielera a un hospital diciendo que trae un órgano para trasplante. La extracción se hace un quirófano completamente estéril, y el suero para conservar el órgano cuesta 5 mil pesos y se vende en el hospital que trasplanta".
Agrega que los médicos trasplantores son monitoreados por el Centro Nacional de Trasplantes; deben ser profesionistas transparentes en todos los aspectos, desde sus ingresos, currículum, ética e historial.
"En México, a nadie se le ha procesado o enjuiciado por el delito de tráfico de órganos, y hay quienes piensan que por tener una tarjeta que lo acredita como donador, lo van a asesinar para sacarle sus órganos y venderlos", argumenta sonriendo.
"Hay mucha gente que se cree estas historias y se resiste a cambiar esa manera de pensar. Necesitamos que se modifiquen estas creencias, y aquéllos que están concientes de donar sus órganos, lo comuniquen a sus familias".
Labor en el puerto
Actualmente, Fundación ALE atiende a una señora de Concordia, quien recibió un trasplante de riñón, gracias a su intervención, además de que apoya con medicamentos, los cuales son de por vida, a otros trasplantados.
"El paciente pasa por 20 especialistas en su protocolo antes del trasplante. Nosotros lo apoyamos en una de dos opciones: con la vacuna para bajar las defensas, que cuesta 45 mil pesos, o con los 30 mil del trasplante", especifica.
Explica que la vacuna se aplica al paciente para bajar su sistema inmunológico en un 90 por ciento y no rechace el órgano que va a recibir, además, el paciente tendrá que estar medicado el resto de su vida para evitar ese rechazo.
"Tenemos pacientes a los que apoyamos con su medicamento inmunodepresor, Excetrin-A, que cuesta 5 mil pesos, pero nosotros lo conseguimos en 650 pesos, que conseguimos con la venta de colchas y cobertores por catalogo", detalla.
También reciben donaciones de empresas y consiguen fondos de proyectos que les autoriza Sedesol, pero en Un Día para Ayudar estarán ofreciendo juegos de destreza para recaudar más recursos para su labor.
"En Un Día para Ayudar tendremos juegos como golfito, de pesca y daremos información sobre la importancia de la donación de órganos y que los interesados lo comuniquen a sus familiares, pues ellos pueden cambiar su decisión si no les informan", advierte.
UN DÍA PARA AYUDAR
Fecha: Domingo 11 de diciembre
Hora: De las 13:00 a las 18:00 horas
Lugar: Universidad TecMilenio La Marina
Habrá: Puestos de comida, postres, manualidades, actividades recreativas y participaciones musicales.
Transporte: Saldrán camiones de las avenidas Rafael Buelna y La Marina, cada media hora.