"A ritmo de danzón"
MAZATLÁN._ Los atardeceres mazatlecos nunca son iguales, pero sí son mágicos. Cada jueves, un grupo de adultos mayores vive plenamente esa magia con un valor agregado, porque ellos le dicen adiós al sol a ritmo de danzón en la explanada de Playa Norte, y con esa alegre actitud confirman que las penas se van bailando.
Así lo asegura Héctor Gutiérrez Sánchez, especialista en Medicina Interna y Sicosomática, que viene cada semana desde Culiacán para dar cátedra de cómo se baila este ritmo nacido en Cuba hace 132 años y que desde hace un siglo llegó a México.
Impecable, perfumado, ataviado con guayabera blanca y pantalón de lino, el doctor Gutiérrez Sánchez baila y enseña a bailar danzón desde las 17:00 horas a las 20:00 horas. Después, toma de nuevo el autobús que lo regresa a su lugar de residencia.
"El danzón es adictivo, como una droga, pero una droga muy bonita, sana. Su cadencia, sensualidad, precisión de los pasos, el jugueteo que hay con la pareja y la elegancia en el vestir lo hacen diferente. Por eso es el rey de los bailes de salón", dice Gutiérrez Sánchez.
"Hace 50 años, cuando estudiaba Medicina, fui al Salón México y saqué a bailar a una muchacha. Con mucho respeto, al terminar la pieza me indicó claramente que la llevara a sentar. Usted no sabe bailar danzón, me dijo, y me quedó esa espinita".
Y hace 15 años, Héctor se sacó la espina tomando clases con el maestro Humberto Meneses, quien le indicó que bailar danzón depende del oído, del equilibrio, de la habilidad, porque hay personas que aunque quieran nunca se les va a dar. Entonces, el médico puso en ello todos sus sentidos.
"Uno descubre ciertas cualidades cuando baila danzón, porque es casi matemático, los compases están contados, tiene entradas, salidas, remates, pausas. Mucha gente se sorprende porque en algún momento las parejas se paran y es que hay partes que le sirven al danzonero para disfrutar la repetición del estribillo que es tipo rondó. Las fases de una pieza contienen parte de música sinfónica, de zarzuela, de ópera", comenta.
"He estado muchas veces bailando en Veracruz, con la gente que sabe, ahí está la mata del danzón, de ahí sale para toda la República, inclusive es respetado por los del Distrito Federal. También he bailado en muchas partes del País, con mi compañera de baile, mi esposa Guadalupe Bautista, quien falleció hace un año".
-¿El baile es terapéutico?
"Sí, lo puedo afirmar, porque mi esposa padecía cáncer y tenía una prótesis de cadera y usted la veía bailar y lo hacía sensacional. No tomaba ningún medicamento, nada más recibió los tratamientos y duró ocho años con el cáncer, pero bailó hasta 15 días antes de morir", recuerda.
"Practicando la Medicina Sicosomática le digo a la gente que cree que está enferma que lo que tiene es un problema emotivo que se está disfrazando, por ejemplo, una colitis. Les digo que se vayan a bailar y así se curan".
A los hombres les da vergüenza bailar
El doctor Gutiérrez Sánchez comenta que el problema más serio que ve es la falta de hombres.
"Hay muchísimas mujeres que quieren bailar, pero los hombres no, porque les da vergüenza, le tienen miedo a hacer el ridículo. Yo lo recomiendo para hombres de todas las edades, para los que se retiraron de sus actividades laborales pero están llenos de vida. No tienen que bailar perfecto, el chiste es que se muevan".
-¿Las tardes de danzón son una escuela de baile?
"Sí, es una escuela de baile. Vea usted, la mayoría de los que están aquí no saben bailar danzón, pero están felices, se llena la explanada, pero de mujeres que están bailando solas".
-¿Usted invita a los hombres de Mazatlán a que se vengan a bailar cada jueves?
"Yo diría que las mujeres castigaran a sus compañeros. Que no les den de comer, que no les den estímulos, nada, si no las traen a bailar".
-¿En Culiacán hay este tipo de eventos?
"Sí, cuatro veces a la semana. De hecho se intentó hacerlo permanente en un lugar que se llama La Callecita, donde tocan música cubana, pero no funcionó, porque los viejos no tomamos, no fumamos, sólo consumimos Coca Cola, no fue negocio. Esto necesita de patrocinios, que bailar sea materia obligatoria en las primarias y secundarias".
Danzón contra violencia
Héctor Gutiérrez Sánchez dice que la música de banda ahora incita a la violencia.
"Si se fijan ya no se toca la música regional, la de viento instrumental que se bailaba, sólo corridos y canciones con mensajes violentos. Las autoridades deben de apoyar este tipo de eventos, como las tardes de danzón, porque vale más que los jóvenes estén bailando sanamente y no molestando a otros. Nosotros ya vamos pa'l otro lado y seguimos bailando, pero es necesario ver a muchachos de 20 años aquí y no tomando en una cantina", dice.
-¿Qué le inspira venir a Mazatlán a bailar cada jueves?
"Mi esposa me decía en broma: si alguna vez no vas a bailar conmigo baila con Ercilia. Ella aprende fácil, porque se deja llevar, a Ercilia la conocimos en muchos lugares del País adonde íbamos a bailar".
Y es entonces cuando interviene la mazatleca Ercilia Cutiño.
"También soy jubilada del Seguro Social y danzonera desde hace 10 años. Estuve 20 años trabajando en la Ciudad de México y alguna vez alguien me invitó a bailar al Salón México, pero yo tenía la idea de que este baile sólo era para gente arrabalera, influenciada por las películas de los años 40. Nunca es tarde, aprendí y ahora tengo mucho amor por el danzón, que es elegante y una música exacta".
DEL PARQUE ZARAGOZA A LA PLAYA
Las jueves de danzón iniciaron hace dos años en el Parque Zaragoza, al principio asistían sólo jubilados del IMSS y personas de DIF. Ahora se realizan en la explanada de Playa Norte, frente al Parque Martiniano Carvajal.