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"LITERATURA"

"Alista proyectos García Márquez"

"El Premio Nobel de Literatura incluyó en su libro 'Yo no vengo a decir un discurso' los temas que le obsesionan"
08/11/2015 13:51

    MÉXICO (UNIV)._ Con insistencia, Gabriel García Márquez se refiere a la creatividad de América Latina y el Caribe en sus discursos. Esa región que llama "primer productor mundial de imaginación creadora" atraviesa con referencias directas o sugeridas las páginas de su nuevo libro Yo no vengo a decir un discurso, que desde ayer los lectores pueden encontrar en las librerías a un precio de 209 pesos.
    Junto a esa obsesión por América Latina y el Caribe -una cultura de "resistencia", "solidaridad", "protesta" y "fiesta"- el Nobel de Literatura 1982 desliza en sus discursos las más grandes pasiones de su obra y vida: la escritura, el periodismo, la amistad, el cine, la ecología, su patria y el rechazo a la violencia y a las armas.
    El libro de 151 páginas, editado por Mondadori con un tiraje inicial de 150 mil ejemplares en lengua española, contiene 22 discursos que el escritor colombiano escribió para leerlos ante una audiencia y revela, desde su título, el rechazo del novelista por los discursos.
    Los textos abarcan desde el que hizo a los 17 años para despedir a sus compañeros que se graduaban en el liceo de Zipaquirá, en 1944, hasta el que leyó a los 80 años ante las Academias de la Lengua y los Reyes de España, cuando se publicó una edición conmemorativa de Cien años de soledad.
    Este jueves, al presentar el libro a los medios de comunicación, el director editorial de Random House Mondadori en México, Cristóbal Pera, contó que el volumen se tomó un año y medio de trabajo. Explicó que al leer los textos el propio escritor se dio cuenta de que había allí un libro relevante. Vio que tenían un sentido especial porque transmiten cosas que no se ven en su literatura.
    La idea, dijo, le fue propuesta por la agente literaria del Nobel, Carmen Balcells.
    "Están los temas que le obsesionan como escritor, el periodismo, el mundo de la política, la ecología, la proliferación nuclear, los amigos, como Álvaro Mutis y Julio Cortázar a quien todavía recuerda con muchísimo cariño y afecto", dijo Pera.
    En el lanzamiento del libro, Pera aseguró que el escritor está en buen estado de salud y que tiene ahora mismo dos nuevos proyectos: una antología de sus textos periodísticos, que sería de 300 a 400 páginas y contendría aquellos artículos de periodismo más literarios, y su novela En agosto nos vemos.
    Al respecto, detalló que ésta es una obra que "inició hace tiempo, pero que no acaba de terminar porque García Márquez es muy perfeccionista y por eso no la da por concluida".

    Los artefactos literarios
    Los textos están presentados en orden cronológico. Entre otros, se encuentran el que leyó al recibir el Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos, en 1972, o el que pronunció 10 años más tarde cuando le fue concedido el Premio Nobel de Literatura, llamado La soledad de América Latina, un escrito que Pera describió como "un artefacto literario, una obra maestra".
    El autor de El otoño del patriarca publica también un discurso que localizó su hijo Rodrigo, se trata del que ofreció cuando recibió la Orden del Águila Azteca que le otorgó el gobierno de José López Portillo en 1982, antes de recibir el Premio Nobel.
    En éste, García Márquez habló de México como "otra patria distinta que se me ha dado sin condiciones". Recordó que en este país habían crecido sus hijos, había escrito sus libros y había sembrado sus árboles. Sobre el periodismo, en su texto El mejor oficio del mundo, leído en Los Ángeles, en 1996, contrastó la situación que vive esa otra vocación suya y describió a este oficio como "una pasión insaciable que sólo puede digerirse y humanizarse por su confrontación descarnada con la realidad".

    Textos vigentes
    Una particularidad de los escritos que se guardan en Yo no vengo a decir un discurso es la vigencia de muchos de los problemas expuestos por García Márquez. En La Patria amada aunque distante, pronunciado en Medellín, Colombia, en mayo de 2003, se refirió a los miles de desplazados víctimas de la violencia sustentada por dos de los negocios más sustentables de este mundo sin razón: el narcotráfico y la venta ilegal de armas.
    En él dijo: "imposible imaginar el fin de la violencia en Colombia sin la eliminación del narcotráfico, y no es imaginable el fin del narcotráfico sin la legalización de la droga, más próspera a cada instante cuanto más prohibida".