Arteritis de Takayasu

MEDICINA DEL DEPORTE

    Amigo lector de Noroeste, hoy en día es frecuente el realizar “ejercicio”, la finalidad sea cual sea es buena. Las mujeres no escapan a este “ejercicio”, y claro es bueno, bien pero qué tan bueno. Si entendemos que la actividad física es todo trabajo muscular con gasto de energía, y actividad deportiva, es la actividad física ya con reglas, normas además de una finalidad (en la disciplina deportiva), luego entonces estas dos características de desempeño físico del individuo nos llevan al autocuidado de la salud.

    Al realizar actividad física es necesario el bombeo de corazón, lo que es necesario para la autosuficiencia del trabajo físico y la nutrición de aparatos y sistemas (resistencia cardiaca al ejercicio), para este “trabajo” del corazón se utiliza todo un sistema circulatorio (arterias y venas), el cual debe estar en el mejor estado posible para una trabajo suficiente y no comprometa la integridad del individuo, o que ponga en riesgo la vida, lo que hace necesario una valoración cardiaca (sistema circulatorio), antes de iniciar un programa de entrenamiento. Una de las posibles alteraciones en arterias es la arteritis de Takayasu.

    Veamos, la arteritis de Takayasu es una vasculitis crónica de la aorta y sus ramas, de causa probablemente hereditaria, pero a ciencia cierta no se conoce. Es más frecuente en mujeres jóvenes de ascendencia asiática. Raras veces empieza después de los 40 años de edad. La aorta proximal y sus ramas tienden a involucrarse en mayor grado, pero cualquier parte de la aorta puede estar afectada.

    Sintomatología, en las fases tempranas son frecuentes los síntomas inespecíficos como el malestar general y artralgias. Se encuentra sinovitis leve aproximadamente en 20% de los pacientes, pueden ocurrir lesiones de vasculitis semejantes al eritema nodoso en las piernas. Esta enfermedad progresa a una velocidad variable; después de semanas o meses, las manifestaciones de insuficiencia vascular se hacen aparentes e incluyen “frialdad” de una o más extremidades, cefalea, mareo, amaurosis o diplopía. La angina pectoris puede desarrollarse por estrechamiento de los ostia de las arterias coronarias. La presión arterial puede ser difícil de detectar por el estrechamiento de la arteria subclavia o de los vasos más distales. Puede desarrollarse dolor en los brazos con el uso sostenido (claudicación del brazo), y la claudicación en las piernas puede resultar del estrechamiento de los vasos distales de la aorta o iliacos.

    Otras síntomas que se pueden presentar es la isquemia abdominal y cerebral y esta puede deberse al estrechamiento de los vasos mesentéricos o cervicales.

    Diagnóstico, este se realiza por la clínica y se corrobora con arteriografías y pruebas de laboratorio. En las pruebas de laboratorio, esta durante la fase inflamatoria de la enfermedad se encuentra una anemia normocrómica, velocidad de sedimentación globular elevada y trombocitosis. Ocasionalmente se observa hiperglobilinemia. El electrocardiograma puede mostrar un patrón isquémico, y se puede detectar ensanchamiento de la aorta torácica en la radiografía de tórax. La arteriografía muestra estrechamiento con adelgazamiento progresivo, oclusiones o aneurismas de la aorta y sus ramas proximales. La tomografía computarizada y la resonancia magnética muestran estrechamiento luminal y engrosamiento de la pared en los vasos. La arteritis de Takayasu tiende a ser crónica. La tasa de supervivencia a 15 años es mayor del 80%.

    El diagnóstico diferencial incluye disección de la arteria carótida que generalmente es localizada, arteriosclerosis temprana en pacientes con factores de riesgo, trastornos hereditarios del tejido conectivo como el síndrome de Ehlers-Danlos, y arteritis de células gigantes.

    Tratamiento, este se lleva a cabo por un equipo médico multidisciplinario donde va el internista, cardiovascular, y serán estos los que manejarán el tratamiento, en el caso de la actividad física se debe de iniciar con cargas de trabajo donde no se comprometa la integridad y salud del paciente, siempre haciendo equipo con los médicos tratantes. La actividad puede ser de manera asistida (pasiva) o que el paciente la realice de acuerdo a su capacidad (activa), el tiempo y carga variará de acuerdo a la evolución.

    Al realizar actividad física es necesario el bombeo de corazón, lo que es necesario para la autosuficiencia del trabajo físico y la nutrición de aparatos y sistemas.
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