Calidad de vida (2 de 2)

MEDICINA DEL DEPORTE

    Amigo lector de Noroeste, cuándo necesita usted tener mejor calidad de vida, en la juventud o en la vejez, puede ser que su contestación sea “me da lo mismo”, “quién me asegura que voy a llegar a viejo”, “yo vivo el presente”, etcétera, pero sea cual sea su respuesta déjeme decirle, que para tener calidad de vida, se debe trabajar en ella. Si sus padres tienen o no educación o principios, al final del día el que cuenta es usted, por lo tanto la edad que tenga hoy no importa, lo que un servidor le invita es que empiece a trabajar en su salud y por ende en su calidad de vida. Lo hemos dicho y lo seguiremos diciendo “si usted no se cuida, nadie lo cuidará”.

    La educación se inicia desde el vientre, es fundamental que el nuevo ser conozca de principios de una buena sociedad y de salud, si esto se aplica desde la niñez, se le da seguimiento el día de mañana tendrá resultados positivos. Es en la preadolescencia y adolescencia es una etapa fundamental para que el adolescente tome las decisiones que le ayudarán a tener una mejor decisión en bien de su salud y la calidad de vida.

    El seguimiento debe ser por los padres y familia que lo quieran. En caso de rebeldía de la persona (en esta etapa es “natural”), y es esta rebeldía, donde se inicia a forjar el carácter, pero si usted como padre de familia le inculca una cultura de protección y de acciones encaminadas a cuidar de su cuerpo, por ejemplo en lugar de tomar agua con endulcorantes, a tomársela en forma natural, hacer ejercicio (actividad física), cultura alimenticia (comer con calidad no en cantidad) le estará enseñando a ser preventivo en futuras enfermedades o lesiones del sistema músculo esquelético.

    Cuando se llega a la etapa de adulto joven antes de los 40 años, se inician los conflictos internos, esto más después de la tercera década, queremos hacer competencia con gente más joven y esto si respetamos a la naturaleza es no es posible, por ejemplo la capacidad de recuperación ya no es la misma, por lo tanto debemos comprender que la condición física y de salud es individual, que aunque tengamos la misma edad se va a ser diferente, es por esto que las cargas de trabajo son individuales.

    Entre la cuarta y quinta década, la competencia se hace más “cruel”, se quiere tener un cuerpo y apariencia envidiable, y eso es “apariencia”, lo cual no nos ayuda para la calidad de vida, ya que “este ego” a lo único que nos llevará es a lesiones. Pero si realiza actividad física acorde a su estado físico y de salud, lo más probable es que su calidad de vida sea mejor.

    En la mayoría de las personas de la tercera a la quinta década, se encuentran en la etapa productiva, que es bueno, pero deben de administrar el tiempo y tener en cuenta el sueño reparador y el descanso que son fundamentales en la recuperación de fatiga, es por esto que se recomienda un sueño de seis a ocho horas, y tratar de hacerlo sin “sobresaltos”, lo más placentero posible. La alimentación también debe ser de calidad y no de cantidad, recordemos que después de la tercera década ya el desarrollo y crecimiento ya terminó, y las calorías que se gastaban en este proceso, si las consumimos se trasformaran en grasa, así que a aumentar la actividad física y disminuir la ingesta de nutrientes.

    Después de la quinta década, la vida se hace más dependiente, y en ocasiones, se pone resistencia (tercos) a este cambio de vida y más después de los 65 años, es cierto que debemos ser los más independientes, pero sin exponer la integridad física, tenemos que aceptar nuestras debilidades, y aprovechar al máximo nuestras fortalezas y así mejorar la calidad de vida. Así que muévase.

    La educación se inicia desde el vientre, es fundamental que el nuevo ser conozca de principios de una buena sociedad y de salud, si esto se aplica desde la niñez, se le da seguimiento el día de mañana tendrá resultados positivos.