"Reciben a Casal con 2 muertos"

"Cae lluvia de balas en Guamúchil, resultan dos más heridos"
06/11/2015

    Al llegar el año 2008, Jorge Casal González tomó las riendas del municipio y fue recibido en su primer día, con dos personas muertas y dos heridos a balazos, a tres de ellas le cayeron del cielo y otra fue ejecutada.
    El 2007, concluyó como lo que fue durante los 365 días, como un año violento para Salvador Alvarado, y el 2008 año, en el que inicia una nueva administración pública, comenzó de la misma manera.
    El 1 de enero del 2007, una niña de un año de edad, perdió la vida al caerle una bala en la cabeza cuando dormía en los brazos de su abuela, en la ciudad de Culiacán, a raíz de ese trágico accidente, los diputados indicaron que legislarían por una ley que permita a las autoridades policiacas introducirse a los domicilios donde disparen en Año Nuevo, pero eso solo quedó en promesas y buenos deseos.
    Al terminar el año 2007 y recibir el 2008, se esperaba que la ciudadanía hiciera conciencia y no disparara armas de fuego, pero tal parecer que retaron a las autoridades policiacas, porque en punto de las 00:00 horas, se escucharon las detonaciones de los fusiles, pistolas y sub ametralladoras por más de 45 minutos, y las autoridades policiacas no lograron detener a ninguna persona echando bala.
    A consecuencia de esas balaceras, Jesús Rosario González Higuera, de 29 años, perdió la vida ya que le cayó una bala en la cabeza, cuando se encontraba en la casa de sus familiares festejando la llegada el Año Nuevo.
    Asimismo, el menor Jesús Enrique "N", de 7 años, vecino de Culiacán, resultó herido en una pierna, cuando se encontraba sentado en la banqueta en la casa de un familiar y José Cruz García Rojo, vecino de Canutillos, Mocorito, recibió un balazo de sedal en la cabeza, al salir del templo de la Iglesia Apostólica, en la colonia La Gloria.
    Ya al terminar el día martes, el joven Gabriel Adrián Guzmán Pérez, fue ejecutado de 9 balazos.

    Y los militares apá...

    "Y los militares apá", fue la pregunta obligada de un menor que escuchaba el estruendo de las armas de fuego, durante el primer minuto del 2008, a quien sus padres lo interrumpieron cuando quebraba la piñata en el patio de su casa, para que se cubriera de las balas.
    "Que no dijeron en la noticias que habían llegado muchos militares y policías a Culiacán, para cuidar que no disparan", reclamó, "¿dónde están?".
    "Porque la gente dispara y la policía no hace nada", se preguntaba.
    El niño en respuesta, solo recibió por unos instantes un silencio y luego, un quien sabe donde estarán.

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