"El atleta invidente Juan Muñoz relata cómo conoció a su esposa Verónica"
Mariel Iribe
A Verónica Soto y Juan Muñoz los unió la vida y el deporte.
Los dos nacieron en la sindicatura de Culiacancito y cuando Muñoz perdió la vista, en 1991 a causa una enfermedad, paradójicamente conoció a su esposa Verónica, quien desde hace 11 años se ha tomado en serio el papel de entrenadora.
"Nos conocimos... bueno ella me conoció a mi porque yo no veo. Entonces desde hace 11 años corremos, yo estaba en deportes en una escuela para ciegos, ella me agarró la mano y ya no quiso soltarme, es todo para mí, hasta mi entrenadora", comentó Muñoz entre risas.
Juan, al igual que su esposa, fueron ganadores del primer lugar en su categoría en la novena edición de la Carrera Atlética Internacional Polo González Invita 2007, que se celebró en la comunidad de El Higueral, sindicatura de Eldorado, el 30 de diciembre.
Con ocho años de fuertes entrenamientos y competencias, ninguno de los dos ha podido olvidar el primer día que decidieron salir a la calle y buscar un motivo que los hiciera salir adelante.
"Me acuerdo que fue cuando llegué a pesar 90 kilos y le dije a Verónica vamos y de ahí en adelante corremos los dos. Nos ha gustado mucho y no pensamos dejarlo. Así decidimos acercarnos al atletismo", comentó el ganador, aferrado a la mano de su esposa.
Pasar todo el día juntos, compartir las actividades de la casa y acompañarse en los entrenamientos, es una rutina común para la pareja de deportistas, que trabajan cada vez más fuertes por ser mejores.
"Lo que más nos gusta es entrenar, disfrutamos muchas cosas juntos, ella es un apoyo para mí, sin ella no sería lo que soy, ella es mi entrenadora, mi guía, con ella entreno, voy a las carreras", apuntó.
Verónica Soto toma de la mano a Juan, trata de ubicarlo bajo la sombra de un árbol para que no le dé el sol, platica con él para darle confianza antes de las competencias, y siempre es la primera en felicitarlo al llegar a la meta, sea o no, el ganador del primer lugar.
"Me siento muy bien de haber competido. Los dos siempre estamos juntos para salir adelante, yo le ayudo y él también me apoya cuando estoy preparándome para las competencias", compartió Verónica.
Pero el reto no ha sido fácil para ellos. Juan perdió la vista a los 30 años, y los primeros años le era imposible pensar en hacer algún deporte, sin embargo, la fuerza de voluntad y las ganas de mantenerse vivo, no sólo lo llevó al deporte, ahora tiene dos hijos que lo impulsan a competir.
"Fue difícil, ahora soy una persona diferente, tengo dos hijos, no los conozco físicamente, pero sé cómo son, la niña se parece a mí y el niño no sé, creo que no se parece a nosotros", dijo Juan mientras Verónica afirmaba con un ligero movimiento de cabeza.
Ahora que ambos han sabido sortear las dificultades en la vida y en la pista, Juan y Verónica seguirán entrando para, algún día, poder cumplir su sueño: ser los mejores a nivel nacional en su categoría.
"Nos conocimos, bueno ella me conoció a mi porque yo no veo. Entonces desde hace 11 años corremos, yo estaba en deportes en una escuela de ciegos, ella me agarró la mano y ya no quiso soltarme, es todo para mí, hasta mi entrenadora".
Juan Muñoz, atleta invidente
1
Lugar logrado por
ambos en su categoría
11
Años hace que
empezaron a entrenar
8
años tienen de participar en
competencias