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"FARÁNDULA"

"Audrey Hepburn, de niña pobre a princesa"

"No se sabe si fue por su elegancia y rostro angelical, por su frescura en la pantalla o por su sangre aristocrática"
08/11/2015 14:58

    MADRID (EFE)._ No se sabe si fue por su elegancia y rostro angelical, por su frescura en la pantalla o por su sangre aristocrática, lo cierto es que Audrey Hepburn, tras una infancia pobre de afecto en la que el hambre también estuvo presente, como en un cuento de hadas, se convirtió en una princesa de Hollywood.
    "Audrey es un ícono, está por encima de las modas. Su imagen es tan moderna y fresca como en los años 60", dice el escritor, periodista y editor Juan Tejero, autor de Audrey Hepburn, una Princesa en la Corte de Hollywood, libro que sale a la venta esta semana.
    Aunque su vida sentimental ha sido objeto de muchas biografías no autorizadas, este libro presta más atención a los entresijos profesionales y a la infancia de la actriz que a su vida amorosa.
    "Vivió una niñez difícil, pero tras su éxito disfrutó de una vida tranquila y discreta, ajena a los escándalos y episodios morbosos", explica Tejero.
    Nacida en el seno de una familia aristocrática en Bélgica, a Audrey Hepburn nunca le gustó hablar de su infancia, un periodo de su vida que siempre fue tabú.
    "El abandono de su padre, fue el mayor trauma de su vida", asegura el autor.
    Tejero cuenta que la protagonista de Desayuno con diamantes fue víctima de la distante y severa personalidad de su madre.
    "Era fabulosa, tenía mucho amor, pero era incapaz de expresarlo. Buscaba unas caricias que a veces encontraba en brazos de institutrices", reveló en una ocasión Hepburn. Por desgracia, el hambre y la desnutrición estuvieron presentes en la niñez de la actriz.
    Al final de la Segunda Guerra Mundial, su familia no tenía leche, ni huevos, ni electricidad ni agua, se alimentaban con tulipanes, pan de guisante y alimentos más o menos comestibles, relata Tejero.
    Eran tiempos en los que las redadas por la fuerza de mujeres y jóvenes para trabajar como empleadas domésticas eran habituales. En una de ellas, Audrey se vio atrapada, pero ante el descuido de un soldado, puedo huir y se escondió en el sótano de un edificio, donde sobrevivió comiendo manzanas y un poco de pan.
    Su madre pensaba que había muerto, pero Audrey salió de su escondite y se presentó en su casa, eso sí, enferma de ictericia. Ambas emigraron a Londres, donde la protagonista de Guerra y Paz pudo continuar con sus clases de ballet y estudios de arte dramático, mientras la baronesa trabajaba como limpiadora.
    Con media docena de papeles insignificantes en Gran Bretaña, la joven actriz deslumbró en Broadway con Gigi, papel que la convirtió en la más prometedora de las estrellas de la Paramount. Y así se convirtió de cenicienta en princesa.
    "Era una actriz completa, muy dúctil, capaz de tocar varios géneros", asegura Tejero.
    En un principio, con filmes como Vacaciones en Roma o Sabrina, corrió el peligro de encasillarse como una actriz de comedia, pero tras Historia de una monja, Hepburn demostró que era capaz de hacer papeles dramáticos.
    No siempre hizo buenas películas pero dejó su sello de elegancia. A juicio de Tejero, fue una gran actriz que también hizo malos filmes, como Mansiones Verdes, junto Mel Ferrer.
    Podría haber sido una estrella más grande, pero se retiró a una edad muy temprana. Aunque sufrió varios abortos, Hepburn tuvo dos hijos y prestó su imagen para ayudar a niños somalíes como embajadora de Unicef.
    Billy Wilder dijo que Audrey "podía hacer que los grandes pechos fuera cosas del pasado". En una época dominada por actrices voluptuosas y con exuberantes curvas, la protagonista de Desayuno con diamantes lució una imagen etérea y parisina. Puso de moda el pelo corto, la delgadez y los zapatos de tacón.
    "Sabía mirarse al espejo y amaba la sencillez. Su estilo fue imitado por cientos de jovencitas. Hechizó al mundo vestida por Givenchy".
    El diseñador cantaba a los cuatro vientos que la protagonista de My fair lady tenía los hombros bonitos, la cintura muy delgada, las caderas estrechas y las piernas muy largas y se preguntaba: "¿Hay alguna mujer a la que no le gustaría ser Audrey Hepburn?".
    Pese a su dos matrimonios, Audrey no tuvo suerte en el amor.
    "Creo que amó más de lo que la quisieron", concluye Tejero.
    LOS SECRETOS DE HEPBURN
    Un nuevo libro sobre Audrey Hepburn revela secretos de su infancia: falta de cariño, pobreza, rapto y enfermedades.


    Audrey Hepburn