Amigo lector de Noroeste, los tendones son estructuras avasculares (la irrigación sanguínea es muy deficiente), y están compuestos por 68% de agua, 30% de colágeno y un 2% de elastina. Usted, aunque no sea médico, al ver que tiene un 2% de elastina se da cuenta que es poco elástico, por lo tanto, al realizar actividad física es necesario un buen calentamiento. Pero el ser humano conforme pasan los años, estas estructuras se hacen más rígidas (duras), lo que significa que a más edad el calentamiento y estiramiento debe ser por más tiempo, se debe consumir líquidos suficientes (tres litros de agua o más) que se mantengan bien hidratadas.
El tendón de Aquiles es un potente tendón por el que se insertan los gemelos en el calcáneo y el dolor localizado en él, es un problema frecuente tanto en el deportista como en la persona común, que solicite esta estructura ya sea por movimiento o por peso (obesidad y sobrepeso).
La inflamación en el tendón se le llama tendinitis aquílea caracterizada por un dolor difuso en el tendón, que aumenta con la carga, que puede llevar a incapacitar para la carrera o la deambulación común, se acompaña de tumefacción en torno al tendón con gran engrosamiento del mismo, lo cual puede ser detectado a la simple observación.
A las lesiones en el tendón se les divide en grados, todo de acuerdo a la misma, puede presentarse como distensión, rotura parcial o rotura total, las roturas son más frecuentes secundarias a tendinitis frecuentes. La sintomatología para la rotura parcial es igual que la tendinitis salvo el engrosamiento difuso del tendón, que en ésta no existe. En el último grado de gravedad se encontraría la rotura total del tendón cuya reparación será necesariamente quirúrgica.
Los mecanismos por los que se lesiona el tendón de Aquiles son multifactoriales y van desde la irritación mecánica continuada (repetitiva), al traumatismo directo sobre el tendón, pasando por las lesiones por sobreesfuerzo, la pérdida de elasticidad con la edad, la aplicación de una tensión oblicua sobre el tendón, uso de algunos fármacos como los corticoides, antibióticos, enfermedades bacterianas, micóticas, virales, o determinados factores congénitos. No obstante, el mecanismo más frecuente es la sobresolicitación en un tendón en el que se ha producido un daño progresivo, y la utilización de un calzado inadecuado sobre una superficie demasiado dura.
Para el manejo de la tendinitis aquílea, es necesario conocer la causa, y evitando ésta desaparece la lesión con o sin la indicación de analgésicos, desinflamatorios y cuidados generales. Por esto es que a veces una tendinitis aquílea de repetición desaparece con medidas simples como recortar el borde posterior del calzado, utilizar talonera que acorte la longitud del tendón, aliviando así su tensión, cambiar a una superficie blanda las sesiones de entrenamiento, o realizar un estiramiento sistemático antes y después del trabajo físico.
Toda lesión tendinosa se volverá a la actividad cuando ésta está totalmente recuperada, aunque la baja en la actividad sólo es de la parte lesionada, el resto del cuerpo se le debe de dar movimiento, ya que la pérdida de la condición física se inicia en las primeras setenta y dos horas.
En cualquier caso de lesión en el tendón de Aquiles son potencialmente graves, por lo que siempre deberá buscarse el manejo médico, y seguir el tratamiento, y dar seguimiento al mismo por el tiempo que sea necesario.
Bien, también desde esta columna le seguimos invitando a seguir las indicaciones del Sector Salud, cuídese usted porque hagan, digan, el resto de la sociedad o las autoridades su salud es responsabilidad suya, así que a guardar sana distancia, de dos metros o más, use el cubreboca donde va que tape nariz y boca, lávese las manos seguido, no asista a lugares conglomerados de gente. Si va a salir de casa cuídese. SÓLO RECUERDE QUE USTED PUEDE LLEVAR LA ENFERMEDAD O LA MUERTE A SU CASA.