Gnozin Navarro
"No hay nada más serio en la vida que un payaso."
Pepe Lira
Le propuse a mi hija Gaía que nos disfrazáramos de payasos uno de estos días y ella sonrió ampliamente: ¡sí, papá! El momento en el que se lo dije estábamos jugando con nuestras caras. Ella apretaba, estrujaba, estiraba y jalaba mis cachetes como si fueran de plastilina y yo hacía lo mismo con los suyos. Torcíamos los ojos, aplastábamos las mejillas con las palmas hasta parar nuestros labios como "patitos" y así. A cada gesto raro reventábamos en carcajadas buscando mejorar la deformación en el próximo intento. Parecíamos payasos en plena diversión y recordé una fantasía que hace algunos 15 años cruzó por el horizonte de mis "buenas intenciones": disfrazarme de payaso un Día del Niño y regalar globos de helio en el Parque 87. Mi idea original fue la siguiente: rentar un tanque de gas y llenar algunos 300 globos, ponerme en algún punto estratégico del parque y sembrar anuncios, varios metros a la redonda, con la siguiente inscripción: "se envían deseos al cielo en un globo gratis y además, globo extra con abrazo incluido para niños de todas las edades"; confieso que la idea me rondó durante varios años y cada víspera 30 abrilera brotaba la intención con cierta dosis de esperanza debilitada hasta que se fue agazapando en algún rincón del empolvado desván de mis buenas intenciones y quedar hecha un ovillo de melancolía, entonces la quiescente crisálida reventó el capullo y le dije a mi hija: "hija, qué te parece si un día de estos nos disfrazamos de payasos y salimos a la calle a regalar globos y abrazos a los niños de todas las edades?"
La figura del payaso es algo más serio de lo que normalmente alcanzamos a reconocer la mayoría de las personas. El payaso, sólo con su presencia, desafía nuestras certezas y convencionalismos. Al mostrarse grotesco y exagerado con sus movimientos, vestimenta, voz y gestos, logra poner en evidencia nuestros disimulados malos intentos por ocultar aquello que creemos reprobable en nosotros. El payaso bien puede representar la sombra de nuestro YO PÚBLICO al que tanto trabajo, tiempo, esfuerzo y energías mentalesemocionales invertimos. La vanagloria de un EGO en el escaparate social en venta al mejor postor. El payaso nos dice como si estuviéramos frente al espejo, el nivel, grado y calibre de nuestra propia prostitución. Lo perdidos y pervertidos que estamos. Puede ser la imagen del recuerdo. Puede ser una punzada. Una náusea. El desasosiego de estar extraviado dando tumbos y brazadas al aire sin sentir asirnos a nada firme empero nuestras poses y máscaras. Las certezas de otros que también tomaron de otros sin conocer el origen de la mentira.
El payaso es el único que puede burlarse impunemente. Es al único a quien se le permite ser crudo y franco porque se supone que nadie lo tomará en serio. La voz del payaso es un paréntesis en la rutina y lo cotidiano para escuchar la voz de nuestra propia consciencia, entonces el payaso califica para ser un buen maestro que está dispuesto a levantar la voz y decirme la verdad fundamental de aquello que he hecho con mi ser, su manifestación y expresión en mi vida. ¿Me he traicionado?
Mientras escribo estas líneas vienen las palabras de EL PRÍNCIPE DE LA CANCIÓN José José: "en verdad soy un payaso, ¿pero qué le voy a hacer? Si uno no es lo que quiere, sino lo que puede ser".
La medida en la que un payaso me molesta es la medida de la farsa que vivo y me confronta.
Este próximo 30 de abril nos vestiremos de payasos mi esposa, mis hijos y yo. Regalaremos globos y abrazos a niños de todas las edades. La locación será confirmada a través de esta columna.
El abrazo del payaso es hacer la paz con algunos aspectos tuyos. Tengo clara la imagen del payaso que mejor representa la sombra de mi crecimiento y sin tenerlo así de claro en su momento, escribí al respecto en http://gnozin.com/sobremesa/2007/11/11/vagabundo
Durante la Sobremesa Café de hoy hablaremos de esto y de las improntas que no lo hicimos el martes pasado por haberse interpuesto San Valentín.
Quedo con Dios y contigo: yosoy@gnozin.com