Pude haber volado el sueño
sumergida en los mares de tu piel.
Pude haber gastado mis palabras
al escribir letras en tus poros.
Pude haber enamorado al amor
en los años de la primavera.
Pude haber cantado tu nombre
en la alas libres del viento.
Pude haber tejido tu historia
en las noches desveladas.
Pude haber curado la herida
pero no fui enfermera del alma.
Pude haber echado raíces en tus brazos
y un collar de voces en tu pecho.
Pero pasé por tu senda como río
que crece en tiempos de agua.