"A Borges lo conocen mucho pero leen poco en Argentina"
BUENOS AIRES, Argentina (UNIV)._ A 25 años de su muerte, el escritor Jorge Luis Borges no es un referente claro para muchos jóvenes argentinos y así lo demuestra una encuesta: "Es un escritor". "Una marca de aceite de Oliva". "Una calle de Buenos Aires continuación de Serrano". "Es el nombre de un Centro cultural". "El papá de Beatriz Viterbo que murió una candente mañana de febrero..."
"Un delantero que tuvo Racing en los 50". "Un gorila (Antiperonista)". "Un escritor argentino". "Un señor ciego", "El más grande clásico latinoamericano". "Un viejo ciego al que no le gustaba el futbol", "el autor de El Aleph", "el que más se lo merecía y nunca recibió el Premio Nobel...". Así, textual y en orden, son las referencias de Borges para los argentinos consultados.
Varios días después de haber arrancado con una encuesta de entre-casa para saber qué había dejado Jorge Luis Borges en cada uno de sus compatriotas, el resultado está allí. Preguntar por el más grande escritor que dio el país a 25 años de su muerte lejos de su patria y de su gente que en muchos casos lo tuvo y lo tiene por extranjero, no deja de ser una experiencia interesante.
No sólo para conocer las carencias intelectuales de una sociedad sino también el reservorio de esos que a todas las edades, vale decirlo, resiste al adocenamiento. En este caso por saber quién es y qué hizo el escritor más erudito y controversial que haya surgido en estas tierras. Y es que hablar de Borges es hablar de un genial escritor, tal vez del literato argentino menos argentino y el más universal de los escritores nacionales de carácter universal. Julio Cortázar, en vida, no hubiese desmentido tal aseveración y hasta la hubiese aprobado en su eterno apego a la humildad.
Resultados sorprendentes
La encuesta muestra que se lee poco en general, se conoce poco y mal de cultura general y se lee poco a Borges, pero esos "pocos" lectores son fieles como lo demuestra el que responde que se trata de el creador de Viterbo, uno de sus personajes femeninos que más fascinaba, al hombre que siempre estuvo a punto del Nobel y que hubiese sido el más merecido, como lo admitió Vargas Llosa al recibirlo. O sea, el mas grande exponente de la literatura argentina y, por que no, latinoamericana del Siglo 20. Lo que de él se dice en ese sondeo al paso es lo que hay en estos tiempos de inmediatez y vorágine.
Literariamente, Borges dejó construido un mundo. Más maravilloso de lo imaginado. Elevó la media de toda creación literaria, aún cuando, a 25 años de su deceso, parece haberse cumplido su temor profético: "Me conocen mucho pero me leen poco
"
Así lo indican los números de ventas. Aunque si uno se guía por la operación de Random House, que acaba de adquirir los derechos para publicar en Europa toda la obra firmada y publicada, por una cifra millonaria (el acuerdo data de octubre de 2010 y la operación se hizo por un millón 980 mil euros, parece desmentirlo. Nadie invierte tal cantidad sí sabe que no lo va a recuperar.
Pero además de la calle y los potenciales lectores, en esa encuesta en plena peatonal Florida a personas de distintas edades y sector social, están los escritores. Principalmente los más jóvenes, como Gabriel Pasquini, escritor y dramaturgo, autor de La fe los traidores, que reconoce que "en las horas de incertidumbre, buscamos una y otra vez el idioma de Borges, que es uno de los idiomas argentinos
Mal que le pese a sus detractores que más de una vez lo tildaron de cipayo".
SOBRE EL ESCRITOR
Borges fue dueño de un humor fino, el que solía disparar como dardos de su creación y de cierta fobia a todo lo popular/peronista.
No le interesaba ni el bullicio, pero sí el folclor gauchesco (sobre el que escribió sublimes ensayos).
Le apasionaban las gestas humanas pero abjuraba del futbol, adhirió a la dictadura de Jorge Videla y se dejo condecorar por Augusto Pinochet, lo que terminaría alejándolo definitivamente del Nobel.
Cuando supo que el cáncer le había puesto plazo a sus días, no lo dudo: se fue a morir lejos del país. Como si quisiera irse de este mundo, partiendo de la estación de su infancia.