"Sobremesa"

"Viviano Palos y la línea de la vida"
07/11/2015

    Gnozin Navarro

    "Y no te revientes riata, que es el último jalón".
    Sabiduría popular

    Mi abuelo, VIVIANO PALOS, murió a los 74 años. Lo recuerdo desde siempre con el pelo blanco, la cabeza llena de canas, como el viejo sabio y hombre grande que fue. Siendo buen ejemplo para mi. Cuando enfermó y finalmente partió al viaje sin retorno, yo lo asumí con entereza, teniendo en mente que alcanzó a terminar su misión en la vida, y que cumplió con responsabilidad, dignidad y sobre todo mucho amor sus roles como esposo, padre, abuelo y bisabuelo, que le tocaron en suerte y acorde con su destino. Jamás cuestioné si su muerte fue prematura o no, más bien acepté el hecho de que estaba en el tiempo correcto, y que habiendo cumplido sobradamente su cometido, podía partir sin dejar ningún pendiente, esos eran mis pensamientos en ese tiempo, y la verdad nunca le pregunté a mi padre-abuelo cuáles eran los suyos.
    Estando yo mismo próximo a cumplir 65 años, y sabiendo que la edad promedio del hombre es de 72 años, empiezo como a hacer un recuento de mi vida, y me doy cuenta que apenas le estoy tomando sabor al sagrado misterio de vivir… no puedo dejar de pensar en los siguientes hechos:
    1.- La vida, mi vida ha ido demasiado rápida.
    2.- Mi infancia está nebulosa en el recuerdo, y siempre un anhelo presente por crecer, por ser ya grande, que terminó juntándose con la adolescencia y juventud, siempre presente la meta de terminar la escuela y recibirme profesionalmente, cosa que logré a los 21 años.
    3.- Cuando apenas le estaba tomando sabor a la juventud…. Voy y me caso a los 25 años.
    4.- Mientras mi mujer se enfrascaba en atender a los críos, yo luchaba por proveer lo necesario y que no faltara nada para las necesidades básicas: casa, vestido, sustento, estudios y unas que otras vacaciones que también nos dimos el gusto. Así llegué a los 55 años, en esta gloriosa tarea de ser padre. Cuando ya casi me graduaba con honores, con la terminación de los estudios profesionales de mis hijos, entonces se les ocurre casarse a los muy jijos.
    5.- Entonces, mi esposa y yo nos quedamos solos, con el nido vacío, volteo a verla y nos traen a los primeros nietos, de ahí pa'l real no han dejado de llegar, ya van nueve nacidos y uno en base. En esas andamos actualmente, con el embeleso de los nietos, así voy llegando a los 65 años.
    6.- Una cosa ha sido constante en mi vida, el anhelo de aprender, de saber, de conocer, desde cómo ser Ingeniero Eléctrico, cómo dirigir una empresa, cómo mejorar la calidad de vida de la familia, cómo mejorar yo mismo en todas mis esferas, y eso me ha hecho estudiante sempiterno, preparándome para la vida, la vida que se va rápidamente. ¿Cuántos años me quedan para aplicar lo aprendido… ¡NO LOS SÉ!... Intuyo que me tengo que apurar a compartir.
    Viviano, como tu nombre lo indica, estuviste orientado hacia la vida y con muchas ganas de vivir, moriste en la raya y con la pala en la mano. Me quedo con esa enseñanza y esa energía tuya la hago mía, lo que me quede va a ser en la línea de combate y compartiendo con los que quieran recibir, que quiero morir viviendo.
    Genaro Navarro Rodríguez. Espero tus comentarios a: genaro.navarro@mac.com
    PD: Tanto hoy como el próximo martes 28 de julio no habrá Sobremesa por las vacaciones de verano.

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