"Resalta el brillo de la estrellas, Elena Jiménez"

"La diseñadora de joyas de celebridades comparte su amor por su profesión y el que le profesa a Mazatlán, su segunda casa"
09/11/2015 11:23

    Thalía, Alejandra Guzmán, Lucero, Gloria Trevi, Kate del Castillo, Christian Bach, Shaila Dúrcal, además de beisbolistas de las ligas mayores estadounidenses y una pléyade de celebridades de Hollywood lucen las joyas de Elena Jiménez.
    Originaria de La Barca, Jalisco, la familia de Elena se mudó a Los Ángeles, California, donde reside, cuando ella tenía días de nacida, pero desde hace más de dos años encontró otro lugar que se ha convertido en su segunda casa: Mazatlán.
    Esteban Loaiza, esposo de Jenni Rivera, a quien diseñó su anillo de compromiso, le insistía a Elena para que conociera Mazatlán, hasta que ella accedió conocer el "charco" famoso del beisbolista, como él llama cariñosamente al puerto.
    "Él me decía que a ver cuándo veníamos a su 'charco' y, hace como dos años y medio venimos a Mazatlán a pasar una semana aquí. La verdad, ¡me enamoré de Mazatlán! Me fascinó", recuerda con emoción en su voz.

    ¿Qué le atrajo de Mazatlán?

    "Yo digo que la gente", responde de inmediato, "hay todavía la magia de lo qué es México. A mí me fascina el mar, es lo que más me encanta, y el hecho de estar en México es sentir lo qué es la cultura mexicana", cree.
    "Vas a lugares como Cancún, Ixtapa o Vallarta y ya se perdió la magia, la esencia de México. Ahí ya no te quieren aceptar pesos, ellos quieren dólares, ¿me entiendes? Entonces ya no hay esa magia".
    En el puerto, Elena comenta que ha experimentado un reencuentro con sus raíces mexicanas, que siempre habían estado en su corazón, pues Mazatlán tiene ese encanto que otros destinos turísticos han perdido.
    "Cuando vine a Mazatlán, vi que tenía un poquito de todo lo que yo quería: el mar, la cultura mexicana, la gente que todavía te saluda en las mañanas, que si les pides direcciones y si no lo saben, te lo investigan", explica entusiasmada.
    "Cuando regresas a tus raíces sientes tanta tranquilidad y paz, más en un lugar tan encantador como Mazatlán. Yo adoro Mazatlán y me da coraje de que hablen tan negativo de él. Yo sé que hacen las cosas más grandes de lo que son".
    Al regresar a Estados Unidos de la primera visita del puerto, Elena no pudo más y antes del mes estaba de nuevo en Mazatlán, para comprar un lugar donde pasar temporadas, disfrutando de su mar.

    De vendedora a diseñadora

    Cuando Elena estaba en la preparatoria, una hermana le comentó que solicitaban alguien que vendiera oro en una joyería del distrito de diamantes de Los Ángeles, donde se quedó con el trabajo, pero ella tenía meta más altas.
    "Yo siempre aspiraba a más, entonces me empecé a ilustrar, a empaparme más y me ponía a leer de relojes finos, diamantes, joyería más allá de la que yo vendía y fui creciendo poco a poco",amplía.
    "Años después me fui a trabajar a Beverly Hills, con los grandes artistas americanos como Brad Pitt, Jennifer Aniston, Bruce Springsteen, Tom Hanks, del nivel de Hollywood, y les comencé a dar ideas que les gustaron".
    Con la aceptación de sus opiniones sobre las joyas que ella sugería a las celebridades, le vino la idea de que podía diseñar, aunque admite que nunca estudió o fue a una escuela para aprender a realizar diseños.
    "Yo no fue a ninguna escuela para el diseño. Yo fui a una escuela para prepararme en el conocimiento de las piedras, en un instituto para recibirte de geomóloga, pero en sí, las ideas y el diseño te lo da la experiencia", opina.

    Al tú por tú con las estrellas

    Hace siete años que Elena se independizó y con sus contactos conoció más celebridades y con algunas ha cultivado una amistad cercana, como el caso de Jenni Rivera, de quien se considera su mejor amiga y es su madrina de bodas.
    "El anillo de Jenni Rivera es muy importante. Soy su mejor amiga y fui su madrina de velación. No sabía que iba a ser su madrina cuando hice el anillo, pero era un proyecto muy importante, tanto profesionalmente como en lo personal", considera.
    "He hecho piezas para Emilio y Gloria Estefan, para Thalía. A Kate del Castillo acabo de terminarle un anillo con un diamante negro hermoso, de casi 8 kilates, bellísimo. He realizado proyectos, de verdad, muy importantes".

    Inspiración personalizada

    El trabajo de Elena no se limita a diseñar, sino también a conocer y captar qué quiere su cliente para crear una joya de acuerdo con su personalidad, que lo refleje y proyecte; eso es lo que la inspira.
    "A mí me inspira mi cliente y necesito que se siente conmigo. Si el artista va a trabajar conmigo, yo no puedo trabajar ni con su diseñador, estilista o su manager. Yo trabajo uno a uno con ellos", explica.
    "Si yo me siento con Lucero, con Emlio Estefan, con Jenni o Kate, es uno a uno, 'echándonos' un tequila o un café, es una atención personalizada to... tal... mente. Yo tengo mi oficina en Los Ángeles, cerrada al público".
    Pero aclara que su oficina es como llegar a la sala de una casa, en la que no hay vitrinas, pues desea proporcionar una atmósfera de comodidad, lejos de la imagen de una joyería convencional, que no es su estilo.
    "Mi estilo es decir, 'vente, vamos a sentarnos, vamos a charlar, a echarnos un tequilita', o lo que sea, y platicamos de otras cosas que no sean las joyas, conocer a la gente. De ahí yo agarro la esencia y hago la creación", describe.

    ¿Cuánto cuesta en promedio una joya de Elena Jiménez?

    "¡Ay, ay, ay,ay!", piensa antes de responder, "de 5 mil dólares para arriba, pero obtienes algo único, hecho específicamente y especialmente para ti, que trae la esencia de ti mismo, que digas, '¡wow! Esto soy yo'".
    Para ampliar su rango de clientela, ella planea una línea más accesible al público, aunque no lo ha aterrizado totalmente, y también da sugerencias en su twitter: elenajiménez26, para los interesados en la joyería.
    Pero mientras seguirá sentándose con las estrellas, a conversar para reflejar la personalidad del cliente en una joya, pues no quieren ver a nadie más sino a Elena, para compartir sus sueños con ella.
    Y ella, quien siempre ha seguido sus ideales contra viento y marea, por encima de quienes le decían que estaba loca al pensar en trabajar con celebridades, seguirá haciendo realidad uno de sus sueños en Mazatlán.
    "Para mí, venir a Mazatlán es gozar, estar en contacto con el mar que tanto me gusta, sentir paz, tranquilidad, comer mariscos, ¡y tomar cuartitos en la pulmonía!", exclama alegre, impregnada de la felicidad que le proporciona el puerto durante su estancia.

    MATERIALES
    Las joyas de Elena Jiménez son elaboradas en oro amarillo y blanco, además de diamantes, solamente. 


    "Una mexicana, que empezó de nada hace siete años, sea elegida por encima de Cartier y Tiffany's, por People para trabajar en su edición de los 50 más bellos, es para mí un orgullo, un regalo de Dios y de la vida"

    INTERNET
    www. elenajimenez.net

    TWITTER
    elenajimenez26