"Un maestro del deporte, de la vida"
CULIACÁN._ Su pasión por el futbol lo motivó no sólo a impartir clases en escuelas públicas y privadas, lo llevó además a descubrir talentos, a inculcar disciplina en pequeños, tanto que algunos de ellos ya se han convertido en futbolistas profesionales, de Primera División de México.
Hace 26 años, Juan Manuel Barrera Diaz comenzó su carrera como entrenador deportivo en el Instituto Chapultepec. Más tarde solicitó la oportunidad de impartir clases de Educación Física y la obtuvo. Desde entonces la búsqueda de potenciales deportivos no ha cesado.
El hombre de camiseta deportiva, silbato en el cuello, y balón en las manos comenta que combina su trabajo en los planteles educativos con la preparación de jovencitos en canchas de algunas colonias.
El logro dedicado y la camiseta de recuerdo
Un buen día de 2013, en medio del sol, del pasto de la cancha de la avenida Patria, y los gritos de indicación al calentamiento de los jóvenes, recibió una llamada y una posterior visita que lo marcarían de por vida.
Tras algunos minutos después de colgar el teléfono, llegó hacia él Javier Güémez. Aquel chiquillo al que prepararía en el Instituto Chapultepec hace algunos años, se presentó ante él como centrocampista del equipo Xolos, y le dedicaría además su logro.
"Me dice: profesor, vengo a saludarte, a darte las gracias por todo lo que me diste. Por tí yo estoy aquí, voy a Xolos", recordó.
El maestro guarda desde entonces la playera oficial del equipo que recibió de manos de aquel ex alumno.
"De vez en cuando puedo platicar con él, cuando termina el juego le llamo y lo felicito por el juego. Me siento orgulloso", dice el hombre al momento de dibujar una sonrisa en el rostro.
El sueño que se hizo realidad
Otra satisfacción para él es otro joven talento, descubierto en la canchita de su escuela entre 1993 y 1999. Se trata de Javier Salas.
Un día, coinciden maestro y ex alumno, el potencial, entusiasmo, y disciplina de éste último orillaron al docente a ir más allá en su trabajo. Sabía que arraigaría aún más el futbol entre las pasiones del chiquillo.
"Llevé a este niño a una visita guiada al estadio Carlos González. Fuimos, conocimos el estadio y me dijo: 'profe', yo voy a jugar aquí", recordó.
Y así fue. En 2012, Javier Salas debutó con Dorados en la Liga de Ascenso MX. Se había convertido en el jugador más joven, con más minutos en el terreno de juego con mil ,080 en 11 partidos disputados.
Apenas en febrero de este año, el juvenil mediocampista anotó su primer gol en la Liga de Ascenso MX en el triunfo de 2-0 del equipo sinaloense ante El Altamira, F.C. Lo hizo en el Carlos González, ahora Estadio Banorte.
El orgullo de verlos crecer
Además de estos dos talentos del futbol mexicano, Barrera Díaz continúa con los descubrimientos. En la cancha de la colonia Infonavit Barrancos entrena a cinco jovencitos seleccionados por el club Pachuca.
Sin embargo, no siempre el entusiasmo y la disciplina triunfan en el futuro de un joven deportista, lamenta. Por problemas económicos un gran número de niños y jóvenes trucan su meta en la cancha.
"Hay niños que viven en las periferias, que desafortunadamente son de bajos recursos y el solo hecho de llevarlos a la cancha se les dificulta en lo económico, es donde se nos van quedando esos niños", señala.
En otros casos, son los padres de familia quienes han dejado de confiar en el futuro deportivo de los niños.
"Hay otro niño que salió de esta escuela (Héroes de 1864), estuvo un año en el Pachuca y se acaba de regresar, los papás ya no quisieron que estuviera allá. Un muy buen niño", lamenta.
Por los próximos años la tarea continúa. El "profe", como le dicen los alumnos, descubre las habilidades de cada jovencito en el futbol o en otros deportes. Cada año, asegura, egresan de la escuela al menos dos chicos con mucho potencial deportivo.
"Inducir a los chicos al deporte es muy bonito. Siento un orgullo de verlos crecer, desarrollarse, y que se acuerden de uno", comenta.