"Bolaño, un autor sin tiempo"

Roberto Bolaño es un escritor sin tiempo. Después de su muerte, el 14 de julio de 2003, es uno de los narradores más leídos y valorados por los lectores.
Para entender la magnitud de su obra literaria y poética, sólo habrá que recordar que se ha dicho que Detectives salvajes es el equivalente de Rayuela, de Julio Cortázar, y Paradiso, de Lezama Lima.
Nacido en Santiago de Chile en 1953, un día como hoy, formó parte de una generación de jóvenes que pudieron acompañar su ingreso a la literatura con lecturas de primeras ediciones de los grandes autores del Boom latinoamericano.
Le tocó vivir el gobierno de Salvador Allende y la persecución orquestada por Augusto Pinochet. Se caracterizó por ser un viajero y vivió por algún tiempo en España y México.
De este país tiene los siguientes recuerdos expresados en La Jornada en 1999: ''La de México se convirtió en mi ciudad y ahora que vivo en un pueblo, cada vez que pienso en urbes me vienen a la mente el DF y Barcelona. México me dejó un bagaje de sueños y pesadillas; sobre todo la posibilidad de hacer aquello que era imposible".
"También la amistad de Mario Santiago y todos los desafíos probables e improbables. México me dejó el primer amor, mi primer trabajo vendiendo santitos y la primera vez que publiqué en el suplemento de El Nacional, de Juan Rejano. Me alimentó de mil maneras el ambiente cultural mexicano, ya que si bien yo era un joven con poca preparación, predominaba una atmósfera de gran libertad y de que todo podía suceder, lo que es una magnífica cosa para entrar a la poesía, en donde está todo por suceder o todo ha sucedido".

Su obra
El crítico literario Irad Nieto, habla respecto a la obra del escritor que murió en Barcelona, a los 50 años, como consecuencia de una enfermedad hepática.
"Lo primero que se me viene a la mente cuando del escritor Roberto Bolaño se trata, además del movimiento vanguardista que impulsó, el infrarrealismo para romper con la cultura y la literatura oficial, es el recuerdo de un narrador con una capacidad endemoniada, ebria, para fabular, a veces delirante", dijo.
"Bolaño tuvo la destreza, como lo demostró sobre todo en las Los detectives salvajes y 2666, de contar historias que se desprendían interminablemente unas de otras, en un juego de espejos, para luego, sorpresivamente, unirlas en finales casi siempre abiertos".
En Llamadas telefónicas, un libro de relatos, añade que Bolaño no se cansa de parodiar con humor y una ironía de lo más inteligente, en clave autobiográfica, al mundo literario, a los escritores, sus prácticas y su talento para cazar becas o cocinar enconos y envidias por el talento ajeno.
Nieto recuerda que se ha dicho que Roberto Bolaño es un escritor radical e incluso posmoderno. Lo es en el sentido de que su narrativa trasciende la estrechez de los géneros, los subvierte y al mismo tiempo se vale de ellos.
En una novela como Los detectives salvajes uno se topa con el fragmento, el diario, el ensayo, la poesía, la épica callejera, la novela, la diatriba, etc. Y todo esto narrado genialmente a partir de una multiplicidad de voces.
"Bolaño sabe imprimir a sus novelas y relatos el misterio y una tensión de lo más clásica; es obvio que dialogó y aprendió de lo mejor de la tradición literaria occidental (no escasean las referencias cultas en su narrativa). La imagen del escritor desastroso y drogadicto es más bien un mito que ha beneficiado al personaje, no al escritor. Roberto Bolaño erró y viajó bastante, pero gran parte de su vida la concentró en leer y escribir", mencionó.

SE EXTINGUE
Roberto Bolaño murió el 14 de julio de 2003 a consecuencia de una insuficiencia hepática.

SU OBRA
Los siguientes son algunos de los libros del autor:
'La pista de hielo'
'La literatura nazi en América'
'Estrella distante'
'Amuleto'
'Monsieur Pain'
'Nocturno de Chile'
'Llamadas telefónicas'
'Los perros románticos'
'Los detectives salvajes'
'El gaucho insufrible'
'Entre paréntesis'