Víctor mantiene el oficio de hacer ladrillos en Rosario que le heredaron padre y abuelo
EL ROSARIO._ Víctor Luna García desde hace 35 años da continuidad a la elaboración artesanal de ladrillos, completamente a mano y en horno de leña, siguiendo el legado de su abuelo Manuel García y su padre Carlos Luna en la cabecera municipal.
“Nos sentimos bien porque nos enseñó a trabajar, no andamos en malos pasos ni nada, esa fue la enseñanza”, comentó.
Aunque en la actualidad la ladrillera se encuentra en la zona norte de la cabecera municipal, mencionó que han estado en cuatro partes diferentes, pues se mueven en busca de bancos de barro.
Recordó que desde niño, vio a su padre desarrollar la actividad por espacio de medio siglo, mientras que este a su vez la aprendió de su suegro Manuel García.
No obstante, reconoce que el primero en seguir los pasos de su padre fue su hermano Francisco Luna, quien también se dedica a la producción de ladrillos.
Como si fuera una responsabilidad de que el oficio se mantenga vivo en la ciudad, lamentó que ya son cada vez menos los que se dedican a ello.
“No pues seguir esta (tradición) del ladrillo porque ya nadie hace... Son menos ya”, explicó.
Negó que la llegada del bloque afecte la demanda de ladrillo, pues sostienen que Dios da para todos, pues argumenta que la gente prefiere el ladrillo por lo fresco al ser el bloque muy caliente.
Víctor expuso que la pieza se realiza de la medida que requiere el cliente, en su caso la más complicada de elaborar es la loseta, porque si no queda bien batido el lodo truenan.
Destacó que parte de su satisfacción es que permite la generación de al menos tres fuentes de trabajos quienes ayudan en los diferentes momentos de la elaboración.
“Aquí hace cada trabajador como 300, 400 (piezas) diario. Hay ladrillos de 20 (centímetros), de 38, de 26 y de 50, según los pedidos”, explicó.
Sobre el proceso, manifestó que luego de elaborarlos se deja una semana para que se seque al sol, al completar se arma el horno que se recubre con adobe y lodo para proceder a quemarlo a base de leña.
En lo que corresponde al precio, indicó que en sus inicios era de 2 pesos por pieza, mientras que en la actualidad oscila entre los de 5 a 6 pesos, dependiendo del tamaño que les requieran.
Si el tiempo lo permite, puntualizó que se arma con un máximo de 8 mil ladrillos, pero si el cliente lo pide con premura se arman con 5 mil ladrillos.
Reconoció que el tiempo ha pasado de quemar cada semana, para hacerlo una vez al menos, principalmente por la disminución de la demanda.