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"Alfa y Omega"

"Cuarto Domingo de Pascua"
06/11/2015

    Ana Testas

    Hoy celebramos a Jesucristo resucitado, pastor y guardián de nuestras vidas. Él es la puerta para entrar en el redil de las ovejas. Nos da vida en abundancia.
    No es un ladrón ni un bandido: más bien, nos defiende y nos lleva por un camino seguro. Quien se deja guiar por él, tiene vida eterna. En cambio, quien se deja seducir por otras personas o por sus pasiones desordenadas, puede descarriarse, perderse y perder a otros.
    1. SIN JESÚS NO HAY SALVACIÓN
    Tenemos una certeza total y definitiva de que Jesucristo ha sido constituido Señor y Mesías, y de que fuera de Él no hay salvación. Esto lo afirmamos sin la menor duda, aunque se burlen de nosotros quienes no admiten verdades
    absolutas y sostienen que todo es relativo.
    Hay muchos ladrones y bandidos que se roban las ovejas de Dios y las descarrían por otros caminos.
    Es cierto que hay sacerdotes que han abusado de su ministerio y han causado mucho daño a los fieles y a la institución. Pero hay quienes explotan con empeño morboso las debilidades, reales, ficticios o sobredimensionados, de sacerdotes, para desprestigiar a la Iglesia Católica y, en particular, a sus obispos, con el fin de restarnos autoridad moral y así no les podamos echar en cara sus vicios y sus fallas. Reconocemos que se dan casos de sacerdotes que no se portan como buenos pastores, pero son muy aislados, en comparación con la inmensa mayoría que cumple a cabalidad su vocación y misión. Doy testimonio de que tenemos sacerdotes
    muy santos, muy generosos, en su servicios, muy austeros en su vida, muy comprometidos con su pueblo, muy fieles y muy felices en su celibato.
    Nos preguntamos por qué los responsables de algunos medios informativos se ceban con los casos
    de sacerdotes y no lo hacen con otros profesionales y profesionistas que son mucho más numeroso. Se nota que quieren atacar a la Iglesia Católica, que es fuerte y tiene autoridad moral, porque predica no una moda que se acomoda a los gustos de los tiempos, sino un Evangelio que exige renuncias y comportamientos que muchos de los directivos de tales medios no siguen. Mientras difundan más deficiencias clericales, sienten que se protegen para que no se les pueda criticar de su vida incorrecta. 
    2. ¡CUIDADO!
    Hay otros falsos pastores, que en vez de evangelizar a quienes carecen de religión, se dedican a arrebatarle fieles a la Iglesia Católica. Con frecuencia surgen nuevos pastores, que se separan de su Iglesia madre y hacen su propia “Iglesia”, guiados por una simplista y fundamentalista interpretación de la Biblia, que adjudican al Espíritu Santo.
    Esta labor, muchas veces proselitista, encuentra un terreno abonado en católicos con un lamentable desconocimiento de las Sagradas Escrituras, engañados por tantas ofertas religiosas que les llegan a las puertas de su casa. No saben distinguir la verdad del error y, al no estar preparados para rebatir las interpretaciones incorrectas de la Biblia, cuando menos se dan cuenta, cambian de religión o se quedan con la duda y luego no practican nada religioso o se hacen indiferentes. Si conocieran más las bases bíblicas del catolicismo, nadie los cambiaría, pues todo lo que hacemos y creemos tiene su fundamento en lo que Dios mismo reveló.
    Hay quienes, por no conocer al buen pastor, que es Jesús, se dejan seducir por ideologías, organizaciones
    o grupos, que les ofrecen caminos alternos, pero no reconocen a Cristo como el único Dios y Señor. Dan consejos
    y orientaciones que parecen saludables, pero relativizan o Jesucristo y rechazan a su Iglesia. ¡Cuidado!
    3. SÓLO JESÚS ES LA PUERTA
    ¿Usted, a quién sigue? ¿Jesucristo es su pastor? ¿O se deja guiar por otra persona? Sólo Jesucristo es la puerta segura de la verdad y de la vida. Todos los demás, si nos apartan de él, son ladrones y bandidos, aunque tengan verdades parciales. No todo lo que dicen es falso y malo, pero ése es precisamente el mayor peligro, pues muchos no distinguen entre las medias verdaderas y la verdad total, que es Jesucristo.
    Necesitamos buenos pastores, que lleven a los fieles a encontrar abundante vida espiritual en Cristo. Se requieren más y mejores sacerdotes y misioneros, para que acerquen a todas las personas al único Salvador. Hacen falta sacerdotes santos, que sean honra y gloria de su Iglesia, y no motivo de escándalo y de vergüenza.
    Se nos invita a toda la comunidad cristiana a ofrecer oraciones y sacrificios para que Dios llame a muchos a consagrarle su vida, y que sean también muchos los que respondan con generosidad a ese llamado. Se necesitan jóvenes generosos, dispuestos a desgastar su persona y todas sus capacidades, renunciando al matrimonio y a la ambición del dinero, y así estar plenamente libres par el servicio del Señor y de su Iglesia, y así colaborar más eficientemente en la construcción del Reino de Dios.
    Ojalá que todos los fieles elevemos oraciones al Señor por esta intención. ¡De todos depende que tengamos más y mejores sacerdotes! No basta con criticar y lamentar. Hay que ayudar en la promoción de más vocaciones y en su debida formación integral. ¡Ojalá Dios llame a alguien de su familia para que se consagre a Él y a su Iglesia; sería el mejor regalo!

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