Alfredo Pallares
Es un regalo de Dios el que la Obra haya llegado a Culiacán hace 57 años. El trabajo realizado desde aquí durante todos estos años ha beneficiado a muchas familias.
En el Opus Dei cabemos todos. Independientemente del credo religioso, e incluso de que no se tenga fe, la Obra acoge a todas las personas que son de buena voluntad, a todos aquellos que buscan hacer el bien y ser felices.
¿Cómo y cuándo nace el Opus Dei?
El Opus Dei nace como una inquietud en el corazón de San Josemaría Escrivá de Balaguer, nace de su querer saber con claridad lo que Dios quería de él; por eso, cada día oraba con mayor intensidad, y suplicaba haciendo suyas las palabras del ciego de Jericó: "Señor, ¡que vea!". San Josemaría, que vivía los primeros años de su Sacerdocio , aprovechaba cada momento de oración para insistir a Dios en aquella petición, que él decía percibir como "barruntos", por eso perseveraba en su ruego: "Señor, ¡que vea!".
Por fin, el 2 de Octubre de 1928, puede "ver" lo que Dios quiere, la misión que le encomienda realizar: promover la santificación a través del trabajo ordinario de cada día, por eso la llama Opus Dei (Obra de Dios). Y desde ese momento se avoca a cumplir el encargo recibido, que en esencia es volver a recordarle a la gente el mensaje evangélico de amarse los unos a los otros, ayudarles a conocer y a dimensionar el mandato de la Caridad.
De ahí que San Josemaría repitiera frecuentemente: ¡quereos, quereos!, y aclarara que el querer no es un querer de palabra, sino de hechos, porque es querer el bien de la gente.
Con esta visión del mandato de la Caridad, San Josemaría se entrega a ayudar a la gente a descubrir cómo a través de su trabajo y de sus circunstancias ordinarias, el hombre puede encontrarse con Dios y ser inmensamente feliz haciendo mucho bien a todos los que le rodean, empezando por su propia familia, la gente con la que trabaja y la sociedad entera. Por eso, el mensaje de la Obra es la santificación en la vida ordinaria, el trabajar bien para que ese trabajo acerque a otros.
San Josemaría tenía el encargo de que este mensaje llegara a todos los países, a todas las razas, a todos los hombres de cualquier condición social. Este compromiso nació en España y desde ahí germinó al resto del mundo.
México recibe el mensaje cristiano a través del Opus Dei por medio de don Pedro Casciaro, en el año de 1948.
En Culiacán, la labor del Opus Dei inicia de manera circunstancial el 2 de enero de 1951, cuando gente de la Obra, como el Ing. Gonzalo Ortiz de Zárate, el Ing. Agustín de la Garza y don Pepe Grinda que vinieron a trabajar en Eureka, se establecen domiciliariamente en Escobedo 382 poniente.
Don Alberto Pacheco recuerda que, en Diciembre de 1950, él y varios miembros vinieron a Culiacán para ayudar a instalar la casa de la Obra. A partir de enero de 1951 inicia la labor de manera estable; en 1952 llegaría el Pbro. Don Emilio Palafox, quien emprende los preparativos para crear el Centro Cultural Obrero, cuya operatividad empieza en 1954 y continúa hasta la fecha formando trabajadores en diferentes áreas: carpintería, plomería, panadería, tapicería, albañilería, etc.
Al año siguiente, en 1955, se funda el Colegio Chapultepec, donde han dejado una profunda huella maestras como Cristina Ponce, Manuelita Ortiz, Martha Deschamps y, posteriormente, Bertha Noemí García Cázarez.
Continuará mañana.