"Ángela Peralta vive"
Ángela Peralta vive en la memoria de los patasaladas, la excelsa, como la llaman los operomanos, murió hace 125 años en Mazatlán, los habitantes del puerto la han mantenido viva a través de las murmuraciones, de los chismes, de la leyenda que se ha tejido a lo largo de más de un siglo. La noche del sábado se puso una granito más al idilio que ha mantenido Ángela Peralta con los mazatlecos.
Ricardo Urquijo anunció que la función se le dedicaba a la maestra de ballet, Margarita Naranjo de Saá, pidió un minuto de silencio por la enorme perdida que sufrió el proyecto cultural de Mazatlán con la muerte de tan excelente catedrática.
El teatro se vistió de gala para conmemorar el aniversario luctuoso de una de las cantantes más famosas de la historia de la ópera en México, esta vez se invitó a la soprano María Katzarava para que interpretara las árias más significativas en la vida de la diva, ella fue acompañada por el virtuoso pianista Ángel Rodríguez.
El telón se abrió y la calidez de una habitación del siglo 19 se dejó sentir. En una típica silla de cedro con asiento de bejuco, de esas que amueblaban las salas de los hogares mazatlecos de los bisabuelos, se sentó el actor e investigador teatral Sergio López para leer los hechos más significativos de la vida de la cantante.
"María de los Ángeles Manuela Tranquilina Cirila Efrena Peralta Castera conocida como 'El Ruiseñor Mexicano', nació en la Ciudad de México y siendo una niña le cantó a la soprano Enriqueta Sontag, La cavatina de Belisario, la famosa cantante le auguró un brillante futuro y le sugirió a su padre que la apoyara".
La Katzarava hizo un homenaje a la mexicanidad ciñendo su torso con un corsé creado con el típico bordado del traje de tehuana, una falda recta de chantung verde limón que caía hasta sus tobillos y en la cintura llevaba amarrado un reboso de seda del mismo color.
Su voz educada fue armando La Cavatina de Belisario, de Donizetti, terminando en un agudo que cimbró al teatro y le arrancó al público un aplauso apasionado.
"En 1860 Ángela Peralta hizo su debut en el Teatro Nacional con la ópera El Trovador, se fue a España en donde calificaron su voz como exquisita, de una dulzura extrema y de una afinación espléndida, que puede competir con la de cualquier diva europea, en ese momento fue cuando canto por primera vez Caro nome, de la ópera Rigolleto" leyó Sergio López.
La joven soprano interpretó está ária sorprendiendo a la concurrencia por su capacidad para abordar las florituras y los trinos.
"En 1862 cantó en la Scala de Milán la ópera Lucía de Lammermoor, se fue a Egipto a inaugurar un teatro en Alejandría, trabajó en ciudades de Italia, Portugal y Francia y en 1865 regresó a México como una heroína, inauguró el Teatro Degollado, de Guadalajara, y el Ángela Peralta, de San Miguel Allende" narró López.
Las notas de Ah non creder mirarti, de La Sonámbula, otra de las árias que le dieron fama a la Peralta en Europa y México fue interpretada por la Katzarava.
López comentó que los documentos históricos consignan que la diva era rechazada por la sociedad del Distrito Federal, por sus relaciones amorosas con Julián Montiel, gerente de su compañía de ópera. Por eso decidió realizar una gira por todo el país.
"Los documentos dicen que la fiebre amarilla llegó a Mazatlán del puerto de San Blas, en los barcos San Juan y Granada, de los que desembarcaron personas que venían enfermas, mientras Ángela Peralta cantaba en La Paz, Baja California, la peste llegó del sur y la cantante arribó del norte en el barco Newbern" dijo López.
El narrador hizo referencia al matrimonio de la cantante, que se casó en artículo mortis con Julián Montiel, y a la leyenda de las joyas que fueron vendidas para solventar los gastos de los miembros de la compañía de ópera que sobrevivieron a la fiebre amarilla.
El público se aproximó nuevamente a las canciones que interpretó Ángela Peralta gracias a la voz de Katzarava, que cantó O redentemi la speme ... Qui la voce, de El Puritano, y el vals Loin de toi, compuesto por Ángela Peralta, quién también tocó con virtuosismo el piano y el arpa, además de ser compositora de música.
El Coro de Cámara de Mazatlán despidió la noche cantando La Paloma, con la que dice la leyenda que Ángela Peralta deleitó al pueblo de Mazatlán desde el balcón del Hotel Iturbide, en donde murió.
MÁS DETALLES
Ángela Peralta murió en Mazatlán hace 125 años, el 30 de agosto de 1883.
Contrario a lo que dice la leyenda, que culpa a la embarcación Newbern en la que llegó la cantante, de traer la fiebre amarilla, Sergio López dice que la enfermedad arribó al puerto antes que ella en dos barcos procedentes de San Blas.
El historiador Sergio López leyó un documento histórico en donde se asienta que Ángela Peralta si cantó en Mazatlán, lo hizo en un ensayo sin público, ante periodistas que lo reseñaron en diarios de la época.
EL RECITAL
La soprano María Katzarava interpretó las árias de ópera más representativas de la carrera de Ángela Peralta.
Cavatina, de Belisario
A non creder mirarti, de La Sonámbula
Caro nome, de Rigoletto
Regnaba nel silenzio, de Lucia di Lammermoor
O redentemi la speme, de El Puritano
Vals Loain de toi, compuesto por Ángela Peralta
