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"#SINALOAPUNCH"

"El sueño cumplido de un niño"

"Fernando Montiel descubrió que las ilusiones de la niñez pueden hacerse realidad con trabajo y dedicación, como aquella vez en que venció a Hozumi Hasegawa en Japón"
15/11/2015 10:39

    CULIACÁN._ Pasada la euforia de aquella gran noche, en la que Fernando había logrado la hazaña de destronar a un campeón que parecía imbatible, su padre lo visitó en la habitación de aquel hotel en Tokio, lo abrazó, lloraron de alegría, y luego don Manuel sacó un pedazo de papel que traía en la cartera y se lo dio a su hijo. "Ten", le dijo, "para que recuerdes algo".

    El presagio
    Fernando Montiel Martínez nació el 1 de marzo de 1979 en Los Mochis, en una familia que empezaba a forjarse como una dinastía de boxeadores. 

    "Todo empezó con un tío, Antonio Ramírez, de ahí le siguió mi tío Rudy, después siguió mi papá, luego mis primos, mis hermanos, y yo. Todos queríamos lograr el objetivo de ser campeón del mundo", cuenta. 

    Ya retirado, Manuel Montiel empezó a entrenar peleadores en el gimnasio de la Prepa Mochis, y entre sus pupilos estaban varias figuras de esa época, en los ochentas, y destacaba Jaime "Jimmy" Llanes, considerado el más completo boxeador mochiteco de todos los tiempos. 

    El "Jimmy" Llanes fue campeón Nacional, un logro muy valorado en el boxeo de aquellos tiempos, y se convirtió en uno de los ídolos del pequeño Fernando, quien iba al gimnasio más por tradición familiar que como proyecto de vida. 

    "Todavía no me dedicaba al cien por ciento, todavía era un niño, pero ya después, con el paso del tiempo, aunque no mucho tiempo después, yo le dije a mi papá que quería ser boxeador, y me dijo que yo iba a ser campeón mundial", comenta. 

    La pasión por el deporte de los puños se fue fortaleciendo en aquellas noches de boxeo sabatino en las que Sonny Alarcón y Toño Andere narraban desde la Arena México o la Arena Coliseo. 

    Fue así como Fernando empezó a visualizarse, y en las hojas de sus cuadernos, más que tareas, había dibujos de guantes, zapatillas, pantaloncillos, y cuadriláteros, y cada ring tenía al centro el nombre de la México o el de la Coliseo. 

    "Pero mi papá me dijo que no pusiera eso. Tú no vas a pelear en la Arena México, me decía, tú vas a pelear en Japón, por allá en Asia, o en Estados Unidos", recuerda. 

    "Entonces, en lugar de poner en el medio del ring Arena Coliseo, ponía según yo letras en japonés, ahí le hacía yo algunos garabatos. Y cuál fue mi sorpresa, que eso que yo visualicé cuando era niño se hizo realidad".

    La noche mágica
    Era la noche del 30 de abril de 2010, Fernando "Kochulito" Montiel enfrentaba al japonés Hozumi Hasegawa en el Nihon Budokan de Tokio. Era la undécima defensa que el nipón hacía del campeonato CMB de peso Gallo. 

    Desde el campanazo inicial, la guardia zurda de Hasegawa, su precisión de golpeo y rapidez de puños, desconcertaron al sinaloense. 

    Hasegawa conectaba de izquierda al rostro y salía con laterales para evitar la respuesta de Montiel, quien no dejaba de presionar. 

    Después de tres rondas, el nipón dominaba las puntuaciones marcando el ritmo de pelea, y se veía cómodo en el ring, pero de repente… Montiel hizo contacto sólido a la mandíbula con un gancho de zurda y el campeón retrocedió lastimado sujetándose de las cuerdas para no caer. 

    El peleador mochiteco se le fue encima lanzando todo su arsenal de puñetazos, y como no hubo respuesta de Hasegawa, el réferi Laurence Cole detuvo el combate. Sólo faltaba un segundo para que concluyera el cuarto asalto. 

    "Los primeros tres rounds fueron de estudio, porque él era un zurdo muy peligroso y yo era un peleador estilista con punch, y eso fue lo que me sacó a relucir, la explosividad", narra Fernando. 

    Esa misma noche, ya en el hotel, don Manuel entró a la habitación de Fernando, sacó un pedazo de papel que traía en la cartera y se lo entregó. 

    Era una hoja de cuaderno, y cuando Fernando la desplegó, apareció el dibujo de un ring con unos garabatos en el centro, y en la parte de debajo de la hoja, en una esquina, decía "Tokio, Japón".

    Satisfacción total
    Después de 18 años de carrera en el boxeo de paga, en los que ha conquistado cinco campeonatos mundiales en tres diferentes divisiones, y que ha obtenido una distinción especial como Supercampeón de la OMB, Fernando Montiel se dice satisfecho. 

    "Si yo me retirara, me retirara feliz, si muero mañana, muero feliz también. Aunque sí quisiera lograr otro campeonato en mi carrera. Campeonatos absolutos, no interinos ni vacantes, porque los que he ganado han sido realmente contra campeones. Eso sería un logro muy satisfactorio para mí". 

    Sin embargo, un cuarto título mundial en diferente categoría no es el único objetivo pendiente para Fernando, pues hay una rivalidad desde que era peleador amateur que al parecer no será saldada. 

    "Pues la gente siempre ha querido que peleemos el Travieso y yo, pero por cosas del destino no se dio la pelea. Al menos yo sí tenía ganas de pelear, pero si no se dio esa pelea, pues ni modo, me quedé con las ganas", suelta. 

    Fernando peleará este sábado en Monterrey, ante el prospecto invicto neoleonés Sergio "Dandy" Puente, con la esperanza de salir victorioso y encaminarse a una última chance titular para el próximo año. 

    "Mientras me sienta con las ganas de seguir entrenando, y con las ganas de seguir haciendo el peso, que es lo más duro, pues voy a seguir en el boxeo. La verdad, es mi pasión, es mi vida ser boxeador", expresa.