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"DÍAS DE ANGUSTIA EN CAMINO"

"Para llegar a 'Tino'"

"Cándido Lugo regresó desde San José, California, para encontrar la tragedia que envuelve a su familia; encuentra a su hijo en estado de coma"

    Le avisaron, a medias, cuando él estaba en San José, California, en Estados Unidos. Fue el lunes.
    Después de que los teléfonos, el Telcel o el Movistar, no habían respondido, llamó a su primo con un ¿qué tiene mi vieja?, puesto que doña Obdulia recién había salido del hospital por problemas de la presión.
    "No", le respondió, "Luis en Culiacán, y todos se fueron, yo los llevé a la Central, el sábado en la mañana".
    "Desde entonces me entró la desesperación. Si hubiera estado yo con alta o baja presión, ahí hubiera quedado".
    Ahí, y así, fue cómo don Cándido Lugo Torres se enteró de que a su hijo, Luis "Tino" Lugo Quintero había sufrido un accidente en un cuadrilátero de Culiacán, Sinaloa.
    Había cruzado la línea la mañana del jueves. Partió de San Luis Colorado días después de lo previsto, por los problemas de su esposa.
    "Iba yo ir a trabajar a Eureka, está a 6 horas de San Francisco, al norte. Pegado a Oregon", aclaró. "Me fui con un raitero, de esos que van de Caléxico a Indio. Me dejó en el truck stop, me dejó como a las 11 de la mañana, pasó mi amigo el salvadoreño como a la 13:30 y nos fuimos".
    "Vamos a 'tirar' en la Alvarado y 7, en el centro de Los Ángeles, en un Home Depot. Traíamos piedra labrada de México. 'De ahí vamos a levantar un contenedor en el puerto de Long Beach y los vamos a llevar al norte', le dijo su compañero".
    Pero se detuvo por la mañana en San Francisco, decidió hablar como a las 4 de la mañana y no tuvo respuesta.
    "Es por el fin de semana", recordó se dijo a sí mismo, "no hay línea, no entran las llamadas de Estados Unidos para acá muy fácil. O es la tarjeta".
    Ese lunes, en un paradero en La Milpita, después de hablar con su primo y saber que radiodifusoras de Arizona y California lo habían "radiado", supo lo de su "Tino".
    Le llamó a su amigo, quien descargaba en Oakland.
    "¿Sabes qué?, acaba de pasar algo muy grave. Vente", le dijo, "estoy en Las Milpitas".
    Cándido esperó ahí una hora, abordó, no supo qué decir ante un ¿qué pasó? y hasta quiso operar el tráiler.
    A la media noche arribaron al 46, un paradero, en donde se checó la presión. A las 4:15 de la mañana llegarían a Fontana y entonces comenzó un rally.
    "Yo voy a Indio, me dice alguien. Me esperé un ratito y me subí al troque y llegué a Indio como las 11:15 de la mañana", agregó. "Caminé como una milla a 120 grados (farenheit) de temperatura, es desértico Indio, hasta que llegué a un lugar donde acostumbran a levantar gente los raiteros".
    Tuvo que pagar 100 dólares para que lo llevaran de Indio a la línea mexicana. Y se quedó con no más de 20.
    "Crucé la línea, llegué, agarré un camión y a San Luis. Le llamé a un primo, me lleva hasta con el dueño del restaurante del paradero donde tengo mi negocio y les platico", recordó. "Le pasó un accidente a mi hijo, les dije. Ellos lo conocen muy bien, porque ahí creció Luis".
    Ahí, recordó Cándido, le prestaron 5 mil pesos.
    "Yo no sabía realmente qué pasaba. Yo pensé que mi hijo había fallecido. Me hizo pensar cosas más allá, porque no me decían nada claro", dijo. "Llego, a la casa, agarré un taxi a la Central.
    Pero no hay autobuses, es muy difícil ahorita, y le dije a mi primo, 'vamos al paradero' y estaba saliendo un camarada mío. Voy pa' Chihuahua, me dijo, te dejo en Santana. Después de eso fueron 14 horas hasta acá".
    De 50 años, hoy don Cándido recuerda lo difícil que ha sido vivir alejado de la familia. Vivir en la carretera siempre, pasar sólo 65 días al año con sus hijos y los otros 300 alejado.
    Por eso, hoy, recuerda que su "Tino", cuando tenía 12 años, se pasó trabajando hasta ahorrar 2 mil pesos, con que le compró un celular "de aquellos grandotes" a su novia y un anillo.
    Lo mucho que le gustaba armar charangas, los pequeños vehículos con motor de podadora.
    Hoy mira a su esposa y recuerda que la conoció en el 86, en Tijuana, cuando ella trabajaba como cajera en un supermercado.
    Recuerda, también, que no le gusta venir a Sinaloa, porque la última vez que vino fue cuando su madre murió.
    Y recuerda, que después de muchos caminos, ha regresado con su "Tino".

    ¿Qué los traen aquí, hoy?
    -El accidente de mi hijo, en el boxeo por la pelea del viernes".

    ¿Qué es lo que le enoja, señor Cándido Lugo?
    -Lo que me enoja es que no le dieron el servicio o el auxilio que todo deportista requiere. El Seguro Social es una clínica para empleados de alguna empresa, no para alguien que tiene un accidente en el campo de batalla, en cualquier tipo de deporte, para eso está el Comité de Boxeo; para responder en este caso, por eso hay un contrato que hace una persona que está peleando profesionalmente.
    "Tengo muchas dudas, voy a llevar este caso al terreno legal para que investiguen bien qué es lo que está pasando".

    Señora Obdulia Quintero ¿usted habló de un contrato, Luis habló de un contrato, ese documento lo han visto físicamente?
    -¡No!. El promotor y el entrenador son los que se encargan de eso, Luis me habló a San Luis, me dijo, 'mamá yo voy a pelear el viernes', yo le dije, 'si estás preparado para pelear ve a pelear, si no, no.
    "Él me dijo que estaba tratado, ya no puedo hacer nada, está firmado un contrato. El Sr. Cándido interviene. "¿Dónde está el contrato ese? ¿quiénes son los que llevan la responsabilidad de ese contrato?
    "Porque desde el momento en que haces un contrato de esa especie, hay un seguro, porque es una cosa muy delicada, van a pelear 2 seres humanos, no van a pelear un par de gallitos"

    Don Cándido, cuando usted llegó al hospital, la primer persona que se le acercó fue el entrenador, ¿podría describirnos cómo fue ese encuentro?
    -Me trató de decir algunas cosas, que si venía la prensa había que decir la verdad, porque la prensa a veces se vale de mentiras para publicar sus notas y dañar a la Comisión de Boxeo. Yo desconozco todo eso, no sé que pasó en ese accidente.
    "Pero lo que sí le tomo a mal, es que a mi hijo lo levantan del campo de batalla luego de una pelea y lo llevan al seguro social, ¿por que? en el boxeo siempre debe de haber una ambulancia para que de primeros auxilios en cuestión de segundos y me han comentado que mi hijo permaneció hasta 20 minutos en el ring, ya inconsciente. No es un animal, es un ser humano, es mi hijo".

    FAMILIA

    Llegarían a demandar

    Con la voz quebrada, sabiendo que su hijo se bate entre la vida y la muerte, don Cándido Lugo confirmó que llegará a las últimas consecuencias para determinar si hubo alguna negligencia en la atención de su hijo "Tino".
    "Yo pienso que demandaría a los promotores o la Comisión de Boxeo, porque es 100 por ciento ilegal todo lo que está sucediendo en este accidente", comenta.
    Aunque debería tener mejor trato su hijo, la señora Obdulia, mamá de "Tino" reconoció que hasta el momento ha tenido buenas atenciones en el Seguro Social.
    "Está bien atendido. Le han hecho los estudios, pero todos dicen que tiene muerte cerebral, no hay esperanza, nunca nos han dado una esperanza de que él se va a recuperar", señala.
    Cierra los ojos, agarra y poco de aire, lo retiene antes de contestar. Don Cándido afirma que nunca vio pelear a su hijo.
    "No nunca lo vi, solo en videos. Ganó dos campeonatos juveniles en el estado de Sonora, incluso, tuvimos una entrevista con el Gobernador de Sonora, Eduardo Bours, y dijo que era muy buen boxeador que tenía buen récord y que tenía elementos para triunfar y que se sentía muy orgulloso de tener deportistas así en el estado. En aquella época se llamaba "El Vaquerito" de Sonora".

    ¿En su infancia tuvo o presentó algún problema físico?
    --Nunca tuvo problemas.

    Tuvo 70 peleas como amateur ¿nunca tuvo lesiones?
    -No nunca tuvo que ir al doctor.

    ¿De dónde le nació el gusto por el Boxeo?
    - Pues lo único es que yo tenía un hermano que le daba por boxear, pero no fue muy lejos, sólo una aspiración en peleas locales, pienso que a lo mejor fue eso, pero a mí no me gusta eso nada.

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