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Columna

Adiós al estrés

    Camino libre

    cuando dejo que el viento

    se lleve mis problemas

    y los aviente

    a la corriente del río,

    los arrastre cuesta abajo

    y sin posible regreso.

    Entonces dejo

    que todo corra,

    fluya,

    se esfume,

    y el viento regrese a mí:

    fresco,

    descansado,

    ligero,

    sin peso alguno

    para caminar juntos

    por las veredas del río.

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